Nuria Gutiérrez de Madariaga no te dejaba indiferente. Todos los que conocimos a Nuria, los que compartimos con ella momentos de la vida, coincidimos seguro en destacarla como una mujer diferente, única, especial; una señora apasionada y entregada. Podías no tener nada en común con ella, no estar de acuerdo con sus ideas, pero te acaba envolviendo y transmitiendo su pasión. Y si a ella algo le apasionaba lo llevaba hasta el final. Cuando se entregaba lo hacía sin mirar atrás, como con los animales, a los que tanto amaba y tanto cuidó.  

La abogada Nuria Gutiérrez de Madariaga fallecía este jueves, 18 de enero, dejando consternados con la noticia a todos aquellos que la conocimos.

Nuria era una abogada que puso la ley al servicio de quienes la necesitaran. Siempre ayudando.

También fue una investigadora y una columnista apasionada. Durante muchos años trabajó para El Pueblo de Ceuta, años en los que compartimos no solo ‘hareras’ para romper el ayuno, también muchas horas de redacción, comidas con debates sobre la vida y visitas a Marruecos en los días de descanso. Trabajo y ocio bajo la luz marinera de Ceuta.

Ceuta, esa ciudad que siempre la acogió y la inspiró. En la que vivía  a temporadas, su refugio cuando necesitaba salir de su querida Málaga.

Cuando hace más de cinco años nació Ceuta Ahora, Nuria se sumó a la aventura, regalándonos su pluma a lo largo de este lustro gracias a sus siempre interesantes colaboraciones.  

Defensora de su país, de las Fuerzas de Seguridad, del poder de la justicia. También del arte, que compartía con su marido Erik el belga, el famoso coleccionista de arte fallecido en 2020. Su hijo Erik hereda ahora ese legado.

Desde Ceuta Ahora, y desde esa juventud compartida, le deseamos que vuele alto, que aquí siempre la recordaremos con un enorme cariño. Gracias por tantos ratos compartidos, por tantas enseñanzas.