La definición del sustantivo y del concepto "Sanchismo" la dio su propio protagonista en El Hormiguero esta última semana: monstruo de las siete cabezas, describiendo la fórmula alquímica que lo homologa como una mezcla de mentiras, maldades y manipulaciones. 

La manera de hacer política "Sanchista" en todos estos años es la subordinación de la política, de la ética y de las lealtades a un proyecto estrictamente personal. No duda Pedro Sánchez en aniquilar a algunos de sus afines más próximos (Carmen Calvo, Ábalos o Iván Redondo), para sobrevivir él mismo sin costaleros para llevar el pesado trono del gobierno de la nación apoyado en independentistas, filoetarras o comunistas, como tampoco ha tenido problemas en desmentir con desparpajo y descaro sus promesas electorales o aludir a sus mentiras y engaños como "cambios de opinión".

El misterio de la fundación marroquí de la ex ministra "Trujillo en Larache" al igual que el misterio de quien envió la carta a Marruecos para el cambio en política exterior sobre el Sáhara occidental, así como los lobbies que a Zapatero y Bono les vinculan con el país alauita, son mantras que ensombrecen la política de defensa territorial de España ante el sátrapa marroquí y bajo el manto socialista de Pedro Sánchez.

En Ceuta, ni se puede ni se debe diferenciar al PSOE local de este PSOE entregado a un enemigo de Ceuta con su obsesión anexionista, más enemigo que amigo, con los problemas que genera con la pesca y aguas territoriales, los productos agrícolas y las incursiones de lobbies marroquíes en la Unión Europea para eludir responsabilidades de grabaciones y actuaciones de índole corrupta.

A "mi querido presidente" Pedro Sánchez y al PSOE local, Juan Vivas rinde pleitesía y, a no ser que desde Génova le reconduzcan como han hecho con la "baronesa roja" de Extremadura, María Guardiola, este presidente "caballa" al que alguien le bautizó como "la ruina" por sus continuados fracasos, llevará a Ceuta al caos.

El acuerdo para la gobernabilidad que en Extremadura han suscrito PP y Vox sería extrapolable a Ceuta si se trata de extirpar el Sanchismo de nuestras vidas, porque no hay un Sanchismo diferenciado, mayor o menor, sino que es único en todas partes y Ceuta no queda al margen de unas políticas que Alberto Núñez Feijóo quiere desterrar. Supongo que "sin tutelas ni tu tías", como diría Manuel Fraga en su famosa frase del relevo. De ahí que a Juan Vivas ni pueda permitírsele ir por libre ni tampoco puede ser un individuo excluyente en la política general de su partido a nivel nacional. Hay que entender que los votos recibidos por su extenso clientelismo político (desplegado con dinero público) no han sido para pactar con el PSOE. No son votos en blanco para utilizar a conveniencia personal de quien se debe a la disciplina de partido y no a ir por libre, pese a sus triquiñuelas artificiales y estériles que le convierten en un filibustero infumable.

La política del PP no la puede marcar la izquierda de este país ni sus aliados Bildu, independentistas y comunistas. Y el PP ha de dejarse de complejos a la hora de pactar con Vox que, como elemento fundamental de sus principios de defensa, defiende la Constitución, la integridad territorial y una serie de valores que la izquierda dinamita a su antojo y conveniencia, despojándonos de nuestras señas de identidad.

Resultaría intolerable que desde el PP de Feijóo se permita a Vivas ejercer políticas de izquierdas con los votos que le ha otorgado un electorado que ni es socialista ni quiere serlo. Manipular ese destino de las urnas a unas siglas de derechas para pactar con la izquierda, es reincidir en el Sanchismo y, además, hacerlo de manera solapada, pero con idéntica crueldad y descaro que su artífice.

Extremadura es un buen antecedente para que Vivas vaya tomando nota. Los acuerdos se alcanzan cuando hay voluntad de lograrlos y se descartan inquinas o venganzas. No se olvide que quien más ha insultado a Vivas en Ceuta ha sido Juan Luis Aróstegui y con él mantenía muy buenas relaciones hasta el punto que en la calle hablaban del ex secretario general de CC. OO como el "vicepresidente" de Vivas. Quiere decirse que, a Vivas, en determinados casos, las alusiones personales, no le afectan.

El PP en Ceuta merece resetearse para encauzarlo en la línea que Feijóo quiere imprimirle a nivel nacional. Si no se demostrará que poco importa esta ciudad para el cambio político que se quiere imprimir al resto de España.