Cuentan, y lo refrendan las imágenes de televisión, que no había color entre la lancha de unos y el pobre vehículo flotante de otros en el último ASESINATO de guardias civiles en España, concretamente, en aguas de Barbate. Fue como pretender parar un AVE plantando un Seiscientos por delante. En el primero iba un asesino; en el segundo, miembros de la Guardia Civil que a esta hora o les velan en un tanatorio o son el objeto de las oraciones de todas aquellas personas de buena voluntad que ruegan a su Dios por la recuperación de quienes se salvaron de milagro.

Horas antes el ministro Marlaska aparecía para hacerse unas fotos en unos vehículos nuevos para perseguir por tierra a los narcos que consiguen llevar hasta las playas sus fardos cargados de mierda. Pero fue el mar el escenario del ASESINATO de Miguel Ángel y de David. Y las imágenes, esas horrorosas imágenes, dejaron en evidencia el absoluto olvido en el que realiza su trabajo nuestro Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil. Como querer parar la sequía con cuentagotas…

A partir de ahí, indignación entre la gente de bien recorre la madrugada gaditana, desde la costa a la sierra hasta inundar España, buscando una respuesta que no hizo más que incrementar a poco que recibe la respuesta de responsable de Interior. Y, cuando eso ocurre, la imagen de una Nación queda retratada. Fallecidos, decían las redes sociales del Ministerio de Interior que dirige, ya saben, Marlaska, el de los coches ¡Claro, fallecidos por ASESINATO!

Y cuando recurre uno a mirar la cadena de mando política, lo de la indignación se torna en asco. El jefe de Marlaska, el tal Pedro Sánchez, días antes había destinado 200 millones de euros al gobierno mauritano para que evite durante unas semanas, unos meses quizá, la llegada de inmigración ilegal a costas españolas desde costa mauritana. A Marruecos, tras aquel pago para la mejora de la flota de coches de policía marroquí (casi 9 millones de euros en 130 coches), ahora se anuncia el envío de 250 millones para la desaladora. Vayan sumando porque parece que, a Pedro Sánchez, en su inmensa generosidad pagada con bolsillo ajeno, sólo parece importarle sacar a la Guardia Civil del País Vasco, Navarra y Cataluña. Suma y sigue a este insoportable dislate a poco que busquen en internet. Pero para incrementar y mejorar medios de nuestra Guardia Civil, no hay. A la desvergüenza mostrada ante los enfermos de ELA, a quienes se les dijo que les resulta muy caro mantenerles mientras se gastaban cientos de millones en pinganillos y traductores en el Congreso, a esa desvergüenza súmenle esta que acaba con resultado de muerte.

Y si se piden medidas legales, la respuesta les resultara conocida: no se puede legislar en caliente. En otros términos, el buenismo de nuestra ley (el mejor combustible para semejante incendio que les ha matado) debe permanecer vigente, y hemos de seguir dando ejemplo de Estado de Derecho de primera división, ofreciendo a los asesinos un juicio justo. acorde al propio derecho, en el que encuentre a unos abogados que les defiendan y hasta encuentren motivos que les eximan de no sé qué responsabilidad, porque la Democracia es así… 

Tuvimos una Ley antiterrorista con herramientas capaces de persuadir a etarras y sus cachorros de incurrir en nuevos delitos, y fue efectiva ¿Por qué no algo parecido contra estos? Zona de Especial de Seguridad o algo así le llaman a esa propuesta. Plomo reclaman desde VOX ¿por qué no si en último término no hay otra salida? ¡Hágase! Lo que sea, pero ¡hagan algo que merezca alguna de las lágrimas de esas dos nuevas viudas y sus tres huérfanos de padres!

Marlaska en su indignidad, no puede continuar aprovechándose del parapeto que le ofrece de la divisa del honor que supone obedecer y no abandonar nunca al Jefe...

¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!