
Vivas y sus negociaciones con la ultraizquierda local
El argot político en los últimos años, por la terminología utilizada machaconamente por el gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez, ha llevado a la utilización de términos, siempre descalificatorios, para la derecha española. Así, se ha hablado con mucho desahogo de la ultraderecha y, en la actualidad, el propio Pedro Sánchez, juega con las palabras en el mismo sentido y, además, con marchamo de insistencia: la extrema derecha y la derecha extrema. El amigo de los proetarras.
Ni los independentistas que quieren romper España, ni los asesinos de la banda terrorista ETA y su inclusión en las listas electorales de Bildu, han sido problema alguno ni para Sánchez ni para la izquierda mediática nacional, como tampoco ha supuesto para estos adalides de la libertad "a su medida", la escandalosa modificación del Código Penal a la trágala para favorecer la situación de los golpistas catalanes y, menos aún, las maniobras de Sánchez para hacerse con el control del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, el mismo que ha sufrido dos sentencias del Alto Tribunal por los dos anticonstitucionales Estados de Alarma que le sirvió para encerrarnos y "amordazar" al Parlamento evitando el control de sus tropelías durante la pandemia del COVID.
A nivel nacional estamos hartos de escuchar terminologías de "blanqueo" para el comunismo de Podemos: el partido morado o, como mucho, el que está a la izquierda del PSOE. De los nacionalistas, otro tanto: partidos independentistas, sin más. De Compromís, ni eso siquiera. Y del resto de las "confluencias" con Podemos, ni mencionarlos con calificativos acordes a su tendencia ideológica.
En Ceuta, Juan Vivas, también ha blanqueado a los dos partidos de corte musulmán: MDyC y Ceuta Ya. A ambos les denomina "localistas", pero omite intencionadamente, de extrema izquierda: el primero de ellos, integrado en el Pacto del Turia, con Yolanda Díaz de "Sumar", con los independentistas de Ada Colau y con Compromís, añádase a la unión con Errejón. Un encaje de MDyC que no se explica con la extrema izquierda porque lo que todos estos partidos propugnan abiertamente (matrimonio gay, eutanasia, ley trans, aborto, ley de igualdad, etc.) choca frontamente con sus creencias religiosas, lo que ha promovido no poco rechazo entre los puristas de su colectivo, que no ven concordancia entre política y religión por estos derroteros.
En cuanto a Ceuta Ya, antiguos Caballas, provienen de su vínculo original con Juan Luis Aróstegui, político de ultraizquierda ( el mayor insultador en los Plenos y del que Juan Vivas soportó carros y carretas con improperios de todos los colores y grosor dialéctico) y, posteriormente, con otro vínculo con el corrupto Aberchán que también formó parte con Fátima Hamed del Pacto del Turia, aunque en la última fase "desapareció" de la foto tras sus dos años de condena y, cuyo partido, se ha visto envuelto en estas últimas elecciones en la investigación de compra de votos y asalto a los funcionarios de correos.
Ceuta Ya, con su ideólogo Aróstegui y con algunos integrantes que pertenecieron a la cúpula local de Podemos, no es en ningún caso -pese a que se empeñe Vivas-, un partido localista sin más; también lo es de extrema izquierda, como ellos mismos se consideran.
Y aquí viene la controversia, la incoherencia, el dislate del longevo político: ¿Cómo trata de negociar para alcanzar un pacto de gobierno el Partido Popular con partidos de extrema izquierda? ¿Cómo se puede digerir esta situación, señor Núñez Feijóo, en este desvarío senil de un político que ha perdido el norte y la conciencia en una estrategia absurda?
El pacto con el PSOE después de los calificativos que Juan Gutiérrez, creyéndose ya presidente "in pectore" durante la campaña electoral, aparte de decir muchas verdades sobre su adversario político Vivas, ha roto puentes de entendimiento por mucho que los poderes fácticos locales quieran restañar una profunda herida de ataques personales, con descalificación incluida, para el líder del PP local.
No lo tiene fácil Juan Vivas. Podría gobernar en minoría, pero prefiere la comodidad de la mayoría absoluta que le garantiza estabilidad. No quiere sobresaltos ni inquietud. Por ello, manejó en un primer momento el órdago de la extrema izquierda localista, porque él no va de ideología como demostró desde hace tiempo: se maneja bien a derecha (PP, su partido) y a izquierda (PSOE, con "mi querido presidente", piropeando al psicópata Pedro Sánchez en sus visitas a Ceuta).
Ni contigo ni sin ti / tienen mis males remedio / contigo porque me matas / sin ti porque yo me muero... Juan Vivas en estado puro.
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