La Junta Electoral está dando las bendiciones a que en la televisión pública (la que pagamos todos), se convierta en el cortijo particular de las dos formaciones que han gobernado en coalición durante la última legislatura. Y para sarcasmo, la pagamos todos pero no pueden participar todos los partidos. Menudo galimatías derivado al absurdo. Permitir un debate "a dos" es contribuir con las bendiciones institucionales, al teatrillo que se montan Juan Vivas y Juan Gutiérrez, (los Zipi y Zape de la política local), a la vez que supone hurtar a la democracia la voz de otras formaciones políticas a las que se silencia con esta "dirigida" exclusión, donde parece que en vez de la Junta Electoral, quienes mandan en el medio televisivo público son Vivas y Gutiérrez, los mismos que pactaron el nombramiento del director de RTVCE donde se hará el debate a dúo.

Extrapolar hasta límites de perversión política, las estrategias de PP = PSOE y desde la Junta Electoral, bendecir estas "maniobras" excluyentes es una vergüenza porque se descarta la luz y taquígrafos deseable. ¿Dónde se recoge en la ley que hayan de ser sólo dos partidos y no todos, los que concurren electoralmente a los comicios del 28 de mayo quienes hayan de debatir en un medio público? ¿Dónde nace esta perversa decisión que en sus orígenes fue un deseo de Juan Vivas que se ha visto cumplido? Precisamente, dos formaciones políticas que han sido sancionadas por la propia Junta Electoral por vulnerar la ley en este proceso electoral y prodigarse a sus anchas, con conductas ilegales que han llevado a sanciones. No han sido ni PP ni PSOE ejemplarizantes en su forma de conducirse y ahora ven cumplido su deseo excluyente, cuando los socialistas han esgrimido en múltiples ocasiones ese lema vacío de "para que nadie se quede atrás". Faltaba conocer el qué, cómo, cuándo, dónde y por qué.

Dejar sin voz a seis formaciones políticas (Vox, MDyC, Ceuta Ya, Ciudadanos, Podemos y Libres) es una pasada, una arbitrariedad escandalosa  y el mayor descaro que podíamos conocer porque rompe la neutralidad electoral al aplicárseles otras restricciones añadidas, al margen de los tiempos que se les otorgan en la publicidad institucional en función de su representatividad y número de votos. Minimizar al otro, no es la mejor forma de confrontar programas, propuestas y sentido crítico.

No es de recibo que sólo se autorice un debate al dúo que ha estado gobernando esta ciudad, que ha aprobado los presupuestos en tres ocasiones, lo que deja a las claras un hecho: ya sabemos cómo y a quienes les incomoda que otros partidos les saquen los colores de su inoperancia en la gestión. Ya está bien de trasladar al proceso de estos comicios, con la anuencia de la Junta Electoral, ese teatrillo político que enturbia la vida local, hurtando al ciudadano el legítimo derecho a escuchar críticas y propuestas de otras formaciones, en aras a la libertad de expresión y a la neutralidad política por la que hay que velar en este proceso cara al 28-M.

Silenciar, poner sordina a "los otros", es una forma tortiucera, perversa, sectaria, de manipulación del proceso electoral para dejarlo vacío de contenido y sólo limtado a las fotografías, como si se tratara de un recuerdo de familia evitando conocer otras opciones. Que PP= PSOE se vuelvan a mirar al ombligo es una forma de perversión del sistema y un engaño al alectorado.

Hay que levantar las alfombras y cuantas más, mejor. Las anomalías, irregularidades, corruptelas, han de formar parte activa del proceso electoral para que el ciudadano decida lo mejor para sus intereses. El silencio de los corderos es otra forma de manipulación consentida. Se impone que los marginados -hasta aquí llega la alargada mano de los poderosos-, tengan voz y si no, que se rebelen en defensa de su legítimo derecho a discrepar y hablar claro. No más mordazas ni bozales para excluir a los que no se les quiere escuchar. El debate "a dos" es una modalidad de fraude ético y moral al electorado. No se pueden contaminar estas elecciones atendiendo los caprichos de Vivas y Gutiérrez.