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Lucas Castaño
Domingo, 13 de Noviembre de 2022

El único objetivo es derrotar a Ayuso

En esta convulsa semana de actualidad política la izquierda ha abarrotado el centro de la capital de nuestro país en una manifestación multitudinaria que sólo tenía un fin, atacar a Ayuso y tratar de paliar las encuestas que la posicionan cerca de una mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid. Son obvios los múltiples los esfuerzos que han hecho para maquillar el motivo de esta concentración. Desgraciadamente, la coartada que han decidido tomar es la sanidad pública madrileña que tanto les gusta manosear. 

 

Es imposible negar el odio personal de Mónica García y el conglomerado izquierdista nacional y autonómica hacia la figura de Ayuso. Ayer, la única y unánime orden que ha copado esta jornada son insultos y descalificaciones hacia la rotunda figura de la presidenta de la comunidad. Si estas consignas dirigidas a una mujer de derechas, encabezadas por Mónica García y Juan Lobato, se dirigiesen a una líder de izquierdas de este país, se hubieran tachado, como mínimo, de machistas en todos los medios. Sin embargo, contra Isabel Díaz Ayuso, todo vale.

 

No obstante, es imposible negar que la derecha española tiene mucho que aprender de la izquierda, muchísimo. Empezando por esa capacidad de movilización que tienen sin que les tiemble la mano. Con un único motivo, derrotar a Isabel Díaz Ayuso, son capaces de sacar a la calle a toda su tropa. Mientas, la derecha, con miles de motivos producto del peor Gobierno de la historia de la democracia, es incapaz de movilizar a una sola persona. En una semana de absoluta debacle atacando a nuestro maltrecho Estado de derecho, secuestrado por los enemigos de España y el Gobierno de Sánchez, la derecha se queda en casa. Sin embargo, los partidos de izquierdas, los mismos que han atacado nuestra democracia sin complejos, han sido de capaces de crear un relato in extremis y, de ese modo, secuestrar a la sanidad pública para esconder su deleznable acción política.

 

Esto provoca que muchos echemos en falta en la derecha un líder de la oposición que, alejado de los plasmas, encuestas y ruedas de prensa, sea capaz de pisar la calle y tomar el pulso a los ciudadanos que están hartos de cesiones innecesarias a todo el contubernio antiespañol del Congreso de los Diputados. Porque, queridos lectores, un auténtico líder de la oposición debe hacer ver que esta anomalía parlamentaria sitúa a nuestra democracia  peligrosa situación.  Este es un problema que está muy por encima de siglas políticas y de eslóganes partidistas. Un líder de la oposición siempre tiene la obligación de mostrar su mayor rechazo a la anomalía jurídica que se quiere establecer en nuestro país a través de la presentación de una moción de censura, incluso a sabiendas de que esta no saldrá adelante. En definitiva, a un buen líder de la oposición le debemos exigir en estos momentos valentía, algo absolutamente compatible con la moderación. Esto, definitivamente, no sería oportunismo político, sino sentido de Estado y constitucionalismo.

 

Este liderazgo no está presente en la derecha de nuestro país. España, desgraciadamente, vuelve a observar a dos derechas y un “centro centrado” sin ningún acercamiento. Estos están centrados en librar individualmente una batalla electoral, algo tan sorprendente como contraproducente para combatir a una izquierda sin escrúpulos. Lo lógico, en la oposición a Sánchez, sería la movilización de la sociedad civil desembocando finalmente en una nueva foto de Colón. Esta imagen supondría someterse a la superioridad moral de la izquierda, algo a lo que algunos “líderes” no están dispuestos a someterse. 

 

La conclusión que podemos esgrimir de la derecha española es clara, tiene mucho que aprender de esa izquierda que retuerce y somete mediáticamente a su oposición. Urge que aparezca una representación de una derecha contundente, un bloque que tenga la capacidad para llenar las calles de las ciudades españolas en defensa de la unidad nacional, el Estado de derecho y la libertad que, de forma estratégica y constante, nos llevan tratando de arrebatar Pedro Sánchez y el PSOE, abiertamente y sin disimulos, durante estos últimos años. 

 

En definitiva, la derecha española está en búsqueda de un líder que, sin pelos en la lengua, sea capaz de hacer frente a la izquierda. Y, quizás, la solución sea el motivo de su miedo, esa presidenta que ocupa su mente de forma diaria, esa madrileña que lleva la libertad por bandera, esa mujer que insultan por absoluto miedo. Quizás la solución nos la estén dando ellos diariamente y se llama Isabel Díaz Ayuso.

 

 

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