Juan Gutiérrez, secretario general del PSOE de Ceuta, portavoz de su grupo en la Asamblea, aspirante a liderar  la candidatura socialista a la presidencia de la Asamblea en las próximas elecciones y sindicalista que preside el Comité de Empresa de TRACE (20 millones anuales de dinero público para la mayor contrata de la ciudad con las calles llenas de porquería y más que sucias), a resultas de las declaraciones de su exministra de la Vivienda, María Antonia Trujillo cuestionando la españolidad de Ceuta y Melilla, nos lleva al descubrimiento, este viernes en el digital El Debate.com, que quien formó parte del Gobierno de Zapatero, que cobra de una universidad pública marroquí, o sea, es una promarroquí, quintacolumnista, como tantos otros/as en Ceuta. La operación camuflaje, a veces queda al descubierto y toca correr: Gutiérrez dice que ya no está en el partido, aunque ha tenido cargos recientes en la embajada de España, perteneció al Consejo de ministro de un gobierno socialista o socialisto, lo que más les guste, y ahora toca correr un estúpido velo de justificación y demarque.

El PSOE siempre con el engaño y la cobardía que lleva a cuestas y contagia al PP: "Yo antepongo los intereses de Ceuta a las siglas". ¿Pero qué pantomima en ésta, señor Gutiérrez? ¿Con que siglas piensa concurrir a las elecciones de mayor? ¿Con las camisetas del Real Madrid o la del PSOE?

Juan Gutiérrez y su candidatura irán con la mochila encima de una exministra que niega la españolidad de Ceuta, que no ha sido repudiada por el presidente del Gobierno de España, que mandó a su portavoz en el Congreso Patxi López para que tratara de salvarle la cara y, encima, hizo esas declaraciones ante Zapatero en Marruecos. Una felonía "made in PSOE", que ya sabemos todos los DNI que despachó a marroquíes para mercadear con sus votos por parte de socialistas ya fallecidos que ocuparon sillones en el Ayuntamiento y la Delegación del Gobierno.

El PSOE hace una política de engaño, promarroquí y entreguismo de Ceuta. Los hechos acaban de confirmarlo. Preocupados de censurarlo todo no consultan nada a los españoles: Ley de Violencia de Género, Ley de Memoria Histórica, Ley de transición energética, Ley Trans, Ley de memoria democrática...siendo los más antidemócratas ellos mismos con sus socios de legislatura y gobierno. ¡Menudo sarcasmo!

Las siglas del PSOE y de Juan Gutiérrez son Bildu, independentistas, antiespañoles, comunistas, con quienes comparten acuerdos de legislatura, indultos de todos los colores y "blanquean" la corrupción más grande de la política española en Andalucía buscando la fórmula de que Griñan no pise la cárcel.

Sánchez es una máquina de destrucción masiva con un Feijoo que no se posiciona, que lleva la política lingüística del independentismo catalán al gallego, que va a ser una rémora para el PP (que arrinconó a Díaz Ayuso que hubiera sido una candidata fortísima para el socialismo), y tenemos a un Feijoo que si se posiciona al lado de Sánchez es su muerte política prematura. Por ello, Feijoo no hay que esperar; la espera sería buena para Fraga, ahora los acontecimientos se suceden con vértigo y se requieren arrestos, posiciones claras y no podemos tolerar que Juan Vivas, nos trate de analfabetos político con "mi querido presidente" compartiendo con el socialismo aberraciones y siendo un socialista encubierto como Feijóo. Ambos al lado de Sánchez el que quiere destruir España, el que nos ha empobrecido, el que anula leyes para atentar nuestra democracia. Un individuo al que no se le puede tender la mano porque te la corta o se queda con ella.

Y en el PP, las políticas que ellos llaman (Vivas lo repite hasta la saciedad) de lealtad institucional ante un tio como Sánchez que es el más desleal, no caben en este juego político tan perverso.

Anular las leyes para cambiar la democracia, ese es el objetivo de Pedro Sánchez, con intentonas de todo tipo. Con engaños por doquier y comportamientos anticonstitucionales como los dos confinamientos que el Alto Tribunal los calificó como tales. Ahora quiere controlar el Tribunal Supremo para hacerlo a la medida de sus indultos y acobarda al PP de no querer pactar.

En Ceuta, Juan Gutiérrez, un eslabón más de esa cadena de despropósitos socialistas, dice que sus siglas no le condicionan; pues para no querer esas siglas bien que ha maniobrado para ponerse al frente del socialismo ceutí. Un partido que es la extensión en Ceuta de las políticas de Sánchez y del entreguismo de una exministra que ahora cobra de Marruecos.

En política la indefinición es peligrosa. Presentar de color gris los comportamientos también provocan desconfianza. Feijóo, la escuela de Fraga ya no vale para este nuevo tiempo político.

A Gutiérrez tampoco le vale renegar de las siglas en plan "bien queda" por las que se vas a presentar para ser presidente de Ceuta. ¡Dios nos libre de que se haga realidad su ambición personal! Ya está bien de contaminar la política con posturas de confusión y engaño. No creo que se fagocite con la papeleta socialista para digerir las palabras de Trujillo en una digestión más satisfactoria. No olvidaremos el triángulo PSOE-Sánchez-Trujillo-antiespañolidad-Gutiérrez= Ceuta marroquí.