Asesinar: Matar a alguien con alevosía, ensañamiento o por una recompensa (RAE).  Y es exactamente eso lo que ocurrió en la fatídica tarde de ayer en el puerto de Barbate donde se unieron circunstancias que deben ser valoradas para adoptar las medidas necesarias.

El relato, en agencias públicas de noticias (EFE) hablan de fallecidos en "accidente", lo que resulta alarmante. O la propia Guardia Civil en sus redes oficiales que hablan de fallecidos por una acción "brusca", O por los relatos más oficiales de instituciones "fallecen mientras trabajaban por la seguridad de todos"... Los agentes de la Guardia Civil han sido asesinados, y punto. Han fallecido sí, arrollados por una narcolancha que se mofaba ante el jolglorio de otros muchos que asistían grabando el momento del desastre. ¡Qué país!

Sin medios para la lucha contra el narcotráfico, evidente la vision de los vídeos que han circulado del suceso, donde con una simple neumática usada por los GEAS frente a las motoras de más de 7 metros con motores de altos caballajes, los guardias trataban de hacer cumplir las órdenes recibidas por algún nefasto mando capaz de mandar a los suyos a jugarse la vida en una lucha desigual.

Ahora vendrán las lamentaciones, las plañiderías de los representantes institucionales que acudirán a mostrar (para el seguimiento de los medios del relato) el 'dolor'. ¿Dolor?, el de las esposas y los hijos que se han quedado huérfanos.

La fiscal antidroga de Cádiz ha sido clara "que no vengan al entierro si no es para traer medios", afirmó impotente ante su constante labor improductiva, en tanto que le ministro del Interior y los mandos políticos de la cúpula de la Guardia Civil, se jactaban ayer mismo en Algeciras de que todo estaba bien controlado en el Campo de Gibraltar. La pena del Karma que se volvió contra él pero a costa de las vidas de estos verdaderos servidores públicos.

El relato, más relato, retorciendo palabras para evitar clarificar la verdad. No fue "accidente", no fue un fallecimiento por una acción "brusca", no "trabajaban para la seguridad de todos" en condiciones verdaderas para afrontar esa lucha tan desigual.

Millones y millones para oenegés que participan como beneficiarias de la acción de las mafias mientras la Guardia Civil debe afrontar la lucha contra la inmigración y el narcotráfico en las fronteras y en el mar. Millones y millones para servicios sociales en lugar de proyectar un futuro económico y de seguridad en el Campo de Gibraltar.

Ahora vendrá el relato promovido por las instituciones que compran a los proveedores que lanzan al público ese 'relato' esperando que el ciudadano sea hipnotizado en las televisiones, la prensa o las emisoras de radio. La verdad, dura verdad, se abre paso poco a poco, pero con dolor, mucho dolor.