El fraude electoral del voto por correo en Melilla, ( 20% del censo, ni más ni menos) con reincidencia porque ahí está el condenado Aberchán por prácticas anteriores, ese paradigma político de Mohamed Alí (por extensión a Ceuta Ya) y Fátima Hamed. Publica El Confidencial que Policía, Guardia Civil y CNI investigan la implicación de Marruecos en la trama de votos. Una situación intervencionista que ya se dió con los atentados del 11-M y con el espionaje al teléfono móvil de Pedro Sánchez. La injerencia marroquí, algo que hay que combatir y controlar con nuestros servicios de seguridad nacional.

¿Y en Ceuta, qué?, cabe preguntarse. Pues aquí, tan burda maniobra propia de dictaduras totalitarias sudamericanas se muestra con otra cara. Bien harían los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado de vigilar con agentes de paisano los alrededores de los colegios electorales el 28-M y practicar detenciones si fuera necesario, donde en otras elecciones algún político quedó estupefacto de comprobar "in situ" cómo se cambia dinero por votos. En cada elección se extiende más esta práctica fraudulenta. "Se paga antes de llegar al colegio", dice alguien que bien sabe de esto. "El otro día ví cenando a una persona de un partido con un grupo capaz de eso y mucho más. Están preparando esa línea". Quien debería saber de esto y tener confidentes infiltrados, supongo que estará en la situación para abortar estas fraudulentas prácticas, que destruye nuestra democracia y cuyas consecuencias pagaremos todos los españoles.

"Nos jugamos mucho en estas elecciones", dice alguien que conoce a fondo la situación. Hay gentes sin escrúpulos dispuesta a todo con tal de alcanzar sus objetivos. En los garantes de la legalidad está que no logren sus propósitos para denigrar nuestra democracia y preservar nuestro Estado de derecho.

Si lo sucedido en la ciudad hermana de Melilla no es un aviso de lo que puede suceder en Ceuta es que alguien desconoce el dicho "cuando las barbas de tu amigo veas afeitar, pon las tuyas a remojar". Y aquí la cuestión no consiste en afeitarnos, en rasurarnos la barba, sino en cortarnos el cuello directamente.

El panorama electoral se configura con el PP confiando ciegamente en su feudo de clientelismo político, el PSOE  despliega una estrategia de "hacer la calle" y ha contactado con personas que empujan a los que menos piensan, mientras a Fátima Hamed (que ya no habla de desgobierno Vivas) y Ceuta Ya les basta con seguir con un escaño o dos a lo sumo, con un PSOE que confía en inclinar la balanza con su permanente presencia en los barrios. Tanto PP como PSOE han optado por Fátima Hamed como muleta para sumar, si es necesario, la mayoría absoluta.

Por otra parte, Gutiérrez que no se engañe con la efusión de entusiasmo que recibe porque luego esa efervescencia populista hay que traducirla en votos en las urnas. No hay principios ideológicos: se juega sólo al "y tú más". Y a prometer, quizás lo que no se puede cumplir en ese clásico "¿qué hay de lo mío?"

El "caso" Melilla deja el terreno abonado en Ceuta a una alerta generalizada para que se controle la situación de un supuesto fraude. El que avisa no es traidor. La frase lapidaria que se escucha, lo resúme todo: "Nos jugamos mucho". ¿Quién o quiénes se juegan tanto? Pensamiento libre para todos. Saquen sus propias conclusiones. Los "caballas" por supuesto y, los "otros", también.