La gestión del Centro Hípico de Ceuta, que debiera pasar por un ejemplo de capacidad y de orgullo para la ciudad, históricamente se ha convertido en un lugar para el aprovechamiento de los recursos públicos que, a base de subvenciones, la administración ha venido tratando de ceder responsabilidades, pese a las constantes críticas de ususarios, profesionales, personal y sindicatos.

Pareciera que la directora gerente del ICD, Araceli García no conociera el mundo del caballo. Antes al contrario, el deporte ecuestre y el amor a lo equino lo conoce desde la cuna. Su padre, Juan Antonio García Ponferrada era y es un afamado amante de este mundillo, siempre relacionado con el deporte.

Sin abonar nóminas

En estos momentos, la gestión del Centro Hípico de Ceuta, a cargo del presidente de la Federación, a la sazón, auto concesionario del bar de estas instalaciones, lleva retrasos en el abono de nóminas a los trabajadores, aún cuando el ICD le proporciona de una subvención que ronda los 400.000 euros para el mantenimiento y las actividades propias del Centro.

Según trabajadores, de los que se preocupa CSIF, la nómina de febrero no les ha sido abonada y se teme que la de marzo corra igual suerte.

El modo de gestionar del presidente de la Federación de Hípica, es constantemente criticado, por trabajadores, sindicatos, usuarios, pero sin que el Instituto Ceutí de Deportes se atreva -eso aparenta- a tomar el 'toro por los cuernos'. Despedidas controvertidas de monitores, empleados que dimiten, trabajadores que piden excedencia ante un panorama nada halagüeño Faltan profesionales adecuados, las clases no cubren sus propósitos. Ni siquiera la actividad terapéutica que, según denuncia CSIF, se lleva a cabo con personas no aptas para ello.

El Centro Hípico de Ceuta también padeció la incapacidad de, si quiera, disponer de capacidad económica para alimentar a los caballos. Episodios, unos tras otros, de incapacidad en la gestión sin que la Adnministración haya enocntrado soluciones definitivas.

¿Entregar la gestión a Tragsa?

Ante el panorama, que la Administración se ve incapaz de afrontar, el responsable de Deportes, el consejero Nicolas Cecchi, su director general, Sergio Aguilera y la propia gerente del ICD, Araceli García, estarían proyectando ceder a los medios propios de Tragsa (como no) la posibilidad de la gestión hasta que se pudiera llevar a cabo una nueva adjudicación de los servicios del Centro Hípico de Ceuta que, pese a lo que fundacionalmente se previera, es cualquier cosa, menos motivo de orgullo y satisfacción en la administración de este recurso ocio-deportivo y terapéutico, en una Ciudad donde el Deporte debiera entenderse como una clara marca Ceuta a nivel de expansión del nombre de la ciudad y su sinergia turística.