Los cabezas de lista de PP y PSOE, son "prohombres" que representan por sí solos la metáfora más diafana de la burla a los ciudadanos con sus burdas engañifas. Ambos bien han demostrado que son verdaderos expertos en el juego político de los triles, una pareja de "estafadores" políticos porque dicen una cosa y luego no cumplen o prometen algo que jamás llegarán a cumplir.

Su visión del mundo en versión Gutiérrez, según el vídeo electoral que ha grabado donde alude a un niño (qué curioso) que mira a la playa del Sarchal, habla de acabar con las desigualdades sociales, él que precisamente dijo a un buen amigo que llegaba a la política para ganar dinero y bien que lo está demostrando con su pluriempleo para él y los suyos, de quienes se ha ocupado con celo de colocar a su vera. Como tantos otros políticos que decían estar en la oposición y hoy también se encuentran cerca de Gutiérrez en la misma empresa en la que el secretario general y sindicalista de UGT, ostenta la presidencia del Comité de Empresa. Y es que cuando las puertas giratorias sitúan a los mismos de siempre con suculentos sueldos, ni se puede hablar, como lo hizo Mohamed Ali en su tiempo, de brechas sociales, de dos 'Ceutas' ni de porcentajes de vulnerables en el límite de la pobreza. Tanto cinismo es vergonzoso y nos deja perplejos con la cara dura de quienes pronunciaron esas palabras tan sociales e integradoras sin inmutarse.

Juan Gutiérrez habla sin el menor rubor "de romper con el conformismo que ha presidido la gestión municipal durante las últimas décadas", él precisamente, que le ha aprobado nada menos que tres presupuestos a Juan Vivas en la última legislatura. Desde luego, hay que tener mucho cuajo para hablar de esta manera y que no se le caiga la cara de verguenza al pronunciar estas palabras con tanto cinismo en un ejercicio de amnesia.

Ahora, Juan Gutiérrez, Mohamed Alí y dos familiares cercanos de ambos, trabajan en la misma empresa, que es a la que el Gobierno de Juan Vivas y el propio Gutérrez (que tanto dice preocuparse por el bienestar de sus conciudadanos), han permitido con displicencia que al término del contrato de adjudicación a Trace del servicio municipal de recogida de basura al 31 de enero, no se ejecute la licitación que había de renomovarse para que el pliego de condiciones establezca la nueva adjudicación y, tras diez años, han permitido que pasara el plazo para que Trace continúe con una prórroga (ya se verá si muy legal), prestando un servicio controvertido, por una empresa que un día antes de la finalización del contratro convirtió a cuarenta trabajadores de fin de semana a realizar servicios durante toda la semana, dejando así hueco para nuevas contrataciones y quien sabe si afiliaciones al PSOE.

Ni Juan Vivas tiene verguenza en dejar que venza un contrato sin tener preparado el pliego de condiciones para la concurrencia a uno nuevo, y ni Juan Gutiérrez tiene menos, por ser juez y parte en los intereses de Trace y un peón fundamental de la empresa concesionaria ante el Ayuntamiento. Este es el hombre, el líder, que dice va a cambiar Ceuta y se presenta con un lema "para mejorar Ceuta", pensando será para mirar por sus propios intereses y de la gente que le sustenta.

Por otra parte, Juan Vivas es el gran trilero de la política local que juega con los Presupuestos como si fuera el gran tahúr que encandila al personal con sus juegos de manos. Aprueba los Presupuestos cada año, al poco comienza la escalada de modificaciones de crédito sucesivas, utiliza los fondos que llegan de Madrid depositándolos en Procesa (ese gran baúl de distribución), acaba las anualidades cada vez más endeudado con los bancos pero blasona de que tiene superavit.¿Cómo se explica que sople y aspire a la misma vez? Muy sencillo, de tantos proyectos que duermen el sueño de los justos en las bases de ejecución del Presupuesto que, una vez más, ha dejado en el olvido como ese Plan Integral para la barriada de El Príncipe Alfonso, donde no tendrá el menor recato electoral en acudir para pedir el voto sin haber ejecutado ni un solo euro de ese Plan Integral que parece el eterno cuento de la lechera. Así se escribe la historia de esta ciudad, engañada hasta las trancas por estos trileros de la política sin escrúpulos, ansiosos de poder, codiciosos con el dinero público que manejan a expuertas y especializados en engañar.¿Quienes van a votar a esta pareja de desalmados políticos que hacen del engaño su leitmotiv?

Vivas dijo que era un hito político y económico la próxima apertura de una aduana comercial entre Ceuta y Marruecos, el miércoles estuvo aquí el presidente del Gobierno y no ha dicho ni una palabra (comparecencia sin preguntas para no molestar y criticaban desde toda la izquierda 'democrática' que Rajoy hablaba desde un plasma), han pasado dos furgonetas la frontera "comercial" en un simulacro esperpéntico y ahora el PP pide la intervención de la Unión Europea para abrir las aduanas de Ceuta y Melilla, porque ni Marruecos ni Pedro Sánchez tienen intención de hacerlo.¿No le había dicho, recientemente el ministro español de Exteriores a Vivas que la aduana comercial iría paulatinamente y de forma ordenada? Otra falacia que unir a la retahíla de mentiras.

La cruda realidad siempre nos retrotrae a lo que es y no a lo que podría ser, al hoy y no al mañana, a lo auténtico y no a lo posible. Se ha vuelto a demostrar que PP= PSOE. ¿Con estos bueyes vamos a arar la tierra de esta Ceuta nuestra? Estamos hablando, en todas sus vertientes, de política-ficción y de una política de escaparate, vendiendo humo, jugando con las ilusiones de la gente y engañando como carta de naturaleza propia de trileros sin escrúpulos. De marchgantes de la res pública, charlatanes del tres al cuerto.

El mejor programa electoral de estos desalmados es su propia conducta: una aberración continúa de la intrahistoria con marchamo de hipocresía, cinismo y falta de escrúpulos. Cumplen a la perfección el mensaje bíblico: "Por sus hechos los conoceréis". Se juzga a alguien por su obra, la causa por el resultado. Un panorama sombrío para una Ceuta que anhela mejorar su futuro sin estos espantapájaros de la política más siniestra.