Hemos visto con sorpresa e indignación que en el artículo publicado en el diario digital que usted dirige el pasado 26 de febrero y firmado por Doña Paula M. García titulado “La inesperada traición a Guerrero” dicha señora arremete contra los trabajadores del Centro de Realojo Temporal, lanzando acusaciones muy graves sin aportar prueba alguna, siguiendo la clásica máxima de difama que algo queda.

En concreto el párrafo es el siguiente: “Mientras, quienes tanto blasonan sobre la tutela de los menores y el interés superior del menor, han hecho mutis por el foro, silenciando investigaciones con el MENA herido de bala en El Príncipe, donde casualmente iba a visitar a un familiar; en este caso, ¿qué hace en un Centro de Menores quien tiene familia localizada? Además, están conociéndose cierta investigación de la Policía Judicial de la Guardia Civil sobre qué tipo de prácticas y conductas se llevan en el centro de menores de "La Esperanza", donde cada vez hay más testigos y testimonios de situaciones que podríamos señalar como poco edificantes y que en la audiencia de su relato da escalofríos”.

Está claro que los trabajadores públicos estamos al servicio de los ciudadanos, gobierne quien gobierne y resulta lamentable que en una refriega de tipo político se involucre de forma artera a los trabajadores que sufren un estado de indefensión ante acusaciones carentes de base y rigor. Poner en tela de juicio la profesionalidad de la plantilla del Centro de Realojo Temporal es el método usado por los denominados “haters” que solo buscan acabar con la fama y el buen nombre de personas que nada tienen que ver con sus cuitas.

No tenemos nada que decir con respectos a sus opiniones sobre personajes del ámbito político. Allá cada uno con su opinión, pero, por favor, dejen en paz a los trabajadores, cuya profesionalidad está más que contrastada y que la señora García pone en entredicho de forma gratuita. Nos parece impresentable por utilizar un calificativo suave lo que esta señora escribe sobre la plantilla del CRT.

Le rogaríamos que recomiende a esta señora que en lugar de acosar a trabajadores se dedique a mejorar su gramática y su ortografía, que, por cierto, para escribir en un diario es bastante deficiente.