Esta frontera es un pitorreo

La frontera del Tarajal sigue siendo un pitorreo, ahora con menos volumen de paso de personas, no tanto de vehículos, tras su reapertura en mayo del 22, coincidiendo en fechas con el aniversario de la invasión que llevó a más de 14.000 marroquíes a entrar en la ciudad para mostrar y patentar la extrema debilidad de este territorio español frente a los caprichos del monarca alauí.
Cuajada de obras, pequeñas reformas que nunca acaban, el relato manido desde esa reapertura sobre mayor control de los que entran y salen y de lo qué entra y qué sale, es una total quimera en la realidad del día a día. En primer lugar, el objetivo de evitar las pernoctaciones de los trabajadores transfronterizos no se cumple. Cada día los agentes del CNP comprueban la entrada cada vez menor del número de éstos asalariados con papeles pese a que se supone hay algo más de un millar de ellos. ¿Es que han dejado de trabajar? NO, pernoctan en la ciudad. Que la Delegación del Gobierno alertara sobre medidas sancionadoras al respecto son ahora sólo palabras que quedan huecas.
¿Aduana? No existe hacia Marruecos, que ese país no quiere ni que pase por su frontera ni siquiera un yogurt adquirido en Ceuta... Pero productos marroquíes hacia Ceuta se diligencian con total normalidad en el punto de verificación aduanero diariamente. Furgonetas con muebles, distintos elementos como carpintería de aluminio made un Maroc etc... son importadas a Ceuta, controladas por la Agencia Tributaria. Ello ya ha llevado a las quejas del sector empresarial ceutí por no poder competir en precios con estas importaciones marroquíes. Pero nada pasa. Silencio.
En Ceuta entra producto alimentario marroquí, que está expresamente prohibido. Pero que entra es un hecho. ¿Pescado? cada día ¿Se puede pasar pescado desde Marruecos?, NO, pero entra. ¿Cómo?. Algo inexplicable por cuanto los vehículos donde se oculta de aquella manera el producto que luego acaba en bares, determinados restaurantes e, incluso, el Mercado, pasan a Ceuta sin que ni Sanidad, ni Aduanas, ni la Guardia Civil que lleva el peso del control fiscal en frontera ponga todos los medios para evitar primero una ilegalidad, segundo un problema para la salud pública. Es tanto el descaro que una casualidad, recientemente, levantó el asunto cuando fue descubierto un vehículo de Ceuta con más de 100 kilos de pescado en su. maletero a muy primeras horas de la mañana. No hubo manera de esconder el hecho. Aduanas se hizo cargo de la destrucción. En la fronera, jugarse el bigote de semejante manera es porque alguien hace la vista gorda... ¿Han conocido algo de esto, queridos ceutíes? No, porque se oculta. ¿Hay alguna investigación interna?. Se desconoce pero debería haberla...
Entre tanto, oímos y leemos opiniones de asociaciones de guardias civiles, haciéndose eco de algunos de ellos, que "recelan" de la Policía Nacional. Pero en lugar de decirlo abiertamente -por cobardía- atacan al eslabón más débil... la Seguridad Privada al que imputan acciones como el control de vehículos. Como si eso fuera iniciativa de ella, sin caer -porque es mejor desinformar- en que cumplen estrictamente el mandato (órdenes) del CNP en su zona de competencia. Lo que existe detrás de estas quejas es el cabreo porque sea Policía Nacional el que abra maleteros como si éstos les quitara trabajo a la Guardia Civil. Lo venden como un problema para el ciudadano por tener que pasar dos controles en la frontera... Todo un alarde de cinismo si nos atenemos al hecho de que un ceutí es controlado por la Guardia Civil en el puerto de Ceuta, pero también en Algeciras por la misma Guardia Civil al salir del ferry (dos controles a falta de uno).
En cualquier caso esta es la chispa que salta de los roces y permanentes recelos entre unos y otros, entre policías y guardias, que no es nuevo. En apariencia de cara al público hacen ver compañerismo pero la realidad es otra lamentablemente. Ello reflejado en una frontera como la que tenemos donde todo es un fiasco lo mires por donde lo mires, hace comprender que realmente es un pitorreo.
Entre los que creen que cruzar una frontera internacional por ser residente debe ser como el que cruza de un barrio a otro, el pequeño submundo interviniente en el 'mejor aprovechamiento' del paso para el vaivén de 'cosas' prohibidas a base de múltiples pases de motos en idas y vueltas diarias, algunos coches... o sencillamente los que oficialmente residen en Ceuta pero cruzan a diario ida y vuelta para llevar a los niños al colegio, es la vuelta al desparrame de siempre en una frontera donde lo que menos hay -pese aque se venda como tal- es inteligencia. ¿Frontera Inteligente? ¿Qué? ¿Para cuándo?... lo dicho, un... cachondeo.
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