"Las desgracias nunca vienen solas", dice un viejo refrán español para significar la concatenación de adversidades continuadas desde que se genera una primera ocasión. En efecto, el PSOE tras la debacle de las elecciones gallegas, donde quedó como una fuerza política residual, recibe ahora este varapalo de corrupción con más patas que un pulpo (con presuntas implicaciones a todos los niveles de nombres y cargos) y, por si no fuera suficiente, el Tribunal Supremo imputa a Puigdemont por terrorismo en el marco de Tsunami Democrátic en contra del informe "ad hoc" presentado por la teniente fiscal Ángeles Sánchez Conde, número dos del Fiscal General del Estado, que compromete la continuidad en el cargo de Álvaro García Ortiz, tras el pronunciamiento del Alto Tribunal.  

Así ha de sentirse este PSOE hoy "sanchista", meditabundo y confuso, inmerso en sus desgracias, sobrevenidas como un karma implacable, cuando ellos irrumpieron en la moción de censura a Mariano Rajoy dándonos lecciones de higiene democrática y, a poco que tuvieron oportunidad, masacraron instituciones, normativas, profusión de mantras ideológicos para decirnos qué hacer, cómo y por qué, recurriendo a descalificaciones de tildar de "fachas" a quienes mostraran resistencia a sus totalitarias actuaciones y utilizando para ello, a todo un espectro de medios de comunicación subvencionados con dinero público y a tertulianos dogmáticos de la izqiuierda más cavernícola y sectaria conducentes a "lavar el cerebro" con sus paradigmas ideológicos. Además, poniendo en peligro el Estado de Derecho.

Hoy por hoy, la situación del PSOE es insostenible con la corrupción desatada en el "Caso Koldo", donde las implicaciones son tales que su extensión en este momento es incalculable: el "tonto útil" de un portero de puticlub era inaceptable como "cerebro", alcanzando la investigación a un "intermediario" que era nada menos que el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos envuelto cada vez más en la trama de compra de mascarillas en la pandemia con un contrato supermillonario que pasó por el Consejo de Ministros y tuvo el visto bueno de Sánchez, Podemos y la líder actual de Sumar, Yolanda Díaz. Ni hubo pulcritud en la contratación ni rigor en la adjudicación y, a mayor abundamiento, se impuso una gestión centralizada, privando a las Comunidades Autónomas de cualquier iniciativa.

Junto al de José Luis Ábalos se relacionan nombres "ilustres" socialistas que huelen a putrefacción por actuaciones más que sospechosas según la investigación de la UCO: la actual presidenta del Congreso (tercera institución más importante del Estado), Francina Armengol, el exministro de Sanidad, Salvador Illa hoy líder del socialismo catalán, el número 3 del PSOE y secretario de organización, (al que Juan Gutiérrez dijo que pagó varias comidas para convencerle de echar a Ory de Delegación del Gobierno), Santos Cerdán, a la propia mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez bajo sospecha por las reuniones que mantuvo con el comisionista de la trama, Víctor Hidalgo, contactos coincidentes en el tiempo con el escándalo de las adjudicaciones de contratos de emergencia del Ministerio de Transportes para la compra de mascarillas que ahora investiga la Audiencia Nacional.

Una trama que parece afectar de manera directa a Pedro Sánchez, mientras los titulares son continúos y cada vez más demoleadores en  los medios: Ábalos acudió a la boda mexicana de Jacobo, miembro de la trama señalado por el juez, Ábalos recibió al miembro de la trama que el juez señala nada más ser nombrado ministro, el juez bloquea 88 cuentas bancarias de los cabecillas de la trama de corrupcuión del PSOE, Armengol se saltó su propia normativa para comprar las mascarillas "fake" a la trama Koldo, Armengol aceptó pagar a la empresa del "caso Koldo" el precio máximo por las mascarillas fraudulentas, los cabellicillas temían que Hacienda les preguntara por Sáncez y Delcy, ADIf pagó por adelantado 6  de los 12 millones al proveddor del "caso Koldo" sin exigir aval, Sánchez tambien fue informado del contrato de 12,5 millones que Adif firmó por la trama de Koldo, el gran contrato del "caso Koldo" se comunicó al Consejo de Ministros, El PP pide la dimisión de Armengol y denuncia que el PSOE ocultó las mascarillas "fake" al traspasar el poder en Baleares a Prohens, la UCO sitúa a un "súper jefe" por encima de Cueto en la trama del caso y al que "no se menta por teléfono". Un sinfín de matices todos conducentes a este sistema más propio de bandoleros de sierra Morena o a una película de Torrente, aunque sin ninguna gracia por el fondo y la forma de desarrollarse.

La historia del PSOE, sin necesidad de recurrir a la memoria democrática, quienes no padecemos alzheimer político, recordamos la corrupción estructural de este partido, cada vez menos obrero y más trincón, con más de cien causas judiciales que vienen a confirmar la putrefacción de los socialistas, pese a sus recursos de confusión con habilidosas "maniobras", otorgando idultos y amnistías en esta última fase en proceso de tramitación. Un partido que pacta la rebaja de la malversación con Junts vinculada al Procés, tuvo su gran escándalo en el caso Filesa por la financiación ilegal del partido, siguiendole la sentencia de los ERE de Andalucia con más de una veintena de altos cargos de la Junta condenados por prevaricación y malversación, la presunta financiación ilegal de la federación valenciana con cerca de 500 cargos y ex cargos socialistas y más de un millar de personas relacionadas con la formación que están siendo investigados por distintos delitos vinculados a la corrupción política.

El caso del Tito Berni o el caso Mediador, las facturas falsas de UGT con el desvio de más de 100 millones de eutros públicos adjudicados en 16 expedientes distintos  de los que se desprendieron 32 subvenciones concedidas de manerra irregular a ese sindicato "comegambas", aunque este caso "por falta de indicios suficientes" fue archivado por el TSJA, los GAL y la guerra sucia asi como el Caso Juan Guerra, también tiñeron de corrupción política al PSOE, como ejemplos significativos.Una trayectoria salpicada por las causas judiciales prescristas o archivadas por defectos de forma en la instrucción, que dejan a los presumtos delincuentes liberados del peso de esa Justicia que dicen es igual para todos.

En los próximos días, la sucesión de hechos que jalonan este escandaloso episodio de corrupción, deja entrever que aún han de rodar muchas cabezas, aunque la pieza más valiosa es Pedro Sánchez, quien pretende quedarse al margen de una trama que tuvo al Consejo de Ministros enterado y autorizando la contratación de esas mascarillas de las que han salido personajes y comisiones variopintas.

Decía un expresidente del Gobierno de Ceuta cuando hacía algún encargo que pudiera comprometerle, una advertencia que era todo un síntoma de cómo se manejan estos políticos corruptos en las altas esferas: "Ya sabéis que si preguntan o se descubre, el presidente no sabe nada". Pues eso: Sánchez no sabe tampoco nada de lo que ha sucedido en el "Caso Koldo". Ni sabe ni quiere saber. Una consigna exculpatoria clásica de las gente de poder para sus colaboradores: "Salvar al soldado Ryan".