Hace una semana circulaba por las redes sociales el vídeo de un individuo con hijos, que llamaba “racista”, entre otras acusaciones, al equipo docente del instituto de educación secundaria Clara Campoamor. 

Junto a los insultos al centro, se acompañaban imágenes grabadas de un profesor por los pasillos, así como un diálogo telefónico con uno de los jefes de estudios (ambas grabaciones sin consentimiento). El profesor grabado por los pasillos es el también diputado de VOX en la Asamblea Carlos Verdejo, hecho que guste más o menos, no justifica que se le grabe en su puesto de trabajo.

Más de una semana después de estos incidentes, la dirección provincial del Ministerio de Educación no ha hecho absolutamente nada en defensa de los docentes, en una actitud que muestra a la comunidad educativa de esta ciudad que sale gratis grabar a un profesor en su puesto de trabajo, difamarlo y darle difusión en las redes.

Estamos llegando a un grado de impunidad y permisividad que ciertamente es peligroso para los profesionales del sector educativo. Un docente común en nuestra ciudad aguanta cada año infinidad de situaciones conflictivas (en muchos casos graves) tanto con alumnos como con sus familiares. Ser docente en nuestra ciudad, hoy en día, es una profesión de riesgo.

Ante la permisividad de nuestro ministerio con estos hechos, sólo nos queda pensar en qué instituto volverá a ocurrir algo similar, cuánto tardará en suceder o cuál será la próxima ocurrencia de un padre contra un maestro.

Los docentes estamos desamparados, puedo hablar en términos generales. Ojalá no tengan que ocurrir desgracias mayores para que todos, en busca de sentido común, nos movilicemos.

Firmado: Luisa Fernández. (@LuisaFdez8)