Martes, 16 de Septiembre de 2025

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El barón de Brède
Jueves, 14 de Diciembre de 2023

Degeneración

Crecer es realizar el entorno, darse cuenta de la realidad en que uno se desenvuelve, y la inteligencia es la capacidad de adaptación a ese mismo entorno. He crecido para darme cuenta de que en este país se ha perdido la decencia o es que quizá nunca la tuvo. La diferencia entre el bien y el mal son solo unas pocas palabras, unas palabras que llevan a unas obras y a una conducta degenerada. Cuando la sociedad percibe el bien y lo separa del mal existe una armonía, pero también existe una armonía en la realización del mal. En el comienzo el malvado usa su inteligencia para aprovecharse del bueno, al que considera tonto. Cuando la bondad es mayoritaria la sociedad es honesta y moral, cuando impera la malicia reina la corrupción y crece el odio. Así ha pasado en España a todos los niveles y en todos los lugares. Los malvados se han dado cuenta que el poder está en el gobierno y han organizado unas estructuras para estafar al ciudadano y aprovecharse de él. Estas estructuras políticas en nuestro país se basan en organizaciones, no democráticas, denominadas partidos políticos. Aunque alguna vez la inspiración e intenciones de los constitucionalistas fuese loable, la práctica es que los delincuentes se han apoderado de estas instituciones que han sucumbido a auténticas bandas de corruptos y ladrones. En ellas el líder suele ser el que más trepa y el que menos escrúpulos tiene para eliminar a sus rivales. Vale todo, utilizar el miedo, dinero, violencia o extorsión, cualquier cosa para alcanzar la superioridad. Me sorprende que aún haya ingenuos o incautos que sigan participando en esta pantomima a la que llaman democracia, más allá de los paniaguados que buscan una mejora personal o aquellos otros a los que su ideología les empuja a votar más por odio al rival que por conseguir una mejoría de interés general. Existen quien dice que el juego democrático es la mejor manera para resolver las diferencias, quizá sea cierto, pero eso no resta certeza a mi pensamiento.

 

Las fuerzas políticas defraudan al ciudadano cada vez que se presentan a unas elecciones con un programa electoral que luego no cumplen, este engaño no es más que una estafa permitida por la justicia. Justicia, más allá que el mero cumplimiento de las leyes y regulaciones, más allá del estricto significado procesal establecido por las normas, sino justicia entendida como concepto ideal, como valor supremo para la convivencia en la sociedad. Algunos jueces, los más valientes, alzan su voz contra en esta ópera bufa de hampones que se sienta en el parlamento para señalar a los jueces que les persiguen, para pactar contra el orden constitucional a cambio de retener el poder un día más. Lástima de jueces porque si llegase el momento ellos mismos serán los corderos, lo mismo que la monarquía o cualquier persona o institución que se interponga a los intereses bastardos de las bandas.

 

Pero esta excepción demuestra la pasividad de los magistrados y de los funcionarios de la ley y el orden, a sueldo del gobierno, y esto es el primer síntoma de la degeneración. Cuando la descomposición llega a los poderes públicos estas instituciones carecen de valor. Quizá sea que pertenezco a una élite intelectual y a veces me siento muy solo o quizá es que reacciono a un entorno que considero negativo y hostil, por eso les pido disculpas de antemano si les resulta áspero mi descripción de la realidad tal y como la percibo. Quizá lleguen mejores tiempos y dentro de algunos años podamos divertirnos con una serie de Netflix titulada Narcos Europa, en el que algún episodio nos cuente como siguieron a un ministro de un país ficticio que pasaba por un aeropuerto para recoger unas maletas llenas de dólares y como en ese país corrupto se evitó el que se convirtiera en una sucursal de todo tipo de cárteles de la coca y el blanqueo, en la que canalizaban sus inversiones para disfrutar de una vida a todo tren en lujosísimos pisos de una capital alejada de los peligros de las calles de Méjico, Bogotá o Medellín.

 

No soy partidario de la crítica ácida y me va mejor la ironía y el sarcasmo, pero dadas las circunstancias por la que atraviesa España debido a la corrupción de la política, me veo en las de tener que narrar ahora también la realidad caballa de forma descarnada sin dobleces ni tapujos porque la situación es crítica y porque se necesita un poco de ardor para salir de la indolencia.

 

Hay que empezar a llamar las cosas por su nombre, sin remilgos. Sin insultos, pero con calificativos apropiados a la ralea que se ha apoderado del poder en España y también en Ceuta. Nos crujen con impuestos para subirse los sueldos y se ríen en nuestra cara. Se protegen con un ejército de trolls y medios de comunicación bien pagados para destruir y silenciar a quien se les oponga. Mafia mediática. Y mientras este aparato funciona un mediocre que no tiene estudios y ni siquiera sabe hablar inglés y cuyos méritos son poner el trasero al caudillo de la izquierda, sí ese fofo iletrado cuyas maneras le han llevado ni más ni menos que a ser ministro de Cultura, se destina a París cobrando un dineral de los sufridos españoles, a la vez que en Ceuta los granujas que dirigen este pueblo que no llega a los cien mil habitantes se suben el sueldo para cobrar más que los ministros del reino.

