Asistimos con estupor a las consecuencias judiciales de la insolencia de Javier Guerrero por osar presentarse a las próximas elecciones de mayo. Desde todos los rincones era un secreto a voces que iban a por él. "Chocolateros", narcotraficantes y gentes de medio pelo eran conocedores de la que se avecinaba para el reputado doctor, amigo de humanizar el trato con sus pacientes, generoso donde los haya, cercano y siempre servicial. Había que destruirlo en su reputación como testificaron varios denunciantes ante la policía.

Dio con sus huesos en la cárcel, cual malhechor, terrorista o yihadista, él que conocedor de lo que se cernía sobre su persona, intentó evitar el "desastre" anticipando a las puertas de Comisaría y con testimonios de gentes honestas conocedoras de la trama en su contra, las manipulaciones, engaños y falacias que se cernían en su horizonte cercano.

De nada sirvió la anticipación de la crónica de una "muerte" anunciada como la celebérrima obra de García Márquez, para evitar lo que parecía insalvable en esta Ceuta de mafia y pistoleros: su detención y encarcelamiento, a modo de penitencia obligada del universo fáctico que requiere de procedimientos contundentes y lecciones públicas de escarnio. Radicalismo que no se sostiene con la delincuencia que siembran la inseguridad de nuestras vidas y que las instituciones, doblegadas, son incapaces de atajar, envueltas en sus ansías de captar votos y así evitar molestias a ese electorado delictivo que incendia coches y contenedores.

Quiero recordar en este punto un hecho similar en cuanto a las consecuencias al que sufrió en los años 80 Tato Ferrer director de "El Faro" (desde luego absolutamente crítico con el poder y no como el actual medio subvencionado con dinero público y complaciente con las anomalías políticas e inmunidad a Vivas), cuando de nada le sirvió su sentido democrático para la sociedad ceutí y por una información sobre el juez Villar Padín, al que llevó a titulares "Que el pueblo lo juzgue", le condujo a la cárcel por orden de otro juez llegado de Málaga, con vitola o leyenda urbana, de arrojar una campanilla a un letrado durante un juicio: Álvaro Espinosa. Este ínclito juez le envió a "reflexionar" a la antigua cárcel de Los Rosales durante un par de días por una información que publicó sin revelar las fuentes de información que, posteriormente se supo que provenían del senador Antonio Domínguez. Vino a Ceuta como abogado defensor, quiero recordar un reputado diputado de Euskadico Ezquerra en el Congreso: Juan María Bandrés, en su defensa dijo que "el juez juzgado y el alguacil alguacilado", como retórica de defensa con la frase de Quevedo como recurso en la que éste pedía al lector que fuese pío y no cruel; también hay que rememorar en la actualidad un episodio destacado que, a nivel judicial equipara a dos personas a las que parece que se les trataba de aleccionar en la fría mazmorra por la vía de sufrir una experiencia traumática. No se olvide que cuanto más se ama la libertad, mayor es el trauma por carecer de ella.

La extorsión política grabada con intermediación de un fulano que obtiene subvenciones de dinero público para sus empresas en pérdidas, ni se investiga, ni se abre procedimiento alguno, ni se piden explicaciones a nadie, como tampoco a Juan Vivas con esas conversaciones (también grabadas) en las que formula propuestas de unión política al mismo que hoy, su Gobierno sale todo digno a sentenciar que se personará como acusación en el "caso Guerrero", eximiéndose "de facto" de su responsabilidad civil subsidiaria en la tutela de los menores de este área transferida. ¿A qué farsa estamos asistiendo en esta paranoica escenificación de la caradura de políticos atrapados en sus propios desafueros?

Nadie abre investigación a los responsables de cómo se otorga vía subvenciones el dinero público de todos a gentes que actúan sin escrúpulos como la mafia siciliana. Los mismos que en la grabación llaman "tamagochi" a Juan Vivas y "lanchero" a Juan Gutiérrez. ¿Con qué gentuza están tratando PP y PSOE, tan finos ellos, tan insensibles al escarnio público al que les someten estos grotescos personajillos que buscan ridiculizarlos?

¿No merece conocerse ni investigarse que un delito de extorsión grabada como prueba sea obviada, y que no merezca atención judicial? ¿En qué nivel de corrupción nos estamos moviendo? Procesa envuelta en una trama de nulo rigor en la concesión de subvenciones a empresas en pérdidas. ¿De esto tampoco se ha enterado Vivas, como suele decir para desmarcarse de la corrupción que le rodea?

Un empresario que dice en la grabación, ni corto ni perezoso, que "lleva tres años financiando al PSOE de Ceuta" (con dinero público), el mismo que frecuenta la amistad con Gutiérrez y con el que se le puede ver en la cafetería de su propiedad, merecería una investigación escrupulosa. Un PSOE ceutí que lleva a Ferraz a cualquiera y si no que se lo pregunten a la secretaria de organización, Cristina Pérez Valero, con quien iba acompañada a entrevistarse con Ábalos cuando maniobraron para presentarle una moción de censura a Juan Vivas, en la época en la que desapareció materialmente la consejera de Asuntos Sociales, Dunia Mohamed y tuvo en vilo a todo el PP y al Ejecutivo de Vivas, por no asistir al Consejo de Gobierno donde se hicieron las peores cuentas. Adela Nieto llegó a decir que se sintieron intranquilos por la deslocalización de Dunia, temerosos de la que lo que podría ocurrir.

Las tramas, como una enredadera política, se esparcen a todos los niveles. Las grabaciones sin control en el Juzgado y esparcidas, por no se saben dónde, son la peor amenaza para quienes estaban acostumbrados a moverse en la sombra a sus anchas con infundios, rumores, manipulaciones, vilipendio y enriquecimiento ilícito.

Se ha abierto la Caja de Pandora con un siniestro discurrir y su detonante es como una explosión nuclear de imprevisibles consecuencias a todos los niveles. Algunos "gallitos" se les ve escondidos. Y muchos se preguntan con cierto temor: "¿Esto puede salpicarme a mi?" Habrá que responderles en latín: Qui lo sa (¿Quién lo sabe?). Los designios de Dios son inescrutables...y la inteligencia del hombre es limitada para comprenderlos. Por más vueltas que le demos, no logramos encontrar explicación a momentos, personas, hechos o circunstancias que la vida ponen en nuestro camino. El qué, para qué o por qué ahora son una incógnita. Siempre acabamos dudando y no encontramos la razón: Lo dicho, inescrutables tramas y grabaciones.