Tras la derrota absoluta en Andalucía,  el entonces aspirante a dictadorzuelo Pedro Sánchez, sólo le siguió una huida hacia delante de lo que es un auténtico superviviente político sin escrúpulos. En el último Congreso Nacional “socialista” Sánchez anunció a bombo y platillo: “Vamos a por todas… Tenemos ganas de ganar y sabemos hacerlo”. No era en vano una afirmación, era sólo un aviso a sus adeptos, hombres de paja denominados barones. Los planes previstos para el 2023 se aceleraban debido a su caída en picado, antes de concluir el 2022 el asalto judicial tenía que perpetrarse  para llegar sin este escándalo a las elecciones municipales de mayo. 

En 3 años y rodeado de sus socios habituados a delinquir, filoetarras, golpistas e independentistas, el autócrata Sánchez canibaliza el Estado teniendo bajo su absoluto control: la Fiscalía, CNI, RTVE, INE, CIS e Indra, sólo le quedaba el Constitucional. Los que hace 3 años pensaban que en España no podía destruirse la democracia hoy ven cómo el presidente del gobierno finalizará con la separación de poderes. Sánchez sólo dio la orden, “vamos a por todas”, no era una frase hecha.  

En un país con una oposición sin complejos, con una derecha liberal, este ataque brutal a la democracia hubiera sido frenado en seco por una oposición valiente y con una estrategia definida ante un PSOE inexistente, secuestrado por un dictador como Pedro Sánchez. El socialismo es un conjunto de barrigas agradecidas, o líderes con oscuras mochilas de fácil manejo y consolidados políticos que se arrodillan ante las decisiones de un antidemócrata y un antiespañol, su líder. 

En el caso del PP es incomprensible  la falta de estrategia de Alberto Núñez Feijóo, o por lo menos lo parece, para la mayoría de los votantes del PP y para los españoles en general. Es una necesidad imperativa una foto de Feijóo con Abascal “ipso facto”, una oposición unida lejos de electoralismos, cerca de las personas y sus derechos. Si no hay nada raro que esconder en el líder del PP ya tendría que haber movilizado a los españoles y haber propuesto una moción de censura. En esta situación, el jefe de la oposición, no puede comunicarse por twitter con 4 puntos y los 2 últimos, irrisorios, “cuando yo sea presidente…”. El que los líderes mayoritarios de la oposición, ante todo un autócrata que ha acelerado su plan de destruir la democracia, aparezcan en la “foto” implica una unión necesaria e imprescindible contra los que atacan permanentemente la democracia. 

En un autogolpe de Estado, la respuesta de Feijóo no puede ser el silencio.  En todo caso, constata lo que muchos en la derecha pensaban, su falta carácter para enfrentarse a Sánchez y su mentalidad de “ponerse de perfil” ante lo urgente, importante e imprescindible para la democracia española, es como mínimo inaudito. Los que asesoran al líder del PP no están acertando ni en las acciones, ni en la estrategia, si existe, ni en la comunicación. No es suficiente con cambiarle la imagen a un político si no se acompaña de ideología, conocimientos, coherencia y pasión; la imagen sola no vale. No se puede abandonar el puesto de liderazgo en el momento más complicado y enviar a tus mensajeros. No es una opción no hacer oposición a un golpista. El Gobierno socialista y sus socios deben de ser expulsados y juzgados. Señor Alberto Núñez Feijóo luche por la democracia en España o apártese para que lo hagan otros.