Numerosas intervenciones de la mujer del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conducen a una implicación directa de éste, por más que se empeñe su equipo de Moncloa de descalificar las mismas y exonerar. 

El Gobierno moviliza a la Abogacía del Estado para que no se sepa cómo contactó con la "trama Koldo", argumentando que no es información pública. Numerosos medios han ido desvelando los polémicos contratos de Begoña Gómez explicados con detalle: las consultoras recomendadas por la mujer de Sánchez han recibido 15,6 millones de euros de seis Ministerios desde que ella firmó la carta de apoyo. De ahí que no se entienda la moderación de Feijóo cuando dice que "no es su estilo" citar a la mujer de Sánchez a la Comisión de Investigación del Senado. Olvida el líder "pepero" que a Mariano Rajoy se le expulsó del Gobierno sin que tuviera implicación directa con la corrupción y, ahora, Sánchez que ha ido dinamitando el Estado de Derecho, las instituciones, repartiendo indultos, amnistía a la carta y hasta cambiando el Código Penal, se permite la frivolidad de evitar la comparecencia de su cónyuge.

La catatonia en la que estamos inmersos con su componente de síndrome esquizofrénico con las anormalidades motoras asociadas con alteraciones en la conciencia, el afecto y el pensamiento, nos lleva fraudulentamente a intentar "normalizar" conductas que son punibles y escapan a la mera anécdota o casualidad.

Estos socialistas de nuevo cuño por su tendencia socialcomunista dejan en mantillas al exministro de su partido, Carlos Solchaga, quien dijo que en España era muy fácil hacer dinero dando "pelotazos". En los años 80 el ministro de Economía de Felipe González, ya nos enseñó el camino en los albores del caso Filesa: "España es el país europeo donde es más fácil hacerse rico". Y si no que se lo pregunten al ministro del Interior del que El Debate nos descubre que Marlaska se compra al contado una villa de 420 metros y una finca de 4.600 en El Escorial valorada en 1,2 millones, además recientemente ha comprado otros inmuebles. El 30 de julio de 2020 un piso de lujo en la calle Fuencarral del barrio de Chamberí de Madrid, un piso de 192 metros de alto standing por 1,4 millones también pagado al contado.Y una tercera propiedad a nombre del ministro del Interior, en Santa Maria de la Alameda, finca de 1.267 metros con una vivienda de 141 metros y una piscina de 57 metros que compró en 2009. Por contraste en su última declaración de bienes de 14 de agosto de 2023 afirmó que sólo contaba con 12.500 euros en el banco sin hacer constar ninguna herencia que hubiera recibido.

La esposa de un gobernante sin escrúpulos y el ministro del Interior, así como los seis Ministerios implicados en el "caso Koldo",  bien merecerían una revisión de su cuentas y patrimonio por parte de Hacienda ahora que la campaña del IRPF está en marcha y los signos externos de riqueza merecen un seguimientos exhaustivo. Mientras la clase media paga ya más el 50% de su sueldo a Hacienda tras las 69 subidas de impuestos de Sánchez, el "socialisto". El mismo que puso en  marcha la campaña electoral de "para que nadie se quede atrás".

Si para la ministra Ribera aludir a los "chanchullos" de la mujer del presidente es buscar su "muerte civil", si Feijóo dice que no es su estilo llevarla a la Comisión de Investigación, estamos ante un cómplice de las corruptelas de Sánchez, de sus robos e infamias y demostraría que está en el ajo junto al PSOE convirtiendo al votante del PP en borrego o haciendo válido el dicho de que "perro no come carne de perro". Un PP inmerso en el deterioro político de su presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso que se ha cuidado muy mucho de no ir acompañada de su novio a la boda de Almeida, cuando ha salido en su defensa y demuestra que o no sabe con quien se junta ( extraño) o qué grado de moralidad y ética tiene la persona de la que se enamora. Si bien ella no es culpable directa de los "chanchullos" de su pareja, sí ha de reconocer que la conducta de quien se supone comparte cama con ella, no le puede ser ajena como tampoco nos puede tomar por inocentes a quienes sospechamos de un individuo presuntamente "pringado" hasta las trancas.

El panorama político nacional demuestra que se salvan muy pocos del "choriceo" nacional con conductas atroces de codiciosos personajes públicos, ávidos de comisiones y con la enfermedad patológica de enriquecerse a cualquier precio y en el menor tiempo posible. Luego, como contraste de la "igualdad" de trato, un ciudadano anónimo comete un error en una Declaración de la Renta y Hacienda le hace una revisión paralela, mientras estos ladrones de cuello blanco, campan a sus anchas con cantidades desorbitadas y sin control fiscal.

Se habla mucho de Rubiales y su "pico", de su sospechosa conducta económica, que también, pero a la mujer del presidente del Gobierno, al Consejo de Ministros que bendice sus intervenciones ( el Gobierno promocionó al socio de Begoña Gómez dias antes de licitar el contrato de los 7 millones) y a los pagos millonarios al contado del ministro del Interior, lo dejan en anécdota y ni la Fiscalía -que está al servicio de Sánchez como él mismo reconoció-, interviene de oficio. La putrefacción es más clamorosa de lo que creemos. Mientras, Sánchez hace campaña electoral en los osarios del Valle de los Caídos con uniforme de forense y visitando criptas que resultan ser de víctimas del bando nacional para mayor inri como cortina de humo, rodeado en política a un hedor de muerte. O lo que es lo mismo, ante lo que se le avecina, saca a relucir el 'Francomodín'.

Decía Clint Eastwood que "el país es nuestro, los políticos son nuestros empleados. Y cuando alguien no hace el trabajo, hay que echarlo". Sería lo lógico pero la realidad actual nos traslada a un mundo más complejo en el que los corruptos dominan, la sociedad asume de manera estoica la situación y el desmadre moral, ético y estético, nos sobrepasa. Asistimos a un país en destrucción permanente y a unos ciudadanos impotentes, algunos de ellos, disfrutando de lo votado. Un panorama desolador.