El Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) ha manifiestado su más rotunda condena ante la agresión sufrida a la responsable de la Unidad Administrativa y a un vigilante de seguridad en el centro de salud del Tarajal. Los hechos ocurrieron alrededor de las 13:00 horas, de este miércoles día 7, momento en el cual ambos profesionales estaban cumpliendo con sus deberes.

Gracias a la rápida intervención del personal sanitario del centro y la eficaz respuesta de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que se personaron en el lugar tras recibir la llamada al 091, se pudo brindar asistencia inmediata a los afectados y se procedió a la identificación y detención del agresor.

En respuesta a este incidente, se activó el protocolo anti-agresiones de INGESA, lo que incluyó la notificación del suceso al servicio de Medicina Preventiva y la presentación de una denuncia en la comisaría. INGESA cuenta con procedimientos establecidos para ofrecer asesoramiento y apoyo a las víctimas de agresiones, facilitando los medios para emprender las acciones legales pertinentes y garantizando en todo momento el anonimato de las víctimas.

Todas las incidencias son procesadas por la Gerencia y enviadas a la Dirección Territorial, que a su vez las remite a la Asesoría Jurídica Central junto con las denuncias interpuestas y los informes correspondientes.

"Desde 2017, contamos con la figura del Interlocutor policial sanitario, un canal directo de comunicación para informar sobre cualquier tipo de agresión que suceda en nuestros centros. Recordamos que la agresión física o intimidación grave contra profesionales sanitarios en el ejercicio de su función pública es considerada un delito de atentado por los tribunales de justicia, y como tal, es perseguido con todo el peso de la ley", ha explicado Ingesa en un comunicado, desde el cual hacen un llamamiento "a respetar a los profesionales sanitarios y no sanitarios que diariamente trabajan por el bienestar y la salud de nuestra sociedad. Continuaremos trabajando para asegurar un entorno seguro para nuestro personal y usuarios".

Por su parte, el Sindicato Médico de Ceuta (SMC) ha explicado que el agresor, cuya identidad aún no ha sido revelada, fue detenido por las fuerzas de seguridad del Estado, lo que brinda un respiro momentáneo en cuanto a la seguridad física. "Sin embargo, el impacto emocional y psicológico en las víctimas y en todo el personal del centro es innegable y requiere atención y apoyo inmediato", lamentan.

El SMC desea expresar su solidaridad y apoyo incondicional a las víctimas de esta lamentable agresión. Ningún trabajador de la salud debe enfrentarse a situaciones de violencia mientras desempeña sus funciones de servicio público. Es fundamental garantizar un entorno seguro y protegido para todo el personal del centro de salud y, en última instancia, para los pacientes.

El sindicato insta al Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) a que tome medidas inmediatas y efectivas para reforzar la seguridad en el Centro de Salud del Tarajal y en todas las instalaciones médicas de la ciudad. La implementación de medidas de seguridad como la presencia de personal de seguridad adicional, la instalación de más cámaras de vigilancia y la capacitación del personal en técnicas de gestión de conflictos, es transcendental para prevenir incidentes similares en el futuro y garantizar la protección de todo el personal.

En este momento, la principal preocupación del SMC es el bienestar y la recuperación de las víctimas afectadas por este lamentable suceso. Desde el sindicato estarán vigilantes y trabajando activamente para garantizar un entorno laboral seguro y libre de violencia para todos los profesionales de la salud en Ceuta.