El portavoz de campaña del Partido Popular, ese que predica como si no hubiera un mañana, presentó el jueves, descalzo en la arena de una inexistente "playa" (porque ya decía la canción "vaya, vaya, aquí no hay playa", en Madrid, se entiende más allá del embalse de San Juan), utilizando un centro deportivo entre sombrillas para la ocasión y con el lema "Verano Azul", llevó a la imaginaria costa madrileña inexistente, una campaña electoral para las generales tan vacua como la postura de pactos "pepera" en Extremadura con la cerrazón de una María Guardiola que parece más de Podemos que del PP.

Carente de sentimiento ideológico de derechas, "María la extremeña" ( antes sólo habíamos oido hablar de "María La Portuguesa" de Carlos Cano, ese fado que cuenta la historia de amor entre un marinero muerto a tiros y María, una misteriosa mujer portuguesa, que nos lleva al paralelismo político de esa "extremeña" líder del PP en aquél territorio (aplaudida por Podemos por su "discurso épico" en el que veta a Vox), donde el mundo al revés y el desvarío del Partido Popular lleva a que su formación permita un infiltrado de izquierdas en sus filas: un contertulio que se hace pasar de "derechas", que siempre da la razón a la izquierda como asesor de la "extremeña", asiduo tertuliano de la Sexta y del Plural, periódico que dirige una exjefa de prensa de Zapatero, llamado Santiago Martínez-Vares, un gurú que colabora en el periódico de Angélica Rubio, pese a que en su día trabajó como director adjunto del gabinete del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoilo.

Si el PP del "Verano Azul" sin Chanquete no prescinde de raíz de los infiltrados de izquierdas en sus filas, tendrá al enemigo dentro, dinamitando sus pactos y acción de Gobierno, como ese Caballo de Troya contra sus postulados ideológicos, porque los complejitos del PP conducen a estas situaciones tan absurdas: el propio Juan Vivas es proclive a rodearse de periodistas de izquierdas como ya viene demostrando en su longeva trayectoria política, quienes no comparten las políticas del PP. pero sí los suculentos sueldos públicos que les hacen comulgar con ruedas de molino. Se dice que por dinero baila el perro. Una sinrazón de comportamiento tan absurda como peligrosa que les lleva a los "peperos", como a "María la extremeña" al ditirambo de un comportamiento político tan alejado de la realidad como de sus propios principios ideológicos, en el caso de que se tuvieran o tuviesen, que está por determinar tanto en el caso del ínclito Vivas como de la soberbia María Guardiola, bautizada como la "baronesa roja" qué sarcasmo como la antítesis de Díaz Ayuso y diferenciadas por la mayoría absoluta de la madrileña contra la superada por el PSOE de Vara en 6.000 votos pese al empate en escaños que le hace necesitar a Vox para gobernar. De ahí el conflicto en el pacto y la falta de sensatez por no reconocer que los escaños de Vox le son imprescindibles.

Recurrir como símil político al "Verano Azul" de Antonio Mercero de los años 80 puede resultar equívoco en este caso, porque Chanquete el alma de la serie televisiva ahora en conflicto por cuestión de derechos con el PP, murió e induce a pensar si los del llamado "socialismo azul" quieren simular que es la muerte de Pedro Sánchez o puede derivar al fracaso de su intentona de gobernar España con conflictos estériles con Vox e infiltrados de izquierdas como Santiago Martínez-Vares o "la extremeña" que se conduce como si perteneciera a "Sumar" y fuera una adalid de Yolanda Díaz. Bien es verdad que Piraña, el personaje de ficción en Verano Azul protagonizado por Miguel Ángel Valero, ingeniero, profesor de universidad y el fichaje estrella de Almeida, como director de la Oficina de Accesibilidad en 2020 fue un gran referente en su día para el Partido Popular. Precisamente formó el dúo "Los Pirañas" con Miguel Joven "Tito" en la serie y ahora imagen en el vídeo del Verano Azul del PP, vinculado también en Nerja a los populares.

Como idea veraniega y recurso popular de una serie de éxito, "Verano Azul" resulta un oportuno banderín de enganche para esta convocatoria electoral anómala que Pedro Sánchez se sacó de la manga, tras el fracaso de las elecciones locales y autonómicas para los socialistas y la izquierda. Tal arrebato de indignación electoral adversa y a la vista de cómo está dejando el país con penuria económica, sin prosperidad y plagado de subvenciones en forma de migajas económicas, con la inflación disparada y el déficit público en 1,5 billones de deuda que nos aboca a "recortes" para un próximo gobierno, solo faltan las bicicletas para completar la ecuación del desarrollo argumental de Verano Azul, como fórmula de movilidad al precio que se ha puesto el combustible.

La vuelta a la bici como vehículo más barato del mundo, no es un mal símil de empobrecimiento social evidente, y dado que la política salva a los ciclistas, la revolución holandesa de la bicicleta sigue adelante, ya que la bici es política en Budapest y como son cruciales en tiempos de guerra, no estaría mal que en España además de hablar del Verano Azul electoral se incorporaran las bicicletas en un estío muy caliente.

La barca de Chanquete también debería recuperarse para que Pedro Sánchez, una vez despojado del Falcon y su derroche de contaminación y gasto, navegara por esos mares con destino a otros confines de la tierra, dejándonos para siempre. Mucho me temo que no será así, por lo que apunté en el título de este artículo que éste será un "Verano Azul del PP" sin Chanquete. Una pena muy grande. Chanquete podría resultarnos un consuelo como efecto placebo para tanta putrefacta política del social-comunismo en vías de extinción electoral.