Agenda 2030 ¿pin o tapadera?. (Breves apuntes)
En medio de todo este maremágnum de ignominias a las que el gobierno progresista somete a España con tal de no desembarcar de La Moncloa, habría que recordar que siguen sucediendo cosas que sacuden a diario el sentido de la sorpresa de los españoles, que a saber cuándo decidiremos defendernos o darlo todo definitivamente por perdido, a la espera de algo que llegue que nos permita ver qué es eso de lo que solo nos dejan ver la sombra y disfrutar de sus sobras.
Cosas que tienen mucho que ver con lo que en esta España ocurre, movidas desde la dirección progre del Palacio Presidencial y adornadas con un colorín circular del que sus destellos vienen a deslumbrarnos con un montón de epígrafes, todos dignos de defensa, que no son más que la tapadera de cuanto ocultan: nos hablan de Paz, de Libertad, de Justicia, de Hambre, de Defensa del Clima, y así hasta 17 excusas en una paleta de color que a España le está costando carísimo y de lo que aún no ha empezado a asumir sino los primeros plazos del verdadero costo. Ya saben, les hablo de la Agenda 2030, prologada por la fracasada Agenda 21 y con una primera secuela en la Agenda 2050 de la que nos van dando a conocer de forma dosificada algunas pinceladas. Esto va para muy largo…
Porque, a poco que escarbemos en la fina chapa de ese pin circular multicolor tan repetido en solapas de casi cualquier político español, comenzaremos a encontrar consecuencias de la promoción y el fomento de semejante Agenda en nuestra Patria (firmada en 2015 por Rajoy en la ONU sin consultar a nadie). Consecuencias que apuntan más a la ruina de los principales sectores productivos de España que a la mejora de eso que llaman escudo social, convertido finalmente más en excusa que en escudo.
Veamos, en principio, la recepción de los fondos denominados Next Generation destinados paliar la desgracia económica provocada por la pandemia de la COVID en la Zona Euro, ha terminado vinculada a la implementación de las medidas derivadas de la aplicación de la Agenda 2030.
Unas medidas que han ido desde la promoción del vehículo eléctrico (cuya compra en Alemania dejó ya de ser subvencionada), hasta el cierre y demolición de centrales nucleares o de carbón que en Europa comienzan a ser recuperadas e, incluso, consideradas como energías verdes.
Súmenle a esto el nuevo plan en marcha de voladura de pantanos, presas y embalses en nuestro País en medio de una de las sequías más alarmantes de las últimas décadas, mientras se piden infraestructuras hidráulicas o se pierden esos grandes depósitos de agua tan necesarios en época de incendios. ¡Ojo, todo esto aprobado con los votos de PP y PSOE en las distintas comisiones de la Unión Europea!
El suma y sigue, continúa ¿Cómo? Con el envío de fondos españoles para la implantación de regadíos en Marruecos mientras nos llenan de placas solares nuestras tierras de cultivos y fomentan el arranque de los propios olivares de Jaén, donde se necesitan menos placas y más dinero para mejorar regadíos y cuencas hidrográficas. La subida del precio del aceite no es sólo cosa de la sequía, Marruecos, de nuevo, se frota las manos y hace hueco en los bolsillos de su monarca.
… Y continúa, viendo cómo se hunde nuestra flota pesquera en acuerdos europeos, al tiempo que se promociona la pesca de terceros países mientras se arruinan miles de familias por todo el litoral español. Oteando cómo los únicos que cruzan el Estrecho en dirección sur son políticos españoles hacia Ceuta en busca de ellos sabrán qué.
… Y continúa, con un Gobierno andaluz, absolutamente entregado a la causa que, quizá no contento con toda la colección de agencias, observatorios y demás formas de chiringuitos esparcidos por todo el territorio andaluz, pone en marcha otra Agencia más para la propia Agenda 2030 en Andalucía que, entre otras cosas, sirva para guardar silencio a la continua llegada de una inmigración ilegal, que se torna insoportable, y a la que distintos países de la Unión Europea comienza a buscarle acomodo allende sus fronteras… aquende las nuestras. Prepárense porque, todo lo que por el norte y centro de Europa no quieran, acabará entre nosotros, con la anuencia y beneplácito de un Sánchez desagraviado en su ego con puesto y trono en organizaciones que poco aportan al buen devenir de España.
