El viejo refrán dice "prometer, prometer, hasta meter y una vez metido, nada de lo prometido". Un conocido adagio que puede costarle caro al líder socialista de Ceuta, Juan Gutiérrez, porque en campaña electoral ya se veía de presidente de la Ciudad y actuaba como tal prometiendo cargos a diestro y siniestro, con una suficiencia moral que suponía una autosuficiencia insultante y vender la piel del oso antes de cazarlo. Esas fotos divulgadas en redes sociales rodeado de adeptos (al menos gastronómicos) eran todo un alarde de poderío triunfal al más puro estilo de república bananera.

El golpe de realidad le llegó el 23 de mayo con la pérdida de un escaño y un buen puñado de votos, siendo superado por Juan Vivas, a quien Gutiérrez le había dispensado no pocos improperios que en la dura piel del longevo político apenas hicieron mella, muy al contrario que las alusiones de Vox en los Plenos para los que tiene la piel tan fina y se muestra muy sensible.

En cuestión de insultos, la dignidad de Juan Vivas deja mucho que desear cuando se comenta que, tal vez, su mayor insultador, Juan Luis Aróstegui ha sido quien ha estado negociando con él en nombre de "Ceuta Ya", porque al viejo político debe suponerle que los "niñatos" que figuran encabezando ese partido (conocido como el de los "yayistas"), son demasiado noveles para afrontar una negociación con ese viejo lobo de mar que es Vivas, capaz de engañar al más pintado y, encima con sonrisa y diciéndole "¿cómo estás hijo, estás bien?".

En cualquier caso, la gran jugada de estos pactos la ha hecho una vez más Vivas, que filtró a los medios afines, las ambiciosas pretensiones de Gutiérrez, dejando a éste desarbolado y llegando su codicia hasta Ferraz que en plena confrontación con Feijóo por la investidura a la Presidencia del Gobierno, vieron sus gerifaltes que suponía una piedra en el camino y, desde luego, la gran oportunidad de descrédito para el PP y Feijóo al llevarlos al terreno de la incoherencia política: pretender expulsar al "sanchismo" y a la vez, pactando con el "sanchismo" en Ceuta era el más difícil todavía circense.

Se culminaba lo que Esperanza Aguirre manifestó en sentido crítico: el PP "estigmatiza" a Vox y prefiere al PSOE, con todo lo que supone de carga esta tendencia hacia un partido que pacta con los filo terroristas de Bildu, los separatistas catalanes que dieron un golpe de Estado, el mismo PSOE que se coliga con el comunismo, que se entrega a Marruecos donde varios de sus ministros forman parte de los "lobbies" del vecino país, donde el presidente en funciones pasa parte de sus vacaciones cuando las pretensiones anexionistas del país alauita sobre Ceuta y Melilla continúan ¿y, ahora Juan Vivas viene a decir que pacta con el PSOE por razones de Estado?¿A quién quiere engañar este filibustero de la política?¿Se ha olvidado del Zapatero promarroquí, de María Antonia Trujillo, de José  Bono, del propio Pedro Sánchez su "querido presidente"?¿Esta tropa no son un peligro para España y para su integridad territorial?

