Domingo, 07 de Septiembre de 2025

Actualizada Domingo, 07 de Septiembre de 2025 a las 13:22:12 horas

Paula M. García
Domingo, 05 de Mayo de 2024

Una España estrambótica

Vivimos momentos convulsos política y socialmente. Lo peculiar en exceso, lo inusualmente extravagante, campa a sus anchas con descontrol, propiciado por los discursos de políticos en el Gobierno, empeñados en desairar al periodismo que no les interesa y criminalizar las críticas de quienes les cuestionan la gestión y la conducta, como si la función de contrapoder del llamado "cuarto poder", fuera en la época del "Sanchismo" el enemigo a batir por el establishment que rodea la cúpula del poder político.

 

Nunca antes en la historia del periodismo español, se había dado un caso de polarización tan evidente como ahora, donde hay periodistas que "señalan" a otros compañeros, por el simple hecho de mostrar su independencia ejerciendo con libertad su profesión. Tampoco hubo ningún presidente del Ejecutivo que se considerada tan impune.Desde el poder que quiere ser omnímodo de Pedro Sánchez, se acaba de inventar una cesura previa camuflada de epítetos como "pseudo medios" para denominar en la época tecnológica a los medios que no utilizan el papel como antaño en sus ediciones, confudiendo darles el mismo tratamiento que las redes sociales de aquéllos que, sin el rigor y la seriedad de un medio, divulgan comentarios y opiniones personales, en muchos casos poco fundamentadas o falsas.

 

El peor enemigo de Pedro Sánchez es la hemeroteca o la videoteca, sin olvidar que la conducta de su mujer y la suya propia, han sembrado de muchas dudas y ninguna explicación, el devenir de unos hechos alarmantes para la sociedad por lo de estrambóticos que han resultado.

 

Parece inusual escuchar a políticos democráticos hablar de pseudomedios, que llevan al propio presidente a una situación de grave riesgo por sus declaraciones en este sentido. Un planteamiento poco sólido y nada veraz.

 

En España se ha desatado el Watergate, como escándalo político que en Estados Unidos abarcó una serie de actividades ilegales que condujeron a una crisis institucional que costó el puesto a Richard Nixon que afectó a 69 personas y que en 1.974 se saldó con la dimisión del presidente norteamericano. Aquí en España no es que haya un Robert Upshur Woodward, sino que hay prestigiosos investigadores que han puesto a Sánchez al borde de un ataque de nervios. Una situación de inquitud que al atribulado Sánchez ha llevado a descalificaciones como tildar de ultraderecha, él que tanto recurre a Franco como mantra de sus desvaríos y tan obsesionado está por provocar enfrentamiento entre españoles, a quienes le han puesto en el disparadero por el caso Koldo.

 

Se olvida Sánchez que la extinta Prensa del Movimiento que tenía 52 cabeceras (algunas de ellas reconvertidas en diarios de variopintas empresas de comunicación), fue liquidada por Felipe González en 1.983 y que con ello, desapareció no ya el control gubernamental directo de una pléyade de periódicos de papel, sino el resurgir de un periodismo donde no había injerencias de enviar los editoriales de prensa desde el ministerio de Cultura, como hizo durante muchos años Ricardo de la Cierva, entre otros. De hecho, la agencia Pyresa también era controlada por el Gobierno y la censura previa obligaba a presentar los ejemplares a diario en la oficina correspondiente de Información y Turismo para su supervisión previa.

 

Entre las anécdotas de la época, de la impresión en plomo hubo un medio que, al utilizarse grandes caracteres tipográficos, el cajista se erquivocó y, en vez de titular en primera página con el Poder Judicial, lo hizó como El Joder Pudicial. El baile de letras le costó el puesto al director y una serie de sanciones derivadas de esta "anomalía" involuntaria e  imperdonable para el régimen.

 

Con este pasado truculento de la prensa, donde destacados y prestigiosos periodistas trabajaron en la Prensa del Movimiento como Emilio Romero, Pilar Urbano, Pilar Rigalt y Miguel Ors en el diario Pueblo, asi como Fernando Ónega, Jaime Campmany o Pedro Rodríguez en el diario Arriba, entre otros, hoy parece que Pedro Sánchez tan obsesionado con la época franquista, no ya de desenterramiento de sepulturas sino de rememorar de una u otra forma, viejos y olvidados episodios, sitúa a la prensa en su diana particular, sin desmentir ni llevar al juzgado lo que él llama bulos, porque parece olvidarse que el Código Penal y el Código Civil están vigentes para infundios, noticias falsas o cualquier otro tipo de excesos periodísticos.

 

Felipe González ya habló en su tiempo que una cosa era la opinión pública y otra la opinión publicada, para distinguir entre los que en aquel momento criticaban más duramente la actuación de su Gobierno, opinión publicada, y lo que según su punto de vista, pensaba la mayoría de los ciudadanos, opinión pública. Quiere decirse que los socialistas siempre han visto en los medios de comunicación aspectos indeseales, porque tampco a González le resultó precisamente agradable el "caso Juan Guerra" del hermano de su vicepresidente o los GAL considerado el crimen de Estado contra ETA.

 

Ahora, Sánchez recurre a Umberto Eco y habla de la máquina de fango que en la práctica consiste en el "difama que algo queda", o sea, lanzar algo sucio, fango contra alguien, sabiendo que siempre quedará un resto adherido a la vista de todos. La novela "Números cero" alude a un periódico ficticio -que no es el caso de los digitales que tanto atormentan a Sánchez-  y fallido montado para poner en aprietos a parte de la esfera del poder.

 

En realidad que se publique que la consultora Inmark a la que el Gobierno contrata encuestas, guarda una plaza a Begoña Gómez, es escandaloso como también, que se diga de Sánchez duplicó la aportación al Teatro Real tras firmar un convenio para impulsar a su hermano. Y todo esto aderezado con un fiscal general del Estado,  al que el Fiscal del Supremo descalifica por haber sido condenado por el Tribunal Supremo por desviación de poder, carente de prestigio en la carrera profesional y dependiente del Gobierno, lo que invalida su necesaria independencia. Claro que en un país como el nuestro, donde magrebíes que van a manifestarse a favor de Sánchez roban a los votantes del PSOE, es tan estrambótico que más parecen historias de Otilio y Pepe Gotera que de un país serio y democrático, como calificar Sánchez de movilización que 12.000 afines socialistas, desplazados en autocares desde las sedes socialistas, se concentren en Ferraz y diga que este colectivo le ha hecho cambiar de opinión. Decididamente, éste no es un país para soportar tantas afrentas y desvaríos incongruentes, tan concurrentes como estrambóticos.

 

Comencemos a llamar a las cosas por su nombre sin perder el horizonte y que cada uno rinda cuentas de sus responsabilidades para que cada palo aguante su vela. Alfonso Guerra se ha pronunciado al respecto: "Sánchez cada vez es más autócrata y está cavando su propia tumba". Poco más o menos, lo que Bieito Rubido ditrector de El Debate, dijo antes en una tertulia y que soliviantó a los socialistas, al hablar de que el presidente del gobierno tendrá un final trágico, entendiéndose por tal, en sentido figurado, porque saldrá mal parado al final de su etapa política.

 

La opinión de Ceuta Ahora se refleja únicamente en sus editoriales. La libertad de expresión, la libertad en general, es una máxima de filosofía de este medio que puede compartir o no las opiniones de sus articulistas

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