
De la desigualdad entre españoles por la desafección a lo patrio
Cuando el gobernante no siembra unidad, siembra discordia. Y en eso en España somos doctores. Miren para atrás. Fíjense en lo que hemos heredado desde que la llegada de la Democracia regó nuestras tierras de autonomismo y a ver qué ha pasado desde entonces.
Sólo el recurso a la capacidad coercitiva del Estado mantiene a diario el cumplimiento de las obligaciones de cada uno en cada autonomía, yo las sigo llamando región. La desigualdad evidente conmina a actuar contra las pretensiones de incumplimiento, porque hay demasiado hartazgo que, por algún sitio, de algún modo se terminará manifestando.
Continuemos con el efecto autonomías. Otra vez están los presidentes de cada región a la gresca con sus exigencias de financiación, sobre lo que no se han puesto de acuerdo jamás, pero interesa mantener la tensión, Zapatero dixit, y todo a colación, esta vez, de los 15.000 millones de euros que se le perdonan a Cataluña para que Sánchez no tenga que salir de La Moncloa.
Financiación que necesitan para poder seguir manteniendo un sistema de regiones absolutamente ruinoso, empeñado en duplicarse a base de eso que llaman entes instrumentales que llegan a recibir dispendios públicos realmente monstruosos para sus propios presupuestos. El ejemplo andaluz es paradigmático al tiempo que vergonzoso para quienes lo sufrimos. Por aquí, dijeron que iban a hacer desaparecer cuatro grandes de esos chiringuitos y qué paso, que los unificaron en uno bajo un mismo nombre, eso sí, muy llamativo la Agencia TRADE, se desconoce el número de enchufados que fueron despedidos por esta unificación. Probablemente, ninguno.
Y a la ruina súmenle la desigualdad entre, presunta por constitucionalmente, iguales. Ya conocen que un español de Asturias o de Ceuta que no sepa gallego, lo va a tener difícil para acceder a la función pública en aquella región en la que Feijóo, siendo su presidente, se empeñó en relanzar e imponer el galego. Había, y hay, muchos votos que mantener. Y ello, ya saben, siguiendo la misma línea que separatistas vascos o catalanes habían implementado en sus correspondientes regiones. Es el mismo Feijóo que pretende presidir el gobierno de España. Imaginen esto mismo trasladado al sector médico, exigiendo altos niveles del manejo del dialecto de turno para ejercer la profesión. En Baleares, ahora en vías de solución gracias al pacto de gobernabilidad con VOX, bien lo han sufrido.
Podría abundar en ejemplos de todos conocidos y de los que cada cierto tiempo tenemos noticia en algún medio rebelde o poco untado. Ejemplos sobre los que volverán a ponerse de acuerdo los dos de siempre, PP y PSOE, porque el que no gobierna en un sitio lo hace en otro, siempre con el comodín del caso puntual, ante la necesidad de justificar y mantener todo el entramado de apoyos que genera el bastón de mando regional.
La cuestión ante semejante problema es si sería posible revertir todo el sistema, llegar a esa cuadratura del círculo que supondría consultar a los españoles sobre si queremos volver a ser todos iguales, de hecho y de derecho, y desmontarlo todo para que castellanoleoneses y murcianos, aragoneses y canarios, andaluces y catalanes nos sintamos a un tiempo reflejados bajo la misma condición: la de españoles, más allá del día que toque partido de la Selección Española a la que, por cierto, ya está bien de llamarle La Roja.
¿El problema real? La desafección a lo patrio que día a día, durante las últimas cuatro décadas, se ha ido fomentando desde las propias instituciones, demasiadas instituciones, resueltas cada vez en menos España.
La opinión de Ceuta Ahora se refleja únicamente en sus editoriales. La libertad de expresión, la libertad en general, es una máxima de filosofía de este medio que puede compartir o no las opiniones de sus articulistas
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.0