En este 8M durante el que escribo este artículo, sólo se me ocurre felicitar a aquellos bautizados bajo el nombre de aquel turco cristiano que vino a llamarse Filemón. Sí amigos, Filemón no es sólo un personaje de historietas, fue un santo que no estaría para muchas bromas a día de hoy entre tanto mangante y tanto traidorzuelo suelto por España.

Este tebeo en blanco y negro en el que se refleja España ya rebosa de borrones. Borrones que pasan por días como el de hoy en el que se busca maquillar la situación nacional, precisamente, con el sector más machacado de nuestra sociedad, nuestra mujer.

Mandan los gerifaltes políticos a preparar montajes audiovisuales, entrevistas, reportajes, etc., que reflejen a la mujer de hoy, por la discriminación que sufren o por las capacidades que demuestran. No hay canal que se libre cuando tenemos el mejor ejemplo en casa. Curiosamente, no saques a relucir hoy las vergüenzas de quienes, a las mismas que suben a los altares mediáticos, les escupen en su propia dignidad legislando contra ellas, dejando a criminales en la calle o anunciándoles que las condenas que se ganaron a golpe de palizas cuando no de asesinatos, se aminoraron por obra y gracia de aquellas que iban a luchar por ellas. Pero de esto hoy, hablar poquito, tirando a nada, debe continuar el reparto…

Se presenta el día, pues, ideal para no acordarnos de la Amnistía que ayer, por encima de cualquier reglamento, se aprobaba en Comisión parlamentaria para goce y disfrute de toda la panda de esos que ahora van a por más, a por lo último, a por aquello que difícilmente se va a poder evitar si no es activando a los aludidos en el artículo 8 de la Constitución, que igual también obligan a derogar al felón mayor del Reino para que pueda seguir en su poltrona, pensando eso, que es suya.

Ahora van a por la autodeterminación y, recuerden, cualquier parapeto legal que pudiera tener España para defenderse de tamaña afrenta, ya se cuidaron de hacerlo desaparecer de nuestro ordenamiento jurídico, de forma que a ellos no les fuera de aplicación de volver a incurrir en lo mismo que ahora amenazan en reiterar, un referéndum de autodeterminación para el que cuentan con la anuencia de… Etiopia y poco más.

Sera ese el momento en que toda la tropa de asesores monclovitas retuerza sus propios sesos para buscar para el marido de Begoña (recordemos que seguimos en 8M) una justificación a las negativas, que ya vuelven a salir, de que no sucederá lo que los independentistas catalanes huidos o en tierra hispana insisten que sí sucederá. Esto es, el capítulo final de la película que llevamos viendo desde la legislatura pasada prolongado en la presente. Porque Pedro paga con España contra España.

Échense a temblar cada vez que, a partir de ahora, escuchen a un separata exigir y a Bolaños diciendo que no será posible. Su asiento, los otros veintidós y el de quien se lo proveyó dependen de quienes les mantienen hasta que se harten, y esa hartura es la más difícil y cara de saciar porque costaría la propia unidad de la Patria.

Ahora España, probablemente, vuelva al proceso ya vivido: exigencias, desmentidos, brazos que se empiezan a torcer (si es que no está ya negociado el torcimiento), primeras manifestaciones, medios que dicen y se desdicen, desistimiento progresivo de uno y otros y búsqueda de un lugar donde aparcar el vagón de Compiègne  que nos traigan en el que plasmar la última genuflexión de un tipo que hace mucho tiempo que sobra en España.

Felicidades, Filemón.