Mientras que la frontera de nuestra Ciudad, sin explicaciones del gobierno "amigo" de Marruecos, está más cerrada que la tapa de un bote de conservas pegada con araldite, el gobierno español no ofrece respuestas al de Canarias sobre las maniobras navales de nuestro vecino cerca de las islas afortunadas y se vincula descaradamente por los postulados de Marruecos acerca del Sahara. Menos mal que el presidente Sánchez anuncia que comparecerá el próximo miércoles 10 de abril en el Congreso de los Diputados para hablar de las relaciones con nuestro vecino ¡Qué alivio! mientras remueve calaveras de los muertos de la guerra en el Valle de los Caídos.

No hay nada que esperar de un personaje que pasará a la posteridad por sus "cambios de opinión" y por el presunto tráfico de influencias de su esposa. El tipo es un personaje de antología, un tío duro cuya ambición solamente es igualada por el tamaño de su ego y la desfachatez para escupirnos mentiras a la cara. La influencia de este siniestro no tiene parangón, movido por su vanidad y algún que otro complejo, entre vuelo y vuelo de falcon se le ha ocurrido acallar a los que osan cuestionar públicamente su gestión porque no lo tolera y, así, no le importan los medios para destruir a aquel que le cuestione. Por eso trata de comprar con dinero de todos un espacio de televisión que acabe con la audiencia del programa que es crítico con su actuación.

Mientras esto sucede, continúa la espiral auto destructiva española causada por el seguidismo de unos políticos mansos que son, tal y como ha reconocido el líder de la oposición, lo peor de su historia en 45 años y que también en Ceuta hacen gala de su capacidad de devastación. Implacable en su gestión el Partido Popular de Ceuta aliado a socialistas y sindicalistas sin escrúpulos se propone dinamitarlo todo desde sus cimientos empezando por los residuos y terminando por el puerto donde, por decir, a la desgraciada gestión de personal, el timo deportivo, la nula pesca, las concesiones y el despilfarro en medianas y demás obras de escasa justificación ahora también pretende destrozar una joya patrimonial: el Faro, pero no el periódico, que también, sino el de la torre de Punta Almina que va a ser descuajaringado implacablemente para sustituirlo por una linterna de leds de bazar chino con el pretexto de que el sistema es antiguo y hace mucho tiempo que no se renueva, según postula el ingeniero concejal futbolista. Pues claro que es viejuno ¡berzotas! y por eso es mucho más que una simple estructura de señalización en nuestra costa. El Faro es testigo silencioso de nuestra historia, guardián de los secretos del mar y símbolo de la ingeniería y la perseverancia humana. Por esto, la conservación del faro en su estado original es elemental para preservar no solo su función práctica, sino también el invaluable patrimonio histórico y cultural que atesora. El Faro cuenta una historia única sobre la época en que fue construido, alberga una impresionante óptica que fue diseñada meticulosamente con lentes de Fresnel para maximizar la intensidad y la visibilidad de la luz y será sustituida con algo que puede parecer una solución más eficiente desde el punto de vista energético y económico, pero que perderá el carácter único y la autenticidad de este monumento histórico, restará valor al legado cultural que representa el faro y lo convertirá en una simple estructura utilitaria sin alma ni relato desconectada de nuestro pasado. Esto es justo lo que hace Juan Vivas con Ceuta, al que la historia también colocará en su sitio. Tiempo al tiempo. Entre tanto ¡Salvemos el faro!