
Un gobierno de espaldas al pueblo
El fin no debería justificar los medios o, al menos, ese método maquiavélico en referencia a comportamientos poco éticos, y basados en que cuando el objetivo final es importante, cualquier medio para lograrlo es válido.
Pedro Sánchez ha hecho ejercicio de esta cuestión para alcanzar pactos de gobierno infames con filoetarras, golpistas independentistas, un fugado de la justicia que exige escolta para su regreso porque no se siente seguro y un sinfín de concesiones, a cuál más miserable, bajo el "paraguas" de un gobierno que se dice de progreso y que en realidad es de retroceso (con la subida de impuestos que se avecina para afrontar el desaforado gasto de 465.000 millones de euros del expolio fiscal de España que reclaman de los últimos 40 años los independentistas para las múltiples peticiones que ha de satisfacer Sánchez a sus socios a cambio de mantenerse en la Moncloa), que no se ha negociado al contrario de lo manifestado por los protagonistas por el bien de todos y, desde luego, se ha vulnerado el derecho de igualdad porque se favorece a delincuentes condenados con un cambio en el Código Penal y en la amnistía que llevará por Ley el Ejecutivo más "Franskenstein de la historia, para subvertir la legalidad en favor de una banda de proscritos políticos con condenas firmes, que nos avergüenzan por su proceder y nulo sentido ético.
Las calles están plagadas de protestas. No se reconocen los beneficios a la carta para una élite política que quiere marcar las reglas del juego democrático sin ser ellos mismos ni demócratas ni mantienen el respeto para el Estado de derecho. La soberanía del pueblo, a la que tanto se alude desde la izquierda más perversa de este país, ha sido pisoteada. Las algaradas de protesta callejeras se han abordado con dureza por órdenes ministeriales con una virulencia policial fuera de lo común, apaleándose a todo el que llevara como "arma" una bandera de España. Además, se ha encerrado a los manifestantes con la operación "jaula" impidiendo a quien pretendía salir de la concentración que se marchara como ha demostrado el diputado de Vox, Javier Ortega Smith. La Policía ha ocultado que detuvo a radicales de extrema izquierda que “cobraron” por causar disturbios en Ferraz. Manipulación y engaño a todos los niveles, viciando las protestas con recursos de virulencia.
Aquí en Ceuta el esperpento de la concentración contra la amnistía (unas mil personas, a sueldo del PP local) muchísimas menos que los que se manifestaron en favor de Palestina (ahí están reflejadas las dos Ceutas), fue un paripé tal que no se hizo en la plaza de los Reyes ante la Delegación del Gobierno socialista, sino en Plaza de África y a pocas horas, Juan Vivas hace público su pacto con el PSOE, advirtiendo que no se preocupara que no lo haría con Vox.
"Cuando un hombre traiciona su palabra, no vale nada " dijo Ezra Pound. No aplicable a Pedro Sánchez que sólo experimenta "cambios de opinión", como un aventajado alumno cantando la Párrala, "ahora sí, ahora no", con una fórmula tan torticera y banal que nos llevaría a tomarlo a broma, con sus payasadas políticas a no ser que estuviera, como es el caso, en juego toda una serie de normas de la legalidad vigente que él se pasa por su entrepierna sin el menor decoro. Y encima, tiene la osadía de mofarse del jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo con sus carcajadas de chulo de barrio y personaje sin escrúpulos desde el atril del Congreso de los Diputados.
El político que quiso hacer un "pucherazo" en el Comité Ejecutivo de su partido cuando se abordaban unas elecciones internas y se le descubrió haciendo chanchullos con ocultaciones, el mismo que ha prodigado más sombras que luces con su Master en Economía, quien en Ceuta hizo el ridículo en el Consejo Económico y Social donde desconocía nuestro Régimen Económico y aquél que mostró su ignorancia en conocer en que fechas se produjo la invasión marroquí a Ceuta durante una entrevista con Pedro Piqueras, ha maniobrado sin escrúpulos para ceder -como si se tratara de un mercado persa o un zoco, que para el caso es lo mismo-, con los enemigos de España para destruir las estructuras de nuestro país y dinamitar los valores de concordia de la Constitución de 1978. Situar a unos españoles (los independentistas, filoetarras y vascos) con más derechos que otros, no es igualdad por mucho que lo repitan quienes "cocinaron" esta felonía. Es obvio que la agitación social en la calle hará de esta legislatura una tortura para Sánchez, obligado al chantaje continúo para satisfacer las prebendas a la que se ha comprometido con sus múltiples socios.
Al PP no hay quien le entienda: desoye la petición de Abascal de frenar la ley de amnistía en la Mesa del Senado, pese a tener mayoría absoluta y legitima "de facto" al gobierno ilegítimo, fraudulento (nunca la llevaron en el programa electoral) y ayuda con la amnistía.
Una situación que sitúa a Feijóo en posición desairada ya que deja en agua de borrajas aquello que dijo en la tribuna del Congreso y tiene el mismo valor de la falsa oposición venezolana, lo que deriva en que Sánchez lleva razón al decirle que el PP acabará aplaudiéndole.
En una vorágine donde se cambian los términos, unas veces se dice “diálogo” y otras “negociación” a instancia de parte catalana, donde los perversos engaños son “cambios de opinión”, el panorama no puede ser más sombrío y desatinado. Lo mismo que te ofrecen limosna en forma de ayudas, paguitas o cestas de la compra, son exactamente los mismos que han provocado que las necesites, es algo así como romperte las piernas y presumir que te regalan las muletas.
En Ceuta el esperpento político es de órdago: los “peperos” por orden de Madrid y muy a pesar suyo, se concentran (todos ellos “paniaguados” de Vivas) en la plaza de África y no en la Plaza de los Reyes ante Delegación del Gobierno; muchísimos menos concentrados que los que secundaron la marcha en favor de Palestina y pusieron en público las dos Ceuta que existen, donde unos están más preocupados por lo que sucede fuera de España que por un cambio de las estructuras del Estado de Derecho que condicionarán nuestras vidas y nuestros derechos. Como lo que más les preocupa son las “paguitas” y las subvenciones, pues no es problema; las empresas y la clase media habrán de soportar el derroche nacionalista de los “amigos” de Sánchez y sus prebendas. Juan Vivas, el “sosias” de Sánchez en Ceuta, a lo suyo: a las pocas horas de la concentración contra la amnistía del PSOE hace público que pacta los Presupuestos de la Ciudad con el PSOE local que se ha mostrado en la votación interna con el mayor porcentaje en favor de la amnistía de Sánchez: un 86,6% récord de participación de votantes logran el 94,6% a favor del pacto entre PSOE y Sumar. Un compromiso con un gobierno que se dice de progreso con la amnistía incluida. Y con este PSOE del 94,6% de apoyo contra lo que protestaron Vivas y los suyos, este felón local pacta los Presupuestos de la Ciudad.
Tanta deslealtad contra la ciudadanía se produce porque cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante, y nadie ha recriminado este comportamiento. Hay quien considera que el mundo progresa cuando los políticos duermen.
Tenemos un PSOE con una máquina de eufemismos engañosos: el relator que llaman acompañante y el mediador que no lo llaman como tal. Un pacto con delincuentes que Vivas bendice. El comportamiento de un profesional de la mentira, la impostura y la negociación como definió Núñez Feijóo refiriéndose a Sánchez. Quien demuestra que el valor de la palabra no existe es con quien negocia Vivas los Presupuestos de Ceuta. Se demuestra que el diablo está en los detalles.
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