Y, en adelante, cuando les digan que todo esto que le cuento ninguna relación tiene con el pin de colorines, lean los papeles y observen los logos que acompañan a la información que anuncian. Saldrán de dudas. Y continuará…
En medio de todo este maremágnum de ignominias a las que el gobierno progresista somete a España con tal de no desembarcar de La Moncloa, habría que recordar que siguen sucediendo cosas que sacuden a diario el sentido de la sorpresa de los españoles, que a saber cuándo decidiremos defendernos o darlo todo definitivamente por perdido, a la espera de algo que llegue que nos permita ver qué es eso de lo que solo nos dejan ver la sombra y disfrutar de sus sobras.
Cosas que tienen mucho que ver con lo que en esta España ocurre, movidas desde la dirección progre del Palacio Presidencial y adornadas con un colorín circular del que sus destellos vienen a deslumbrarnos con un montón de epígrafes, todos dignos de defensa, que no son más que la tapadera de cuanto ocultan: nos hablan de Paz, de Libertad, de Justicia, de Hambre, de Defensa del Clima, y así hasta 17 excusas en una paleta de color que a España le está costando carísimo y de lo que aún no ha empezado a asumir sino los primeros plazos del verdadero costo. Ya saben, les hablo de la Agenda 2030, prologada por la fracasada Agenda 21 y con una primera secuela en la Agenda 2050 de la que nos van dando a conocer de forma dosificada algunas pinceladas. Esto va para muy largo…
Porque, a poco que escarbemos en la fina chapa de ese pin circular multicolor tan repetido en solapas de casi cualquier político español, comenzaremos a encontrar consecuencias de la promoción y el fomento de semejante Agenda en nuestra Patria (firmada en 2015 por Rajoy en la ONU sin consultar a nadie). Consecuencias que apuntan más a la ruina de los principales sectores productivos de España que a la mejora de eso que llaman escudo social, convertido finalmente más en excusa que en escudo.
Veamos, en principio, la recepción de los fondos denominados Next Generation destinados paliar la desgracia económica provocada por la pandemia de la COVID en la Zona Euro, ha terminado vinculada a la implementación de las medidas derivadas de la aplicación de la Agenda 2030.
Unas medidas que han ido desde la promoción del vehículo eléctrico (cuya compra en Alemania dejó ya de ser subvencionada), hasta el cierre y demolición de centrales nucleares o de carbón que en Europa comienzan a ser recuperadas e, incluso, consideradas como energías verdes.
Súmenle a esto el nuevo plan en marcha de voladura de pantanos, presas y embalses en nuestro País en medio de una de las sequías más alarmantes de las últimas décadas, mientras se piden infraestructuras hidráulicas o se pierden esos grandes depósitos de agua tan necesarios en época de incendios. ¡Ojo, todo esto aprobado con los votos de PP y PSOE en las distintas comisiones de la Unión Europea!
El suma y sigue, continúa ¿Cómo? Con el envío de fondos españoles para la implantación de regadíos en Marruecos mientras nos llenan de placas solares nuestras tierras de cultivos y fomentan el arranque de los propios olivares de Jaén, donde se necesitan menos placas y más dinero para mejorar regadíos y cuencas hidrográficas. La subida del precio del aceite no es sólo cosa de la sequía, Marruecos, de nuevo, se frota las manos y hace hueco en los bolsillos de su monarca.
… Y continúa, viendo cómo se hunde nuestra flota pesquera en acuerdos europeos, al tiempo que se promociona la pesca de terceros países mientras se arruinan miles de familias por todo el litoral español. Oteando cómo los únicos que cruzan el Estrecho en dirección sur son políticos españoles hacia Ceuta en busca de ellos sabrán qué.
… Y continúa, con un Gobierno andaluz, absolutamente entregado a la causa que, quizá no contento con toda la colección de agencias, observatorios y demás formas de chiringuitos esparcidos por todo el territorio andaluz, pone en marcha otra Agencia más para la propia Agenda 2030 en Andalucía que, entre otras cosas, sirva para guardar silencio a la continua llegada de una inmigración ilegal, que se torna insoportable, y a la que distintos países de la Unión Europea comienza a buscarle acomodo allende sus fronteras… aquende las nuestras. Prepárense porque, todo lo que por el norte y centro de Europa no quieran, acabará entre nosotros, con la anuencia y beneplácito de un Sánchez desagraviado en su ego con puesto y trono en organizaciones que poco aportan al buen devenir de España.
Y, en adelante, cuando les digan que todo esto que le cuento ninguna relación tiene con el pin de colorines, lean los papeles y observen los logos que acompañan a la información que anuncian. Saldrán de dudas. Y continuará…
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