Pese a que los datos del ministerio del Interior apuntaban al cierre de enero a un descenso de la inmigración ilegal, los datos señalaban que Ceuta se encontraba a la cabeza del porcentaje de accesos ilegales a España. Y esa evolución que en enero ya era notoria en la ciudad autónoma y que continuaba con el ascenso del número ya visto a fin de año, continúa en este febrero.

Tres sudaneses saltaron literalmente la valla en la jornada de ayer y se suman a las más del centenar de llegadas ilegales que ha sufrido Ceuta a lo largo de estos primeros 40 días del año 2023. Por mar (a nado o en embarcación) por tierra (vallado) las entradas no han cesado. Sólo las contínuas salidas de inmigrantes del CETI hacia la península logran que la instalación no quede saturada. Pero son vasos comunicantes. Salen de Ceuta algunas decenas, entran de nuevo en los siguientes días desde Marruecos las mismas decenas en una rueda sin fin.

Esa cierta facilidad en el acceso a España a través de la frontera de Ceuta, está provocando, según informan fuentes encargadas del control de los movimientos mirgratorios, que la presión vuelva a situarse en los entornos de la ciudad autónoma en el lado marroquí, sin que las autoridades del vecino país logren frenar los acercamientos diarios por tierra y por mar.