
Amnistía de Sánchez: ¿Truco o trato?
No es la noche de Halloween ni es 31 de octubre pero la tenebrosa situación política nacional, donde los muertos vivientes hacen de las suyas, nos transporta a una situación ciudadana en la que los que parecían zombis han despertado a la realidad por mor de un felón llamado Pedro Sánchez, capaz de decir una cosa y la contraria, bajo el prisma de cambio de opinión y sin escrúpulos para desarrollar acuerdos pervirtiendo la democracia, sin inmutarse y bajo el señuelo de "mejorar la convivencia" con las calles ardiendo de indignación.
Reflexionando sobre el cúmulo de provocaciones secuenciadas de Sánchez, desenterrar a Franco y Primo de Rivera, "inventarse" la Memoria Histórica (con exclusión intencionada de los crímenes republicanos), con objetivos de enfrentamientos siempre, lo cierto es que ha intentado con reiteración desatar una guerra civil con la confrontación de los españoles de uno y otro signo. No contento con ello, ahora ha resurgido, corregido y aumentado, su paradigma de insolencia política y tropelías para apalancarse en el poder a cualquier precio, negociando con un prófugo de la justicia como Puigdemont, (naturalizando una situación de negociación tan perversa e insultante) él que tantas líneas rojas dibuja al PP y a Vox, con la desfachatez de decir que está contento porque Abascal no forme parte del Gobierno de España, sin importarle que sí lo hagan los filoetarras de Bildu con los que pacta y los independentistas que dieron el golpe de Estado en Cataluña, todos ellos condenados y a quienes pretende amnistiar con una fórmula a su medida, impidiendo la división de poderes y la igualdad de los españoles ante la justicia. Se habla en este caso de negociación con la naturalidad del relato de una izquierda putrefacta en moralidad.
De culminarse este diseño perverso de la política de intereses y mercadeo, adquiere hoy más que nunca vigencia la frase del exalcalde de Jerez, Pedro Pacheco cuando dijo en su día que en España "la justicia es un cachondeo". En este caso, no es que vaya a serlo, sino que va a quedar, bajo el control de los políticos si Europa no lo impide porque el Tribunal Constitucional, ya se ha encargado Sánchez que bendiga todas sus tropelías. Y a la fiscalía se une el Alto tribunal con una mayoría progresista surgida del gobierno Sánchez.
En este escenario de repulsa nacional, resulta patético el papel del Partido Popular en Ceuta, el de Juan Vivas, quien se postró sumiso, complaciente, empesebrado y como un felpudo arrastrado a Pedro Sánchez, ridiculizado por Federico Jiménez Losantos por las catorce veces que le llamó "mi querido presidente" al hoy repudiado felón por el PP y toda la sociedad española. Esa bajeza moral y política, con imágenes para el recuerdo y la hemeroteca, dejan a Vivas y al PP de Ceuta, a los pies de los caballos, deslegitimado como dice Vox, por ser el colaborador necesario que tanto compartió con ese mismo PSOE al que Núñez Feijóo, que también coqueteó lo suyo priorizándolo a Vox, para que Juan Gutiérrez se creyera el amo y señor de Ceuta o el rey del Mambo.
Trasladar de la Plaza de los Reyes, donde se sitúa Delegación del Gobierno, representación máxima del gobierno felón de Sánchez, a la Plaza de África la concentración de protesta contra la amnistía, es trasladar el repudio a un lugar, estilo Juan Vivas, donde molestar lo menos posible a este PSOE local que ha sido a nivel de porcentajes, quien más apoyo ha prestado al contubernio de seis partidos para aniquilar valores democráticos y el Estado de Derecho.
Poner sordina a estas actuaciones convierte a Vivas en cómplice de un escándalo nacional que tiene todos los visos de lo sucedido en junio de 1.936, un mes antes de la Guerra Civil: las comisiones parlamentarias para depurar a jueces incómodos, el camino que parece seguirse ahora en este 9 de noviembre de 2023, con un mismo protagonista en ambos casos: el PSOE.
Que el PP de Ceuta se sitúe ahora contra la amnistía del PSOE con el que ha pactado tres Presupuestos de la Ciudad, es la mayor farsa que podía exponerse, además de la gran tomadura de pelo a la ciudadanía, porque han compartido muchísimas cosas y se han apoyado mutuamente. El PP siempre es igual: un PSOE azul, en plan "bien queda", con mucho postureo y muy poca vergüenza.
¿A quién o quienes quieren engañar los compinches del PSOE de Gutiérrez? Ya está bien de pantomimas y de un paripé que se diluye como un azucarillo. De ahí que titule este artículo con la duda de si se trata de un truco o un trato. En cualquier caso, tanto en Bruselas, Madrid o Ceuta, una afrenta de este calibre a la ciudadanía presenta muchas aristas. La felonía tiene numerosas cabezas con una libertad de expresión secuestrada desde hace tiempo porque ahora mismo, no hay periodistas, sí hay chupones de subvenciones públicas y mecenazgos sometidos al pesebre del poder.
Pedir Sánchez mesura al PP tras conceder la amnistía a más de 4.000 encausados por el 1-0 para asegurarse la investidura es un insulto a la inteligencia y un desahogo propio de un felón dipuesto a traicionar a España. Ahora bien, la situación actual y la felonía que nos trae Sánchez sólo tiene un culpable: Alberto Núñez Feijóo que cayó en la trampa de la izquierda y le compró el relato de que el peligro estaba en Vox y en Abascal, cerrándole la única puerta que podía haberle dado la mayoria absoluta que ha mendigado sin éxito, porque se dedicó a atacar al partido de Vox, siendo su único apoyo fiable para llegar a la Moncloa. Esa estrategia alimentada por muchos de sus colaboradores le sitúa ahora al borde del barranco y en la oposición. Feijóo es hoy rehén de sus propios desaciertos y Sánchez aún se mofa de él dándole recomendaciones cuando es el menor indicado para aconsejar a nadie con su tortuosa trayectoria de mentiroso compulsivo. Amnistía: ¿Truco o trato? Simple mercadeo chantajista de unos y otros. El saqueo del Estado con vitola de legalidad y el Rey, mientras, en Dinamarca con la que está cayendo en España. Esto parece una historia de Halloween. España da miedo porque las consecuencias de esta deriva política, a día de hoy son todavía imprevisibles.
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