Diario de Campaña
¡Santiago (Abascal) y cierra España!
Este grito de guerra que invoca a Santiago Apóstol, clama a la patria por la que los soldados iban a luchar. Un significado que el líder nacional de Vox, trajo este lunes a nuestra Ceuta, tierra de conquistadores para la que Abascal -el otro Santiago que defiende patrióticamente nuestras fronteras-, tuvo palabras de rechazo para la inmigración ilegal y para los narcotraficantes, para quienes invocó "plomo o cárcel". Y además dejó claro para "algunos" que esto es España y no Marruecos, mensaje subliminal con gran carga de sentimiento patriótico.
El mismo valiente que sobrevivió a las amenazas de ETA en Euskadi, aquél que miraba bajo el coche por si había una bomba-lapa de los terroristas a los que Pedro Sánchez les otorga ahora carta de naturaleza en las listas de Bildu, ese mismo Santiago Abascal que figuró en las listas del PP cuando nadie quería ir por los años de plomo de ETA, ha sido quien en Ceuta se ha sentido "como en casa" circulando con sus compañeros de partido con protección policial, porque en esta Ceuta que él ha enfatizado con una obviedad ("esto es España y no Marruecos, porque nunca fue de Marruecos"), recordó a una política que se dice de izquierdas (desconociendo los preceptos de la izquierda en cuanto a una serie de cuestiones que sus creencias religiosas no aceptan), Fátima Hamed, un día tuvo la osadía de proponerle al Pleno de la Asamblea declararlo "non grato" con el beneplácito de la derechita cobarde del PP y del melifluo Juan Vivas, como si la aceptación de quien es o no bien recibido en Ceuta la dieran cuatro políticos corruptos llevados por su inquina, los mismos que hablan de Islamofobia y practican la Voxfobia, quienes dicen luchar contra el odio cuando son los que lo propugnan. El don de la contradicción y el esperpento lleva a estas situaciones dantescas.
El patriotismo de Abascal y su partido está fuera de toda duda, como los valores del fundador de Vox, José Antonio Ortega Lara, funcionario de prisiones que permaneció secuestrado por ETA entre 1.996 y 1.997 después de pasar 532 días encerrado en un zulo. Quienes hablan con desdén de Vox han de mirar a su fundador y a su presidente nacional con respeto por ser tan valientes de no rendirse ante ETA, cuando hoy hay un presidente del Gobierno que cede ante Marruecos y ante Bildu, que es capaz de doblegarse ante posturas anexionistas del vecino país y de no cerrar nuestras fronteras a la inmigración ilegal además de cambiar la postura de la política internacional de España con relación al Sáhara Occidental de espaldas al Parlamento y a sus socios de Podemos en el Gobierno. Una situación que su hombre en Ceuta, Juan Gutiérrez también comparte en su pesada mochila de arbitrariedades compartidas.
El discurso de Santiago Abascal en Ceuta fue contundente, en su línea con lo que marca su ideario político, sin concesiones ni ambigüedades y dejando al Partido Popular como la formación que tuvo varias posibilidades de ilegalizar a Bildu con mayoría absoluta en el Parlamento y lo rechazó.
Calificó de "valientes" a los asistentes a su mitin por la descalificación que sobre sus militantes y simpatizantes hacen en Ceuta esas fuerzas que se llaman democráticas y desprecian a la vez la decisión libre de los votantes que respaldan a Vox. Los mismos que se creen con el marchamo de otorgar etiquetas a quienes no son de su agrado o se pliegan a sus caprichos. Menos mal que aún hay partidos como Vox, electores como los que otorgan su voto a esta formación política y líderes como Santiago Abascal. De ahí que proclamemos: ¡Santiago (Abascal) y cierra España!
Este grito de guerra que invoca a Santiago Apóstol, clama a la patria por la que los soldados iban a luchar. Un significado que el líder nacional de Vox, trajo este lunes a nuestra Ceuta, tierra de conquistadores para la que Abascal -el otro Santiago que defiende patrióticamente nuestras fronteras-, tuvo palabras de rechazo para la inmigración ilegal y para los narcotraficantes, para quienes invocó "plomo o cárcel". Y además dejó claro para "algunos" que esto es España y no Marruecos, mensaje subliminal con gran carga de sentimiento patriótico.
El mismo valiente que sobrevivió a las amenazas de ETA en Euskadi, aquél que miraba bajo el coche por si había una bomba-lapa de los terroristas a los que Pedro Sánchez les otorga ahora carta de naturaleza en las listas de Bildu, ese mismo Santiago Abascal que figuró en las listas del PP cuando nadie quería ir por los años de plomo de ETA, ha sido quien en Ceuta se ha sentido "como en casa" circulando con sus compañeros de partido con protección policial, porque en esta Ceuta que él ha enfatizado con una obviedad ("esto es España y no Marruecos, porque nunca fue de Marruecos"), recordó a una política que se dice de izquierdas (desconociendo los preceptos de la izquierda en cuanto a una serie de cuestiones que sus creencias religiosas no aceptan), Fátima Hamed, un día tuvo la osadía de proponerle al Pleno de la Asamblea declararlo "non grato" con el beneplácito de la derechita cobarde del PP y del melifluo Juan Vivas, como si la aceptación de quien es o no bien recibido en Ceuta la dieran cuatro políticos corruptos llevados por su inquina, los mismos que hablan de Islamofobia y practican la Voxfobia, quienes dicen luchar contra el odio cuando son los que lo propugnan. El don de la contradicción y el esperpento lleva a estas situaciones dantescas.
El patriotismo de Abascal y su partido está fuera de toda duda, como los valores del fundador de Vox, José Antonio Ortega Lara, funcionario de prisiones que permaneció secuestrado por ETA entre 1.996 y 1.997 después de pasar 532 días encerrado en un zulo. Quienes hablan con desdén de Vox han de mirar a su fundador y a su presidente nacional con respeto por ser tan valientes de no rendirse ante ETA, cuando hoy hay un presidente del Gobierno que cede ante Marruecos y ante Bildu, que es capaz de doblegarse ante posturas anexionistas del vecino país y de no cerrar nuestras fronteras a la inmigración ilegal además de cambiar la postura de la política internacional de España con relación al Sáhara Occidental de espaldas al Parlamento y a sus socios de Podemos en el Gobierno. Una situación que su hombre en Ceuta, Juan Gutiérrez también comparte en su pesada mochila de arbitrariedades compartidas.
El discurso de Santiago Abascal en Ceuta fue contundente, en su línea con lo que marca su ideario político, sin concesiones ni ambigüedades y dejando al Partido Popular como la formación que tuvo varias posibilidades de ilegalizar a Bildu con mayoría absoluta en el Parlamento y lo rechazó.
Calificó de "valientes" a los asistentes a su mitin por la descalificación que sobre sus militantes y simpatizantes hacen en Ceuta esas fuerzas que se llaman democráticas y desprecian a la vez la decisión libre de los votantes que respaldan a Vox. Los mismos que se creen con el marchamo de otorgar etiquetas a quienes no son de su agrado o se pliegan a sus caprichos. Menos mal que aún hay partidos como Vox, electores como los que otorgan su voto a esta formación política y líderes como Santiago Abascal. De ahí que proclamemos: ¡Santiago (Abascal) y cierra España!






















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