Viendo la precampaña podemos suponer qué está por venir en la campaña. Previsibles actuaciones que son una continuación de la inutilidad de la representación local. Los partidos ponen en valor su ineficacia y el pueblo se los traga según le convenga.

El teatro político ha dado el pistoletazo de salida con temas que definen el nivel que tenemos. Desde las luces de Ramadán a las exaltaciones de españolidad, obviando todo asunto que sea profundo (vaya a ser que queden en evidencia y se vean las costuras de la incompetencia más absoluta). Sean ustedes de la cultura que sean: es momento de darse cuenta que la religión, la festividad y el folclore debe pagarse por aquellos que las practican. De esa forma no se puede pagar a una hermandad 270.000 euros para una casa, cuando por actividad –y por número de integrantes activos-  es imposible de justificar ese gasto (campaña electoral pura y dura para afines -típica de Vivas-). En definitiva, el que quiera peces que se moje. Las proporciones de gasto en fiestas -y comunidades- es un juego podrido de intereses, que se hace intragable para aquellos que son capaces de detectar los problemas reales de Ceuta y que define la poca altura de miras de la ciudad.

Mientras, el PP aprovecha que está en el gobierno para hacer campaña de lo “bueno y bonito” que ha sido para Ceuta en los últimos veinte años. Un ataque contra la inteligencia y una muestra de la mezquindad de aquellos que no quieren darse cuenta que han creado una ciudad de pobres. 

Es indescriptible ver la vanagloria a un turismo inexistente y que sean capaces de contar como visitantes a personas que vienen a un acto benéfico (subvencionados íntegramente), a los que vienen a disputar encuentros de competiciones nacionales habituales o los congresos innecesarios (inducidos por afines de poca monta) que vienen con todos los gastos pagados. Obviamente cierta publicidad le sirve al PP local para promocionar a individuos insustanciales y que llevarán en las listas.

¡Ay las listas!, esas que elabora Juan Vivas con el criterio de un delegado de clase de un colegio de primaria. Así, verán a algunos en estos días que practican ya la apatía política total, sabiendo que están fuera y que ya no contarán para los siguientes comicios. O los otros, esos que saben que formarán parte y que suspiran aliviados. La preocupación de Vivas ahora es cerrar la lista y que los “no elegidos” se conformen como para no destapar ningún desagradable pastel (de los ex se podría escribir un libro). Un circo que a nivel social no beneficia más que a unos pocos y que para ellos serán cuatro años más de privilegios (¿alguien duda que ganarán y se juntarán con quien haga falta?). 

Mientras el PP reparte lecciones de fiscalidad (las empresas de juego online ya miran a Canarias por infraestructuras y condiciones), mientras Vivas publicita a una empresa de energía fotovoltaica con un proyecto claramente hipotético y efímero para ser utilizado electoralmente (un juego igual a la planta de biodiesel), mientras el “Open Future” es un tributo a cómo emprender sin mercado, mientras aquí seguimos viendo el comercio agoniza con campañas que sólo tienen efecto en la imaginación de los políticos. Todo lo que haga falta para seguir saliendo en la foto, aunque Kissy tenga que darle promoción al mero a la rigamonti y exaltar la hostelería en Ceuta con un acto intrascendente fuera de Ceuta (evento de la Ciudad Autónoma y de la Cámara de Comercio que sirve como acto de campaña del PP). Hay veces que la dignidad en Ceuta se mide en el grado de necesidad de seguir viviendo de la actividad política, dejando claro la dependencia del ceutí medio de unos presupuestos mandados íntegramente desde Madrid.

En definitiva, un circo que todos los días escenifica una fantasiosa realidad, una gran mentira en manos de necios, auspiciada desde la ciudad donde es imposible exportar e importar, donde no hay expectativas de desarrollo y donde dentro de un mes volverán a engañarnos.