La moción de censura celebrada esta semana y que tantas críticas ha suscitado en algunos sectores miopes de la política española, va mucho más allá de la suma numérica de apoyos. Los guarismos no siempre descubren la realidad de la vida y, menos, cuando en el tablero político hay unos trileros que hacen del engaño su razón de existencia.

A la izquierda sectaria siempre le parecerá mal lo que haga Vox, como si ejercieran con la autoridad moral de la que carecen. Y esta vez, la elección del independiente Ramón Tamames, una autoridad de referencia en materia académica, política y económica, les sobrecogió, porque a falta de atribuirle connotaciones de ultraderecha, se trataba de un excomunista que les da mil vueltas a los "podemitas" y al "sanchismo", con visión de la historia y el sentido democrático que marca distancias siderales con los "perroflautas" y los "paniaguados" que no han dado ni un palo al agua en cuestión laboral fuera de la política.

De manera que los escuálidos politicastros, acostrumbrados a discursos cargados de maniqueísmo político que aburren hasta las ovejas, soltaron sus perolatas cansinas, lo que llamó la atención al viejo y docto profesor catedrático de Estructura Económica desde 1968.

En el preludio del debate, Nuñez Feijóo, carente de autoridad moral alguna con la mochila de su foto con el narcotraficante Marcial Dorado en yate, se permitió el lujo de aconsejar a Tamames que si fuera su padre le desaconsejaría ejercer de candidato en la moción de censura que presentó Vox. Una moción de censura cuyo fin era retratar al gobierno Franknstein ante la sociedad, despojándolo de su intrigas, sacando a relucir sus tropelías y bien que se logró: Sánchez carente de recursos, se limitó a soltar un discurso que era un mítin electoral que culminó con el uso del móvil para leer -como un mediocre orador-, los mensajes que le enviaban sus asesores por Whatsapp, sin el menor recato. Habló al dictado y demostró sus grandes carencias oratorias.

Una y otra vez, Sánchez aludía al PP, con su líder en la diáspora (buscándose un motivo para su vergonzante ausencia) con diplomáticos europeos y, desde la distancia, conocer las diatribas que le dispensaba un Sánchez cada vez más desgastado por sus tropelías, de cuyo corolario buena cuenta dió Inés Arrimadas, con una relación de 43 hits que eran una pesada carga de barbaridades por sí mismas condenatorias de una catastrófica acción política. El presidente del Gobierno que ha mentido más en la historia democrática, sacó del cajón a Blas Piñar (él que tan proclive es a desenterrar a Franco y mirar al pasado de la Guerra Civil) y Tamames le contrarreplicó con Largo Caballero, el Lenin español, sabiendo de lo que hablaba un excomunista como él, que evolucionó desde el PCE hacia FP, IU, CDS en otro tiempo.

Cualquier orador analizando a Sánchez se percata que no responde a nada, que realiza discursos eternos y que tiene en su carencias como polemista, un handicap notable.

Insistió en referencias a los recortes económicos de Rajoy (al que el socialcomunismo quiere perpetuar para sus ataques al PP), como si desconocieramos los españoles que su "factotum" Rodríguez Zapatero fue el que se vio tan desbordado por la crisis que acusaba a quienes la referenciaban como antipatriotas. Este gobierno de la miseria que solo busca excusas en la guerra de Ucrania, en la pandemia de la COVID e incluso en el volcán de La Palma, sí que es patético. Un gobierno que pisotea los derechos y libertades, aplica medidas anticonstitucionales como el encierro en la pandemia, asalta las instituciones, que mantiene las fronteras abiertas a la inmigración masiva, con voracidad fiscal que provoca ruina y precariedad, que nos lleva a la dependencia energética; un gobiereno corrupto, que nos asfixia a impuestos, que no controla la delincuencia, que echa a los violadores a la calle con sus medidas legislativas fracasadas, ni es fiable, ni puede dar lecciones de nada porque representa el fracaso más esperpéntico y el caos total.

Un gobierno al que Nuñez Feijóo se apoya en Ceuta para realizar con Vivas lo mismo que critica el gallego mentiroso de Sánchez: perpetuarse en el poder a toda costa. Un gobierno al que, por mucho que Feijóo le critique sus pactos, aquí en Ceuta se olvida de esas imputaciones y pacta con un "sanchismo" que es una sucursal de la Moncloa: apoyado en Bildu, comunistas e independentistas, con los que quieren destruir España.

Un Feijóo contradictorio que desprecia uno de los mecanismos constitucionales como es la moción de censura, que se ausenta, la ignora y critica al candidato independiente, no es fiable para liderar una alternativa de gobierno nacional. El mismo que en Galicia ha realizado una política lingüistica como en Cataluña, como le dijo Inés Arrimadas. De ahí que al PP ya no se le llame "derechita cobarde" sino socialismo azul. O sea, PP= PSOE. Pedro Sánchez y Nuñez Feijóo, dos patéticos políticos con puntos coincidentes, pese al teatrillo político que ejercen para reirse de todos nosotros. Estos patéticos líderes son los que barajan la política de Estado. Y miren cómo nos va: El Gobierno (de Sánchez) admite que negocia con Marruecos el traspaso de la gestión del espacio aéreo del Sáhara.¿Nos podemos sentir seguros los ceutíes?