
Un pacto sorprendente
El pasado día 13 de octubre saltó la noticia de que Marruecos había firmado un acuerdo de cooperación en el campo de la energía atómica con fines pacíficos con la Compañía estatal rusa ROSATOM.
Frente a países productores de petróleo de la esfera árabe, la verdad es que el país magrebí se encuentra con un evidente déficit energético que ha venido intentando paliar con la producción de energía renovable a través de la generación solar o la eólica. Pero sin duda la capacidad de generación de estos sistemas, al igual que está ocurriendo en todos los países que apuestan por ellos, es todavía insuficiente para cubrir la demanda, especialmente la industrial. Máxime cuando se aspira a incrementar la producción del país en el futuro.
Después de que la Unión Europea, en un ejercicio de adaptación a las circunstancias inédito, declarara que la energía nuclear entra dentro del rango de las energías sostenibles, o “verdes” como se les llama progresistamente, a Marruecos se le abre la puerta para intentar ser autosuficiente en materia de producción energética. Cosa que debería hacer cualquier país más o menos civilizado, de los que excluyo evidentemente a España. Ya hablaremos de la necrofilia de este gobierno frente a su ninguna capacidad de gestionar cualquier tipo de crisis y beneficiar a los ciudadanos.
El problema no es tanto la necesidad de autosuficiencia energética a la que deberíamos estar obligados todos los países -después de que esto de la globalización saltara por los aires el pasado febrero- si no de manos de quién el vecino del sur está buscando alianzas para conseguirlo.
Veamos. Desde que volara Pegasus sobre las cabezas de los dirigentes franceses, las relaciones entre ambos países se han visto muy dañadas. A lo mejor los espías marroquíes se pensaban que Francia era España, y que no iban a reaccionar con la dignidad exigible a un gobierno creíble. Pero el caso es que incluso el chapucero Macron está sabiendo mantener a Marruecos en su sitio. Así que, por ahí estaba claro que no.
Por otra parte está el compromiso adquirido con Gran Bretaña de que Marruecos les suministrará energía eléctrica a través de un nuevo cable submarino, lo que sin duda pone un poco más de presión a la producción marroquí.
Lo realmente extraño es el nuevo socio que se han buscado y especialmente el momento en el que se lo han buscado. Porque si hace un año, la alianza hubiera resultado rara, en este preciso momento esta alianza es del todo inapropiada.
Ya es sorprendente el silencio respecto de la noticia de la cooperación nuclear en los principales medios nacionales de España. Pero bueno, conociendo el percal, se han puesto en primer tiempo de saludo frente al gobierno, no vaya a resultar que el mensaje de que Marruecos es un país fiable y cumplidor que se han empeñado en hacernos creer que es se vea contradicho par la realidad.
Pero para mí, lo más sorprendente es la nula reacción del gobierno estadounidense, al que no se suele gustar que le chalaneen con uno de sus actualmente mayores enemigos. Sin duda algo se estará moviendo entre las discretas bambalinas de los Servicios, porque si no, no entiendo que los Estados Unidos permitan que se instalen los rusos en el territorio de uno de sus socios preferentes.
No entendería que permitieran lo que de hecho ya pasó en Mali, que hubiera zonas vedadas a los occidentales porque en ellas operaban los rusos. Paso previo a que al final, promovieran un cambio de gobierno.
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