 

En lo mundano de estos últimos días, por mucho que la mona se vista de seda mona se queda y, a pesar de la propaganda portuaria en la sede del partido gobernante, se cumple el dicho. Por cierto, todo un espectáculo ver las caras de los trabajadores del puerto ¿obligados? a tener que ir a la sede del partido político de un superior que fue puesto no por su trayectoria o reconocimiento profesional como cabría esperar sino por el dedo del gran jefe.

 

La prueba de que la política partidista crea partidarios y también clientes es que al tiempo que el presidente del puerto nos presenta a "su equipo" de tapadillo anuncia una gran oferta de empleo público con la que el ente portuario se dotará de diez nuevas plazas para directivos y que, en lugar de abrirse a la participación pública ciudadana para cumplir con el principio de igualdad, de forma inaudita servirán para promocionar internamente a aquellos que mejores y mayores "logros" han alcanzado en la organización. Ya felicitamos en su día entre otros a hijos y hermanos de políticos de uno y otro partido y ahora también, es posible que tengamos que felicitar a alguno de los de la foto del otro día en la sede del partido popular. Y es posible porque según se escucha en radio muelle hay trabajadores en esas fotografías cuyo mayor mérito es el de haber batido el cobre sindical que presumiblemente se convertirán en ejecutivos del puerto con sueldazo. Parece que un par de ellos podrían ocupar cargos en el área de recursos humanos, otro posiblemente se convierta en el nuevo secretario general y otro pudiera ser el jefe del área de explotación portuaria. Por lo que se escucha también habría recompensas para el joven ingeniero metido a concejal que ocupa una silla, al parecer, de forma "accidental" y sin concurso y que podría quedarse en ella de forma fija, tras haber liquidado de su puesto mediante jubilación forzosa al ingeniero que ocupa uno de los famosos chalés. Otro aspirante a hacerse cargo de una división (o algo así llaman al puesto ejecutivo) podría ser el responsable de prensa quien junto con otros agraciados de esta peculiar "pedrea" podrían disfrutar de buenos ascensos y mejores sueldos, en la empresa portuaria dirigida por un director ex-guardamuelles cuya sabiduría portuaria, que no experiencia, fue la justificación para elevarlo a la cima de los sueldos portuarios, también de forma accidental, naturalmente, porque de otra forma esa misma falta de experiencia hubiese podido incurrir en algún tipo de conducta cuya calificación jurídica bien podría haber arrastrado a todo el consejo de pasmarotes que lo nombró ¡Quién lo ha visto y quién lo ve! ¡Ay, si Martínez Catena o Rosende levantasen la cabeza, que dirían ante tanta mediocridad! Algún día tocará auditar todo esto, como al parecer hace Vivas en su consejería de presidencia, para saber si alguien se benefició de las decisiones de estas personas que también, y con las mismas, deberán aceptar que en el futuro llegue un nuevo jefe al que no tendrán más remedio que otorgarle el mismo derecho a hacer también "su equipo" removiendo de sus cargos a todos aquellos que hoy parece llevan un descarado sello que bien pareciera sacado de los Almacenes San Pablo…

 

Y mientras sucede este festival de subida de sueldo de políticos y afines para prosperidad pepera, en la Asamblea no se adoptan medidas valientes como la petición al gobierno de España de perdonar la deuda de Ceuta, aunque razones hay y más que Alburquerque (que con un par de bemoles ha tenido la graciosa idea de aprobar esta petición en el pleno de su Ayuntamiento) para solicitar la igualdad a la concesión a Cataluña.

 

Mientras, digo, por estos lares continuamos sin barcos para el transporte de las mercancías peligrosas y esto a pesar de que el aparato propagandístico nos dice que el puerto va bien y que los de Daoiz presumen de que el gobierno socialista de Pedro Sánchez ha sido el único que ha aprobado la subvención del 50% al transporte de esta clase de carga ¿qué tienen que decir de esto la cámara de comercio o la confederación de empresarios? Da la sensación, al menos a mí me lo parece, que uno aplaude interesada y apasionadamente la gestión (que le resulta familiar) desde el tridente mediático subvencionado y que está participado por un conocido empresario del mundo de la noche reconvertido en amarrador portuario. Mientras, la otra, se resigna a no defraudar, pero por su sosería parece que careciera de los arrestos de mujer que hacen falta para defender sus intereses, pero que las féminas de la izquierda y de pelo en el sobaco tienen a gala poseer. Cosas del desodorante, siempre habrá clases. Con estos dos al frente no se sabe que es lo que piensa y que es lo que propone el tejido empresarial, toda una decepción. De hecho, muchos empresarios ya no viven aquí y solo de vez en cuando visitan la ciudad para recoger sus menguantes ganancias. Lo de que no hay barco para transportar los residuos generados en Ceuta es una realidad lo mismo que vender cuentos de puerto y ciudad. Sin barco con el que transportar productos básicos para el funcionamiento de la perla del mediterráneo ahora tienen que usar un ferry, provisionalmente dicen, para dedicarse a este menester y esto es para tomar nota, aunque no nos hablen de ello los mediazos del poder. Supongo que nada tendrán que ver las concesiones portuarias, no las tengan en cuenta, sobre todo cuando vayan a aparcar por aquella zona.

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