Diario de Campaña
Un sector de la izquierda teme a Ramón Rodríguez

Algunos partidos que concurren a estas elecciones tienen la mecha muy corta o la sensibilidad a flor de piel. La sutileza de sus análisis les lleva a hilar muy fino y a evaluar situaciones y conceptos que les perturban. Tal es el caso del PSOE que ha visto cómo se les encendían los focos de la alarma cuando este pasado miércoles, Ramón Rodríguez fue capaz de reunir en la sala de usos múltiples de la biblioteca pública, "Adolfo Suárez", a unos cuarenta asistentes a la presentación de su primer libro "Panecillos, bacterias y odio", que presentó Antonio Martín.
En esta "premier" literaria del docente, político y escritor, se reunieron un buen número de personas de diferentes tendencias, algunas socialistas declaradas como el director del SEPE, José Simón, amigo personal de Ramón Rodríguez, Yolanda Rodríguez, titular de la Dirección Provincial del Ministerio de Educación y Formación Profesional o Antonio Gil, socialista histórico y exsecretario general de UGT, contertulio y también amigo, de Ramón en su programa de los viernes en la SER. También hubo muchos allegados a Rodríguez y representantes políticos como el líder de Ciudadanos, Javier Varga.
Esta variopinta y nutrida presencia, conociendo antecedentes de presentaciones de libros con apenas asistentes, ha originado no poca incertidumbre y preocupación en el PSOE por el "tirón" mediático del personaje que ha proyectado una campaña personal con ideas novedosas de cambio para Ceuta. De hecho, hay muchos ciudadanos que le han prometido el voto por reconocimiento a su personalidad más que por identidad con el partido que representa, dado que su talante cercano, dialogante y abierto con mente cultivada, provocan empatía en quienes le conocen y un indiscutible "tirón" electoral.
Desde la modestia, con humildad, Ramón Rodríguez cree en él y también en "arañarle" votos a una izquierda con la que no comparte su caráter identitario. De hecho, ha recibido ofertas para integrarse en otras formaciones progresistas que siempre ha rechazado por fidelidad a su partido. No es la ambición lo que guía a Ramón Rodríguez a la política, sino una verdadera vocación de servicio que quiere proyectar al igual que su personalidad bien reconocida.
Su formación, su cultura -sin arrogancia-, su mente abierta, le convierten en un activo muy válido para cualquier iniciativa de cambio social. Él quiere demostrar que, efectivamente, sí se puede. Y pretende ratificarlo en las urnas este 28 de mayo, si cuenta con el respaldo electoral necesario que así se lo permita.
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