Martes, 09 de Septiembre de 2025

Actualizada Martes, 09 de Septiembre de 2025 a las 12:13:27 horas

El barón de Brède
Sábado, 10 de Febrero de 2024

El Pueblo

La noción de "pueblo" como conjunto de personas de un país o comunidad y la idea de que el poder reside en él, es la piedra angular de la teoría política y la filosofía del gobierno. Este es el concepto central en la democracia y en los sistemas políticos que se basan en la participación ciudadana y en el gobierno representativo.

 

La idea de que el poder reside en el pueblo hunde sus raíces en la antigua Grecia, particularmente en Atenas, donde se desarrolló la democracia -dēmos significa "pueblo" y kratos "poder"- como forma de organización social. Desde entonces, el concepto ha sido muy desarrollado, especialmente durante la Ilustración en el siglo XVIII. No quiero atribuirme el renacimiento del pensamiento filosófico, pero mi época fue muy productiva desde que el viejo Locke puso los cimientos del liberalismo y del contrato social que más tarde desarrolló Rousseau; yo me apasioné con el análisis de la causalidad, no deductiva, y como mantener un equilibrio mediante la separación de poderes. Siempre me apasionó la geometría y las inigualables propiedades del triángulo. Modestia aparte, junto a Paine fui uno de los pensadores clave que contribuyeron a la conceptualización del "contrato social" y la soberanía popular y mis escritos tuvieron mucha influencia tanto en mi país como en Inglaterra, cruzaron el océano y llegaron hasta a América. Pero no me echen la culpa de lo que vino después, eso sólo fue la consecuencia natural de la situación económica, política y social. Yo únicamente pensé en que el poder legítimo del gobierno proviene del consentimiento de los gobernados y que, en última instancia, el pueblo tiene el derecho y la capacidad de determinar sus propios destinos políticos.

 

La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, redactada principalmente por Jefferson, al que no conocí, pero al que debí influir por las ideas de la Ilustración, proclama que "todos los hombres son creados iguales" y que tienen derechos inalienables incluidos "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad". Este documento y la Constitución de los Estados Unidos reflejan la creencia en la soberanía popular y establecen un gobierno republicano en el que el poder emana del pueblo y es ejercido por representantes elegidos por ellos.

 

Traigo esto porque como los jóvenes Diderot, Voltaire y Russeau me obsesiona la idea de que el poder reside en el pueblo y que este es un principio fundamental en la teoría política democrática. Estamos viendo con desagrado como una vez más se desequilibra la separación de poderes y como la ambición y otras debilidades humanas llevan a perjudicar la convivencia. El poder funciona como la gravedad y tiende a concentrarse, gana peso en pequeños grupos a costa de la cesión de la mayoría y siempre llega a un punto de crecimiento tal que la superficie que lo envuelve estalla como un globo y se produce la revolución. En Francia ocurrió cuando ya no había nada que esperar y nadie tenía que perder, mis ideas solamente se pusieron en práctica como fruto de la necesidad de llenar un vacío tras una matanza y la prueba es que Napoleón ya se encargó bien de reducirlas a cenizas cuando tuvo oportunidad. En las trece colonias fue distinto, les fue relativamente fácil vencer a la opresión y crearon los Estados Unidos, un nuevo país en expansión.

 

En lo económico es posible que si no llueve lo sificiente con el aumento de la temperatura nos llegue un verano tórrido y sin agua y que esto agite los precios de los alimentos hasta valores nunca vistos y, también, es posible que la intervención del Estado y de Europa en la economía haga crecer la inflación. Como consecuencia de esto y de las políticas económicas que imponen los burócratas de Bruselas los que se levantan a las seis de la mañana para deslomarse en el campo se den cuenta que su esfuerzo no se ve compensado y por primera vez se han unido para protestar, es un síntoma del descontento popular. En lo social es posible que el reequilibrio económico entre la vieja Europa y la joven África traiga movimientos migratorios masivos que incorporen a nuestra población personas de distintos orígenes, costumbres, creencias y culturas y que todo esto sea un factor disgregante más que de cohesión. En lo político cabe que todo lo anterior sumado al cultivo del odio sembrado por el egoísmo de los separatismos locales provoque una atmósfera explosiva. Y en esta situación de precariedad y desbarajuste vemos que el poder sigue en lo que hace siempre querer perpetuarse a toda costa, a cualquier precio, en Ceuta y en Madrid.

 

Liderar es muy difícil, tan difícil como convencer y cuando la realidad y los hechos son evidentes es cuando se descubre a los verdaderos líderes y a los truhanes. A los primeros hay que apoyarlos a los segundos hay que desalojarlos del Estado. Del mismo modo que a quien incumple la ley se le aparta de la sociedad privándole de su libertad, porque la libertad se fundamenta en la ley, el poder también se fundamenta en la ley y debería guardarse un equilibrio para evitar déspotas, autócratas y truhanes. En eso precisamente se basa la separación de poderes, es un triángulo, un mecanismo perfecto de control del poder. La falta de cultura democrática debida al control de los medios de comunicación por el ejecutivo, la educación destruida por el legislativo y la irresponsabilidad de los partidos políticos y su obsesión por controlar la justicia aceptando la vanidad de los jueces que abandonan la magistratura para hacer las leyes y luego regresan a sus puestos para impartir las mismas leyes que ellos han hecho y así tantos y tantos otros ejemplos de corrupción política han ayudado a olvidar que la democracia es un proceso frágil que requiere el cuidado constante de todos los ciudadanos.

 

Y ante esto ¿Qué han hecho los españoles del siglo XXI? ¿Qué ha sido del carácter noble, valiente y orgulloso del pueblo español? y dentro de España ¿Qué ha hecho el pueblo de Ceuta? Cómo han podido perder las ideas de la liberad para cederlas a manos de partidos corruptos y tiranos. Los hombres nacen libres, pero ya se encarga el poder de corromper su libertad por lo que no comprendo como en estos tiempos el pueblo sigue sin aprender cómo se aplica la democracia y como la indolencia siempre termina con el caos.

La opinión de Ceuta Ahora se refleja únicamente en sus editoriales. La libertad de expresión, la libertad en general, es una máxima de filosofía de este medio que puede compartir o no las opiniones de sus articulistas

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