
El búnker
Ni los 5 votos de los localistas ni los 6 votos socialistas ni con los votos de Vox. El Partido Popular revalida su gestión municipal por ser la lista más votada y porque así es la democracia. El alcalde presidente ha sido nombrado sin más apoyo que los de su propio partido y tal y como lo anunciábamos eso pudiera ser la mejor opción para Ceuta si logra crear un gobierno que escuche a los ciudadanos y que se guíe por el contrapeso que supone hacer caso de lo que tienen que decir y aportar los distintos grupos. Veremos que da de sí esta legislatura y si los partidos políticos son capaces de superar su división ideológica y ofrecer soluciones a los problemas de la ciudad.
Ceuta está en un momento crítico y necesita superar las desavenencias y la fragmentación para afrontar todos juntos un futuro lleno de dificultad. Naturalmente en esta situación hay quien sale ganando y quien sale perdiendo. Puede ganar Ceuta y perder, de una vez por todas, el clientelismo. Y, también, vamos a ver cuál es el verdadero talante de Juan Vivas y si está a la altura de este reto, si ha entendido el mensaje de las urnas o si permanece secuestrado por un servilismo a los intereses de determinadas personas que se aprovechan de la política para ganarse la vida aprovechándose de los demás.
Si en el órgano de dirección del partido sólo se llevan las propuestas políticas del jefe, la estrategia no se somete a debate y sólo interactúan en el rumbo político los otros dos más importantes, entonces aparece una especie de triunvirato con apariencia democrática dónde sólo se cumplen los deseos del círculo cerrado de los que mandan: el búnker.
Cómo puede afectar a la voluntad popular y la representatividad en el sistema político la falta de democracia interna en un partido político debe ser motivo de preocupación del ciudadano. Los partidos políticos están sujetos a la Constitución (que en su artículo 6 establece que su estructura interna y funcionamiento deben ser democráticos) y a la Ley Orgánica 6/2002, que establece ciertos requisitos para su funcionamiento interno y, si bien no especifica directamente la forma en que los partidos deben tomar decisiones, sí establece la necesidad de respetar los principios democráticos, la participación y la transparencia en su funcionamiento. Por ello, la falta de debate y la concentración del poder en un pequeño grupo de dirigentes podría ser considerada como una práctica contraria a los principios democráticos y participativos. Sin embargo, en la realidad, la aplicación y supervisión de estos principios en los partidos recae principalmente en los propios militantes y simpatizantes, así como en la opinión pública.
Si los militantes son sumisos a los deseos del jefe porque de él depende que tengan un puesto remunerado y en consecuencia un sustento económico, la democracia se corrompe y se convierte en clientelismo. En esa situación no funcionan los órganos de control del partido ni los comités de ética porque la red se extiende en la medida que crece la hipocresía, el miedo a las represalias internas y la conciencia de que la justicia y el sistema no funcionan. Esto denota un problema grave y si esto es lo que continúa será señal de que vamos muy mal como sociedad y de que el pueblo de Ceuta está adormecido.
La situación actual va a despejar si continuamos viviendo en la falta de transparencia y de democracia interna del Partido Popular que hasta el momento lo único que ha mostrado son unas listas, hechas a medida, incluso repletas de "fichajes" (neófitos que serán utilizados por el núcleo de poder y que no molestarán a sus obscuros propósitos de gobierno en la sombra) para engañar al ciudadano con la intención de captar su voto. Esto el gran líder lo sabe. Sabe que las listas cerradas no contribuyen a la salud democrática porque los ciudadanos no pueden elegir directamente a los candidatos, sino que deben aceptar la lista propuesta (e impuesta) en su conjunto. Por eso desde hace bastantes años el ciudadano resignado no elige la que le parece la mejor opción sino la menos mala.
Claro está que el sistema democrático permite que existan diferentes opciones políticas y que los ciudadanos puedan expresar su voluntad a través del voto y si un partido político en el gobierno no respeta los principios democráticos y su actuación va en contra del mandato popular, los ciudadanos tienen la oportunidad de manifestar su descontento en las elecciones y optar por otras opciones políticas. Y eso es justo lo que ha sucedido. Veremos si Vivas es capaz de leer el resultado, si continúa en la misma senda que ha llevado hasta ahora o si sale de ese búnker en el que anda metido y se libera de los que tiene justo al lado que son los que sin haber dado la cara jamás en una lista electoral en cambio sí han sido capaces de elaborarlas y aprovecharse de ello. Sin dar nombres, el próximo jueves será la toma de posesión de Juan Vivas I de Ceuta y estén atentos al reportaje gráfico porque bien a su lado estarán los que componen su búnker. Los mismos que hoy asistían como público a la constitución de la asamblea.
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