La campaña electoral, superado su ecuador, se sitúa en un horizonte decisivo. La debacle de Pedro Sánchez en el cara a cara con Núñez Feijóo en Atresmedia, llevó a aquél a la depresión electoral y a éste a sacar pecho, hasta el punto de ningunear a Vox con soberbia, como si el partido de Abascal fuera innecesario para lograr su propósito de alcanzar la Moncloa. Obvia el gallego presidente nacional del PP que los egos (pecado en el que reiteradamente ha incurrido Sánchez), no son la mejor forma de conducirse para ejercer la prepotencia de prescindir de su único aliado (Vox) con la obsesión de reclamar el voto de afines a esta formación y, que para Feijóo al serle válidos para sus objetivos, ya no son tan indeseables como cuando alguno de sus adláteres se aferra a prescindir del apoyo del partido que fundó Ortega Lara, al que algún sectario de izquierdas llama "facha", mientras que el comunismo de la denominada "izquierda a la izquierda del PSOE" o se denominan "morados" (serán de cómo se han puesto de tanto chupar de las arcas públicas para enriquecer sus patrimonios), o ese conglomerado de partidos que ahora se denominan "Sumar" y son tan igualitarios que sólo hablan de "nosotras". El comportamiento de moderación de Feijóo parece impostado, al comprobarse cómo se conduce en otros ámbitos donde se erige en dueño y señor de sus objetivos, mostrándose con prepotencia y altanería.

Los vaivenes del PP son más que sospechosos: su afán por sumar más escaños que la izquierda para forzar a Vox a la abstención, intentando gobernar con mayoría simple, es una entelequia "pepera", como ese artilugio de proponer que gobierne la lista más votada (algo que ha incumplido en varios escenarios), porque en política, igual que no se pide perdón (como ha hecho Sánchez por la desbandada de violadores en la calle por la ley del "sólo sí es sí" sino que se dimite o se cesa a la culpable), tampoco puede exigirse a un partido como Vox que preste sus apoyos por las buenas para coronar a Feijóo sin tener mayoría absoluta para gobernar. Estos apaños a la carta versión Feijóo hacen caer en el ridículo incluso a Aznar donde ha sido paseado por Murcia para decir una "boutade: "Los de los pagos", en referencia a Vox, como si este "estadista" amigo de los Gürtel y del "bigotes" así como de Rodrigo Rato y Bárcenas, pudiera dar lecciones a quien fue concejal del PP en su etapa de presidente como es el caso de Santiago Abascal y se jugó la vida ante ETA.

Santiago Abascal no ha engañado en su planteamiento desde el principio, exigiendo formar parte de los gobiernos en los que los apoyos de su partido fueran necesarios y, en caso contrario, bien dijo que no votaran a Vox sino al PP, porque no saldría gratis aportar sus escaños al PP. Después reforzó su pronunciamiento Abascal advirtiendo que no aceptaría chantajes del PP ni presiones para doblegar su voluntad en este sentido electoral.

El PP conocedor de la firmeza de Abascal trata de enmascarar su ambición por la atracción de votantes con la consideración del voto seguro, cuando en realidad, se está difundiendo por redes una cuestión de cálculo bastante clarificadora: el bloque de la izquierda conoce perfectamente la mecánica del voto, por ello todas las terminales mediáticas de la izquierda y el PSOE no piden el voto para los socialistas y todos tratan con mucho cariño a Yolanda Díaz de "Sumar", porque cada punto que gane el PSOE son sólo 4 escaños y si ese punto lo pierde "Sumar", perderían 7 escaños. Si aplicamos idéntico mecanismo al bloque de la derecha, el voto útil para acabar con el Sanchismo es claramente el voto a Vox, todo lo contrario de lo que nos dice el PP y las terminales mediáticas de la derecha, atacando de forma terrible a Vox. Feijóo busca sacar más escaños que la izquierda y forzar a la abstención a Vox.

