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Paula M. García
Domingo, 25 de Septiembre de 2022

La Ceuta marroquinizada

El diario El Mundo ha publicado esta semana la hipocresía de Yolanda Díaz con el velo (la de la expedición valenciana con Fátima Hamed incluida para vendernos "otra forma de hacer política") apoyando a las iraníes mientras su socia de Ceuta lo llama "libertad". Una forma confusa de soplar y sorber a la vez, el paradigma de las políticas feminazis, esas que prodigan lo que para ellos es el odio y para el común de los españoles supone destapar sus controversias totalitarias. El Mundo alude a que Fátima Hamed condena el asesinato de una mujer en Irán por no llevar velo "pero prohibir su uso -dice-, tampoco está bien". Estamos en la dicotomía de la botella medio llena o medio vacía. Así es -publica El Mundo-, Fátima Hamed, "la islamista, antisemita, xenófoba y promarroquí" como es acusada por alguna formación política. El golpe de realidad los retrata y las retrata.

 

Aquí en Ceuta ya no es cuestión de apariencias (desde unos años se ha observado cómo prolifera el uso del hiyab entre jóvenes cuando en tiempos pasados sólo lo llevaban mujeres mayores), es obvio que la dinámica obedece a un intento de islamización de Ceuta. Y se busca normalizar algo que no debería serlo en una ciudad occidental.

 

Sin embargo, no sólo son los signos externos de apariencia, sino los mensajes y las conductas, lo que convierten a Ceuta en una ciudad cada vez más parecida a una de Marruecos. Aquí cuando se habla de convivencia con la boca llena y la conciencia chica, es como referente para equiparar a los españoles de religión islámica con los de religión cristiana, porque se ignora a hindúes y hebreos, cuyas celebraciones festivas no significan más que simples referencias protocolarias de soslayo sin reflejo en el calendario laboral, como sucede con la equiparación de la comunidad musulmana con la cristiana de dos festivos para cada una de ellas. Un precedente que ni en Cataluña, con la notable presencia marroquí se les ha permitido. Somos únicos en este ámbito.

 

Las política de concesiones reiteradas de Juan Vivas durante 22 años, con una dejación evidente a las esencias "caballas" y plegado a concesiones vía tolerancia muy mal entendida, es lo que ha llevado a esta ciudad "pequeñita y marinera", plagada de MENAS por nuestras calles y con creciente ventas de viviendas para emigrar a la península, en una Ceuta con pérdida de arraigo e identidad donde las familias temen invasiones marroquíes como las del mes de mayo del pasado año y verse incursas en una islamización brutal.

 

Este lúgubre panorama, sórdido e inseguro, con los incendios constantes de vehículos y contenedores en cualquier zona y a cualquier hora, es lo que ha llevado a un deterioro social que no se soslaya con declarar, señora Fátima Hamed, a Santiago Abascal persona "non grata", (por hablar de promarroquíes y quintacolumnistas) cuando los verdaderos ingratos son los delincuentes a quienes su partido y otros, justifican por la desectruturación social de la que proceden, olvidando las invasiones reiteradas que sufridos por la frontera vía motos de agua, a nado o de cualquier forma o método invasor absolutamente ilegal.

 

Todo ello, sin olvidarnos de las políticas entreguistas del PSOE cuando en los gobiernos de Felipe González, cambiaron las tarjetas de estadísticas por DNI de gentes que anteponen el pasaporte (para ir y venir a Marruecos) al DNI que solo utilizan para acogerse a ayudas y subvenciones de todos los colores. Esta es la realidad hoy por hoy de Ceuta. El subsidio como forma de vida y el otrora "pedigüeño", señora Fátima Hamed, hoy un Juan Vivas aupado, en una encuesta sin credibilidad, al olimpo de revalidar su continuidad como longevo político imprescindible en este contexto.

 

Esta semana presencié a las puertas del INSS cómo una mujer acompañaba a otra, como intérprete, quien acudía a solicitar ayudas de las que se derivan de nuestros impuestos. O sea, "sin hablar ni papa de español" (como exige nuestra Constitución de hablar y entender nuestro idioma para obtener la nacionalidad española, ¿qué funcionario corrupto habrá hecho posible que esta mujer sin entendernos ni ser capaz de hacerlo ella, obtuviera nuestra nacionalidad para "chupar" de nuestros beneficios sociales?.

 

Y qué hablar de los partos en nuestro hospital siempre bajo el ejercicio profesional de los mismos, con una afluencia de marroquíes que entran por urgencias para lograr "el pasaporte español" que es lo que buscan para sus recién nacidos, para adquirir derechos que obtienen por la puerta de atrás. El coladero del hospital es un escandaloso cauce de nacionalidades sin control.

 

-¿A quién tenemos esta noche en Ginecología?- preguntaba una enfermera. Y al escuchar la respuesta, respondió:

-Uff esta noche tenemos avalancha de mujeres de Marruecos.

 

Esto está pasando en el hospital con solo comprobar la lista de ingresos y la procedencia. Y en algunos casos lo "justifican" diciendo que estaban en casa de una prima o cualquier otro familiar. O sea, de paso...y le pilló en Ceuta el parto. ¡Increíble!

 

Esta vorágine de desvaríos, despropósitos y tolerancia absoluta con la irregularidad para que estas anomalías sean "blanqueadas" y naturales, son las que nos llevan a la marroquinización continúa de Ceuta donde el mercadeo de votos por nacionalidades, abrió en su día la espita de un melón que ha convertido Ceuta, no en "la bella desconocida", que diría Paco Amores, sino en la ciudad española desconocida por tanta incursión ilegal desde el vecino país.

 

¿Ha creído alguien que tdoda esta dinámica no se encuentra bajo vigilancia de quien corresponde al igual que determinadas personas con relevancia social y sus entornos? Que los políticos miren para otro lado por mantener sus poltronas no quiere decir que el "gran hermano" de la Seguridad del Estado no ponga su foco en estos personajes o personajillos que se creen con patente de corso para campar a sus anchas.

 

Al PSOE tan preocupado por las inasistencias a los Plenos, debería girar su lupa hacia el número 2 de MDyC, el compañero de Fátima Hamed, Yussef Mebroud, quien mantiene actualmente un perfil bajo en las sesiones de la Asamblea y debería explicar dónde ha estado y que ha hecho, durante todos los meses que se ha tomado de asueto (en plan sabático) y ausencias sin que el PSOE haya exigido ninguna explicación al respecto de este "diplomático" en la Hégira por esos mundos.

 

Hay muchas sombras en esta Ceuta nuestra que, si se desvelan, a Juan Vivas se le quitarían las ganas de presentarse al Congreso de su partido, de prolongar su vida política más allá de los 70 años, y quienes desde la convivencia se rasgan tanto las vestiduras, podrían sufrir el escarnio de verse a la intemperie con sus vergüenzas al descubierto. De manera que, menos convivencia "sub judice" y más realidad social sin excusas ni pretextos porque estamos rodeados, invadidos, de promarroquíes y quintacolumnistas. Dicho de otra manera: tenemos al enemigo dentro. Y hay quien se hace el tonto por un puñado de votos.

La opinión de Ceuta Ahora se refleja únicamente en sus editoriales. La libertad de expresión, la libertad en general, es una máxima de filosofía de este medio que puede compartir o no las opiniones de sus articulistas

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