Vivas no acepta pactar con Vox, al que tacha de poner en riesgo la convivencia en Ceuta, cuando ésta no existe nada más que en su imaginación: los incendios de vehículos en nuestras calles, de contenedores y la de delincuencia callejera, es un síntoma endémico de incivismo y nula convivencia. La inhabitabilidad de la barriada de El Príncipe, un hecho constatado, donde los pistoleros campan a sus anchas; por ello, la lucha contra la inmigración ilegal y la protección de nuestras fronteras, no pueden ser nunca un atentado a la convivencia, como tampoco el que se proclame a Ceuta como "más España y más Europa" y menos Marruecos. La unidad de España, recortar el despilfarro de gastos políticos, la igualdad de derechos y prestaciones públicas en educación y sanidad, la cadena perpetua para los violadores, la bajada de impuestos, el apoyo a los que crean empleo y riqueza así como a la familia, a la vida y a los valores, la lucha contra la corrupción (que afecta a PP, PSOE y nacionalistas catalanes), cierre de las mezquitas radicales fundamentalistas, y controlar la inmigración, junto a recuperar nuestro peso en Europa y el mundo deben ser cuestiones que a Juan Vivas, en su personal forma de entender la política, le lleva a estar atrapado en el "efecto Forer", esa falacia de validación personal, fenómeno psicológico por el que algunas personas otorgan calificaciones de alta precisión a las descripciones de su personalidad que supuestamente se ajustan específicamente a ellos, aunque son ampliamente generales para aplicarlas a una amplia gama de personas. Vivas ni es el ombligo del mundo, ni tiene la supremacía de autoridad moral para dar lecciones de nada, él que navega según vaya la corriente que más le interesa y dando bandazos en su zozobra política.

Ahora se le plantea, tras el veto del "sanchismo" a pactar con él, tras el ridículo nacional que ha protagonizado, echarse en brazos del islamismo que, según su percepción, debe estar más "alejado" de Marruecos que el "perverso" Vox y así lleva a sus votantes (que confiaron en el PP de ese "voto útil") a un pacto en donde su política entreguista le convierte en el tozudo personaje que olvida, no ya los antecedentes socialistas del crimen de Estado del PSOE con los GAL, sino la complaciente política promarroquí de Pedro Sánchez ("mi querido presidente") que convierte cada vez más a Ceuta en una población marroquí en vez del carácter europeo que merecería. La política híbrida promarroquí al igual que la ideología sectaria y totalitaria de la izquierda, nos quieren "camuflar" de partidos de " progresistas de izquierda" a MDyC y a Ceuta Ya, donde el peso religioso del Islam les impide ningún tipo de "progresía" tal y como es entendida por Podemos, Sumar, Compromís u otros, porque sería un simulacro tan ficticio como hablar de comer "callos" en la gastronomía musulmana, cuando el cerdo no conforma este guiso sino un sucedáneo del mismo y, naturalmente, no precisamente a base de los típicos componentes culinarios de nuestra comida, tan `proclive en grasa derivada al colesterol.

Vivas tiene un problema de "pactar" con quienes le otorguen con sus escaños la mayoría absoluta, donde descarta a Vox por "perverso" pero se intentó abrazar al "sanchismo" y ahora está disponible para hacerlo a partidos islamistas. Una especie de juego de la ruleta rusa que está por ver qué beneficio comporta a Ceuta., salvo el reparto de dinero público al clientelismo político de los negociadores.

Juan Gutiérrez, desautorizado públicamente en sus ambiciones personales por Ferraz, ha quedado como el gran payaso del circo político, él que había prometido lo que no debía ni podía en el momento en el que lo hizo. De ahí que, un viejo socialista diga que "no pasó por la Comisión Ejecutiva la posibilidad de pacto con Vivas". O sea que, Zipi y Zape se habían cocinado ellos solos un acuerdo que no contaba con las bendiciones de los órganos de dirección y, mucho menos de Ferraz. ¿Qué va a pasar con lo prometido por Gutiérrez? ¿Habrá intentos de agresiones como en 2019 cuando también prometió empleos y similares sin poder cumplirlos?

El secretario general de los socialistas ceutíes, al que los medios que le han reído las gracias en campaña, ya han recibido orden de acoso y derribo contra él, aventurando que le queda para septiembre una decisión: marcharse con dignidad o mantenerse por dinero mirando de reojo a la secretaria general de UGT, otra de sus ambiciones secretas. Algo habrá de moverse a corto plazo porque los socialistas históricos de Ceuta no comparten la conducta de Gutiérrez, un neófito de la política al que ha manejado Vivas a su antojo hasta ahora, engatusándolo con sus falacias, pero al que le ha perdido su excesiva ambición con la urgencia que pretendía. Y en este ámbito de la política, mejor hay que cocinar a fuego lento.