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Rodrigo Díaz
Lunes, 24 de Julio de 2023
Panorama Político

El Partido Popular se hace el 'harakiri' el 23-J

"Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio", decía la copla. "Contigo porque me matas, sin ti porque yo me muero". Aplicable a Núñez Feijóo que ha demonizado a Vox, su único aliado fiable, procedente del mismo tronco político y al que ha atacado durante la pasada campaña, asumiendo el discurso de la izquierda. Ahí está la clave del fracaso no sólo demoscópico del PP sino de esa mayoría suficiente para gobernar en solitario que propugnaba convencido el gallego de las cuatro mayorías absolutas en su tierra. La prepotencia de Feijóo y el relato recogido de la izquierda para aplicarlo a Vox, le ha llevado al mayor "pifiado" electoral, no detectado por las encuestas demoscópicas que le daban como ganador con mucha suficiencia. De ahí que vendiera la piel del oso antes de cazarlo, propugnando cese de Tezanos y gobernabilidad en solitario.

 

El golpe de realidad ha llevado al PP a reflexionar sobre la errónea estrategia seguida con alusiones de descalificación a Vox, con la arrogancia de asumir ser el denominado voto útil y evitando que, en las pequeñas provincias, donde el PP tenía poco que perder y Vox mucho que ganar, ha distorsionado el tablero político Perdiendo 600.000 votos (los de Abascal), y a la vez, haciéndose el harakiri el PP al perjudicar a su mejor y más fiable aliado para sumar esa mayoría absoluta de centro-derecha que garantizara la tan ansiada gobernabilidad.

 

La torpeza de Feijóo y sus asesores han llevado a debilitar electoralmente a Vox y, a la vez, impedir esa suma de la fuerza del bloque de derechas que, aun así, ha ganado las elecciones, porque no hay que olvidar que el PP superó en 14 escaños al PSOE que se mostró en la noche electoral como si hubiera vencido y más pensando en un posible gobierno Frankenstein, pese a que Sumar no fue tercera fuerza política sino Vox que le superó en tres escaños y perdió siete de lo que ostentaba Podemos.

 

La mala estrategia del PP le perjudicó claramente y también a Vox. Asumir el relato de la izquierda por parte de los "populares", ha sido un craso error, porque los de Feijóo no deberían renunciar a sus principios ni valores fubdacionales como tampoco a las diversas corrientes internas, todas ellas de centro derecha. También es verdad que la extremeña, María Guardiola, abrió la caja de Pandora que movilizó a la izquierda con sus descalificaciones a Vox.

 

El planteamiento de algún medio como El Español de una coalición PP-PSOE es un imposible: supone la renuncia por parte de Feijóo del relato de acabar con el Sanchismo y, por parte de Sánchez, tampoco sería reconocible que, dada su falta de escrúpulos, renunciara a echarse en brazos de los golpistas catalanes, de Bildu o de Puigdemont que parece erigirse en el árbitro de un gobierno de Sánchez a cualquier precio, con la exigencia de amnistía y referéndum incluidas, como precio a la investidura del actual presidente del Gobierno.

 

La imposibilidad de la gobernabilidad para Sánchez, aunque la aritmética de múltiples concesiones peda darle aire, lleva indefectiblemente, a un escenario de bloqueo, anticipado por Feijóo.

 

A estas alturas lo cierto es que la gran reflexión del resultado electoral del 23-J es que tenemos una sociedad con gran incultura política, sin pensamiento crítico y saturada de chiringuitos clientelares, acostumbrada a subvenciones y ayuditas. El resultado es que, o salimos a la calle o nos gobierna Puigdemont, los etarras o los antiespañoles. Lo cierto es que las mentiras de Sánchez, sus "cambios de opinión", sus tropelías, no han tenido coste electoral, porque el sufrido pueblo español es capaz de soportarlo todo y, encima, pese a estar fustigado con el cilicio "made in Sánchez", agradecer las paguitas tercermundistas y subvenciones por doquier, ese reparto de la miseria que no procede de la fructífera actividad económica sino del dinero de Europa, que se acaba a finales de año. Y ahora, ¿quién hará los "recortes", Pedro Sánchez o Feijóo?

 

Se abre un panorama político incierto con no pocas conjeturas a la vista y un abanico de posibilidades que, pudiera llevar a la repetición de elecciones para Navidad, en el caso de que Sánchez no alcance acuerdos con ese mosaico de partidos que quieren destruir España y a Feijóo se le impida gobernar. Un galimatías peligroso para la gobernabilidad, donde los partidos de la derecha (PP-Vox) han superado al bloque PSOE-Sumar. Lo peor de la ecuación es introducir a Otegui con Bildu, e independentistas con el chantaje de la ruptura de la integridad territorial en riesgo. Un pozo sin fondo. Y jugar a la ruleta rusa. Veremos a ver por dónde sale el tiro o a qué precio.

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