El esperpento está servido. La normalización "democrática" de que un fugado de la justicia o un forajido en términos del lejano Oeste americano en versión novelada de Marcial Lafuente Estefanía, es la mayor afrenta a la que un individuo carente de principios y valores como Pedro Sánchez -presumiendo en Europa que su política la fundamenta en la verdad como si hubieramos perdido la memoria quienes venimos soportando sus desvaríos-, ha llevado a esta nación. Contradecirse con tanto descaro  ( en promesas electorales incumplidas) y tamaña sensación de provocadora ignominia, es consecuencia de un desenlace patológico que habría de hacerselo mirar por la absoluta carencia de escrúpulos.

La izquierda de este país, con la piel tan fina para tropecientas situaciones que, intencionadamente sacan del tablero político, se muestra complaciente y normaliza que un delincuente como Puigdemont se permita erigirse en personaje de actualidad, mostrándose ufano y con desfachatez a 30 kilómetros de la frontera española, en la localidad francesa de Elna para anunciar su candidatura a las elecciones catalanas. Un individuo cobarde, fugado en un maletero con nocturnidad -por la nula previsión del Gobierno de Mariano Rajoy y con la reiterada promesa "fake" de Sánchez de que lo devolvería a España, se entendía que detenido-, quiere vendernos ahora que tendrá los arrestos que no tuvo entonces, para  presentarse a una hipotética investidura, con la valentía de la que careció cuando se fugó como un cobarde, bajo el burdo argumento de que se exiliaba.

Dice el  refrán  que "la historia nunca la escribieron los cobardes" y no creo que Puigdemont sea la excepción a la regla, cuando ha sido capaz de refugiarse en Waterloo siete años, atrincherado amparándose en múltiples recursos y presumiendo de exilio de un país donde el Estado de Derecho protege a quienes se someten al imperio de la ley.

En estas rocambolescas historias propias de una fábula de Samaniego, en un intento de ficticia erudición del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, éste se permite recomendar en sede parlamentaria en el furor de la refriega política, la lectura de "Manual de literatura para caníbales" de Rafael Reig, obra a modo de manual poco convencional, a Miguel Tellado, portavoz del Partido Popular. En ella se aborda la historia de la literatura española y latinoamericana a través del "humor, voluntad, espíritu crítico y una forma original de aproximarse a los principales autores de los siglos XIX y XX, desde una optica desmitificadora".

En esta vorágine de reproches, despropósitos y repulsas, la presidenta de la Comunidad de Madrid aludió  al dinero de las cuentas en Luxemburgo ( más de 130 millones) y el borrado de los correos electrónicos en el Ministerio del Interior, los bizum con los que pagaban prostitución en la trama Koldo, los fajos de billetes y las 9 armas incautadas o la desaparición de los móviles del caso Tito Berni, como pruebas irrefutables del carácter delictivo de un partido que siempre se ha valido de artimañas para eludir la acción de la Justicia.

Estas situaciones que, originariamente, arrancan de la política pero que no son política propiamente dicha, llevó a Ayuso a señalar que el narcotraficante Pablo Escobar, al lado de la gente del PSOE, es un principiante. Si a este conglomerado acumulativo de posibles delitos, unimos los antecedentes -nada edificantes-, del suegro de Sánchez con el negocio de prostíbulos y saunas gay en Castellana 180 producto de esos turbios negocios de Sabino Gómez, caeremos en la cuenta que la familia política del presidente del Gobierno y este mismo, no son un dechado de virtudes como tampoco ejemplarizantes para nadie, por lo que podría ahorrarse dar lecciones de nada. Con la trans ecuatoriana  Lily Cristal ( residente en Francia) como "madame" de estos prostíbulos, parece una innecesaria hipérbole que desde el ministerio de Igualdad se trataba de luchar contra la prostitución y se manejaba dinero negro. Y está la duda de quien financió la campaña de Sánchez en sus segundas primarias.

Menuda hipocresía del "sanchismo" de querer abolir la prostitución con ese alarde de puterío político activo y qué reputación de negocios de carretera en Toledo y Cuenca del suegro del presidente del Gobierno. Menuda lección impúdica nos dan estos politicastros que actúan con fines y medios turbios, que son tan rastreros y mal intencionados. Demostración obvia de que la ética, la moral y la estética están infravaloradas. Sin reputación ni principios, su política es el lodazal más putrefacto de su propia esencia personal.