Nuevamente nos sumergimos en las profundidades del puerto de Ceuta, donde parece que la competencia se está volviendo más intensa que un concurso de egos en un reality show.

Mientras todos pensábamos que la política local era más emocionante que una clase de contabilidad resulta que hay un drama aún más jugoso en las sombras: "¡Les vamos a hundir los ocho barcos!". Sí, parece que las rivalidades en el mundo portuario se han intensificado hasta alcanzar niveles de novela de mafiosos. Gabarras y Servicios S.A., una empresa de Algeciras que hace sus cositas con barcos, recibió una serie de llamadas telefónicas no para desearles un próspero año nuevo, sino para advertirles de que, si se atrevían a trabajar en el puerto de Ceuta, sus barcos iban a sufrir un destino más trágico que el Titanic.

En un comunicado tan serio como un marinero sin café por la mañana, la empresa informó que las amenazas llegaron a primeras horas del Día de Reyes. ¿Un regalo de mal gusto para celebrar la llegada de los Reyes Magos? Parece que alguien no estaba de humor festivo y decidió poner un poco de sal en la ensalada de frutas. Pero, no se preocupen, Gabarras y Servicios no se amilana, porque, como buenos navegantes, interpusieron una denuncia en la Guardia Civil de Algeciras. La trama se complica aún más cuando se revela que el dueño de la empresa no solo fue amenazado con el hundimiento de sus barcos, sino que, para mayor drama, se escuchaba a una segunda persona dándole instrucciones al malhechor principal. ¿Una conspiración marina? ¿Un grupo de piratas modernos con un plan maestro para hundir barcos desde la comodidad de un teléfono?

Imagínense la escena: el dueño de la empresa, en su oficina, recibiendo la llamada de la nada amistosa voz al otro lado de la línea. "Hola, ¿puedo hablar con el futuro arruinado del puerto?", inicia la voz amenazadora. Después de un intercambio tenso, la empresa decide que la mejor respuesta a estas amenazas es hacer pública la situación. Porque, ya saben, en los negocios del puerto, la transparencia es clave.

Pero ¿quién podría estar detrás de estas amenazas? ¿Será un exempleado resentido que nunca superó el hecho de que lo relegaran a limpiar la cubierta? ¿O tal vez un competidor celoso que ve a Gabarras y Servicios como una amenaza para su monopolio de travesías tranquilas?

La empresa, por supuesto, no se queda atrás en la lucha por la atención pública. Han salido con un comunicado en el que aseguran que cumplen con todas las leyes y regulaciones, y que no se dejarán intimidar por amenazas provenientes de las profundidades del misterioso mar local. Gabarras y Servicios no se deja marear por las amenazas. Han levantado sus velas de legalidad y han afirmado que seguirán adelante con sus planes de expansión. ¡Bravo! Nada como un buen desafío marítimo para avivar el espíritu empresarial. "Ningún acto delictivo de cualquier naturaleza llevado a cabo por personas indeseables" les impedirá buscar un crecimiento que, según ellos, conlleva la generación de nuevos puestos de trabajo.

La Autoridad Portuaria de Ceuta, por su parte, emitió un comunicado "condenando rotundamente" las amenazas. Sí, rotundamente. No vaya a ser que alguien piense que están a favor de hundir barcos en su puerto. Aseguran que están muy preocupados por este asunto y confían en que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que suenan como un equipo de superhéroes portuarios, resuelvan el misterio lo antes posible. ¿Será que la Autoridad Portuaria de Ceuta se está tomando en serio el juego de "quítate tú para ponerme yo"? Con todos los rumores circulando sobre el actual alcalde y su deseo de retirarse suena bien convertirse en un experto en anudar cuerdas en el puerto.

Pero dejando a un lado las amenazas y el drama, volvamos al meollo del asunto. Gabarras y Servicios S.A. tiene grandes planes para el futuro. ¡Una nueva gabarra llamada "Isla Verde Quince"! Suena más a destino turístico que a barco de carga, pero quién sabe, tal vez sea el próximo yate de algún político con sueños náuticos.

En conclusión, mientras las amenazas flotan en el aire como gaviotas revoltosas, nosotros seguimos aquí, observando desde la orilla con nuestras gafas de sol y nuestro sarcasmo afilado. Porque, al final del día, en el puerto de la política, todos son marineros de aguas turbulentas, y la única brújula que sigue funcionando es la del buen humor. ¡Hasta la próxima, navegantes de la política!