Lo peor para Sánchez es votar a Vox. Según la Ley D´Hont del sistema de reparto, los partidos políticos que están en una horquilla de voto superior al 22% de intención de voto, como es el caso del PP, por cada punto porcentual de voto que pierde, lo hace con 3,75 escaños. Y según la misma ley que rige el proceso electoral, los partidos políticos que se encuentran en una horquilla de entre el 13% y el 22% de intención de voto, como es el caso de Vox, por cada punto porcentual que pierden, supone 6,6 escaños. Si Vox pierde el tercer puesto y lo gana "Sumar", entonces en vez de gobernar Feijóo y Abascal lo hará Sánchez. Obsérvese que éste evita pronunciarse en contra del voto a Yolanda Díaz y "Sumar", ya que ese voto a ésta, le asegura a Sánchez más la Moncloa que el voto directo al PSOE. De ahí el inmenso interés del PSOE en que "Sumar" aparezca en todos los debates y televisiones posibles. Por tanto, el voto a Vox asegura el gobierne del bloque de derechas PP-Vox.

Aquéllos que se sienten tan molestos porque haya pacto PP-Vox, los mismos que hablan de retroceso social y vuelta al pasado, son los que han desenterrado al dictador Franco del Valle de los Caídos y a José Antonio Primo de Rivera y, aún no contentos con ello, ahora en plena campaña electoral, de vueltas con Franco, le han retirado la medalla al Mérito en el Trabajo como "recordatorio" electoral de los que aluden y acusan que PP-Vox es la vuelta al pasado con el bloque de derechas gobernando, al igual que "resucitan" el temor a una supuesta vuelta a la censura, precisamente ellos, que desde "Sumar" hablaban de expulsar de la profesión a periodistas que, según ellos, no fueran veraces bajo su criterio o escribieran a su dictado, ellos que tienen subvencionados a numerosos medios  con dinero público en ese pesebre de sometimiento y pérdida de libertad de expresión tan escandalosa como obscena. Y como todo lo que dicen es mentira, no cesan de interferir con bulos y supuestos que sólo caben en la paranoia de sus ideas social-comunistas de perversión mediática.

De hecho, en los últimos días, dolidos por la frase de que "te vote Txapote" el sanguinario terrorista que asesinó a Miguel Ángel Blanco y de las "troupe" de Otegui y Bildu, (apoyos parlamentarios necesarios para Sánchez), ahora se han sacado de la manga esa foto que perseguirá a Feijóo en su vida política con el narcotraficante gallego Marcial Dorado en su yate: "Que te vote el narco del barco", es el nuevo grito de guerra de la izquierda. La lona de Sánchez con el rey de Marruecos ha sido el último episodio de vínculos por si la exministra de Zapatero, María Teresa Trujillo y su sentido promarroquí no fuera suficiente. El cartel del Frente Obrero en la Glorieta de las Cármenes en Madrid con "que te vote Mohamed VI", (por las concesiones siniestras y ocultas al vecino país), ha sido el penúltimo episodio de los "memes" políticos de actualidad con mensaje subliminal.

Echando un vistazo a las candidaturas electorales de Ceuta, desde un punto de análisis empírico, Vox presenta el mejor trío con políticos experimentados y, además, con la lista más 'feminista' de todas: 2 mujeres, cuando los demás lleva una y, en el caso de "Sumar", a Dios gracias, después de ser forzados a incluir alguna fémina, hasta modificaron la candidatura donde iban tres varones cuando esta formación habla tanto de machismo en la derecha, signo inequívoco de la farsa feminista de la izquierda.

La mentira y el engaño tienen fecha de caducidad, porque al final todo se descubre, (ya lo hemos hecho con no pocos episodios Sanchistas) y al mismo tiempo, la confianza muere para siempre. El gobierno social-comunista ha demostrado hechos que van mucho más allá de los dichos, de las promesas electorales ahora, en tiempo de descuento y amortizadas por conductas aberrantes y sórdidas. El 23 de julio tienen fecha de caducidad tantas tropelías cometidas de manera desenfrenada.