Sábado, 06 de Septiembre de 2025

Actualizada Sábado, 06 de Septiembre de 2025 a las 14:11:39 horas

El barón de Brède
Sábado, 23 de Marzo de 2024

¡Ah, la política!

¡Ah, la política! Ese apasionante juego de poder donde la polémica, la tensión y los insultos son la salsa que sazona nuestro día a día. Por supuesto, no hay nada como unas buenas manifestaciones frente a las sedes de los partidos para elevar la adrenalina, ¿verdad? ¿Quién necesita Netflix cuando puedes presenciar choques callejeros y tal vez hasta llegue un poco de sangre para condimentar la rutina?

 

Y claro, qué decir de la pobreza, la crispación y la tensión. Nada como agitar las masas, como bien indica el manual de "Cómo destrozar una democracia en tres fáciles pasos". El primero, acosar al rival político y eludir cualquier pregunta incómoda. Después, culpar al otro de todos los males y prometer que "construiremos un muro" para solucionarlo todo. ¿Qué sigue? Ah, sí, la centralización del poder mientras la justicia se queda más paralizada que una caravana de tortugas. Y finalmente, la guinda del pastel: manipular el mensaje a través de los medios para llevarnos directo al regocijo de una guerra civil. ¡Qué emoción!

 

No podemos olvidar lo que pasó hace no hoy ni 100 años, ¿verdad? La indecencia del espectáculo político nos produce un rechazo que solo se compara con el asco de tener que vivirlo. Pero bueno, ¿qué más da? Si vamos directos hacia el abismo, mejor prepararse con un buen stock de comida y un arma para defender el hogar. Porque, como dicen, en esas situaciones no hay ley que valga. ¡Viva la anarquía!

 

Y mientras nos ahogamos en esta marea de debilidad, turbulencia y división, los enemigos de la nación se frotan las manos de gusto. Desde el sur, los contrabandistas hacen su agosto mientras hordas de inmigrantes y toneladas de droga llegan a nuestras costas como si fueran los regalos de una abeja reina el día de la madre. Y qué decir del francés, ese que ahora sirve como trampolín para atacar la unidad de España. ¡Vaya vecinos tan encantadores tenemos! La cobertura a las urnas del 1 de octubre del 17 en el mismo lugar en que el corrupto Puigdemont anuncia desvergonzadamente que se presenta a las elecciones para intentar destruir España es la felonía de un país vecino que se merece que en el futuro desde nuestro territorio (o desde lo que quede de el) se de soporte al movimiento independentista corso o bretón. Aunque mucho me temo que desde Cataluña ya se encargarán de reivindicar el Roselló y desde las vascongadas Iparralde. No nos olvidemos de nuestros queridos traidores, esos que no discriminan a la hora de vender su alma al mejor postor. Así que le den bien al gabacho lo mismo que nos brinda él.

 

Ah, y no puedo olvidar la delicia que es ver a los ateos celebrar procesiones, a los obreros de la guerra confundiendo obediencia con servilismo y a las rameras guardando secretos tan jugosos como un melón maduro. ¡Qué país tan maravilloso!

 

Y qué decir de la República Dominicana, ese paraíso fiscal donde los narcos y los blanqueadores de dinero se sienten como en casa. Con personajes de la talla de Bono, Felipe y Rubiales haciendo turismo fiscal, ¿quién necesita una cuenta en Suiza?

 

En fin, ¿quién necesita sueños o esperanzas cuando tenemos este circo tan maravilloso llamado política? ¡Larga vida al caos y la corrupción!

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