Tras anunciarse a bombo y platillo en muy concretos y determinados medios el sobreseimiento provisional de la causa sobre coacciones en el auto dictado por la juez del número 2 de primera instancia e instrucción, María Victoria Rodríguez Caro, y que se hizo público antes incluso de la recepción del mismo al principal interesado, esto es, el denunciante, la misma titular del juzgado no ha podido más que reabrir el caso para, entre otras cuestiones, oir al propio denunciante como, incluso, disponer de otras testificales claves para el devenir de esta causa y que pudieran aclarar buena parte de los acontecimientos.

Así es, la juez del número 2 de Primera Instancia e Instrucción ha vuelto a abrir diligencias sobre lo que previamente se tipifica como delito leve de coacciones tras la querella que en su día interpuso Javier Guerrero al considerar que se estaba produciendo un severo ataque contra su integridad y dignidad, que -dijo- estaba dirigido desde algunos integrantes de peso del Área de Menores de la Ciudad Autónoma y por el que contó con testimonios que daban fe de este presunto ardiz por denuncia interpuesta ante el Cuerpo Nacional de Policía.

La titular del juzgado requiere ahora el testimonio jurado de la persona que se retractó posteriormente y que dejó constancia en escrito firmado de que había sido objeto de coacción para arremeter y perjudicar a Guerrero. Así mismo también pide al Área de Menores que entregue las declaraciones que han manifestado tener: "Diríjase oficio al Área de Menores a fin de que remitan copia auténtica de la misma y de la totalidad de las actuaciones que se hubieran realizado".

El asunto no es menor. En juego está la reputación del doctor Javier Guerrero, quien acusó públicamente ser objerto de una caza tras su decisión de presentar una candidatura política, con Ceuta Avanza, para las próximas elecciones de mayo del 23.

La práctica de las diligencias podrán determinar buena parte de estos hechos.