
Los claros-oscuros de Toñi Palomo
La actividad pública de Antonia Palomo (Toñi para los amigos) ha estado jalonada de episodios claros-oscuros. Acaba de adquirir protagonismo por la publicación esta semana en el digital nacional El Confidencial a resultas de un correo remitido por la jefa del Área de Menores de Ceuta a la Fiscalía tras la reunión con Marruecos en la que se decidió el procedimiento de repatriación de MENAS motivo de procedimiento judicial por presunta prevaricación de la Ciudad Autónoma (a través de su responsable entonces del áreas de menores, Mabel Deu) y de Delegación del Gobierno por parte de su titular, Salvadora Mateos.
Antonia Palomo no estaba de acuerdo con el "plan pactado entre España y Marruecos" -dice El Confidencial-, para devolver a 145 menores llegados meses antes a Ceuta de manera irregular. Ahora bien, ¿si el procedimiento consideraba Antonia Palomo que era ilegal por qué no lo hizo ver a quienes se reunieron para ultimar los detalles del procedimiento a seguir? El "mail" desde su cuenta profesional a la Fiscalía dejaba en evidencia a su propio partido, el PSOE, dado que, como después se ha demostrado y siempre testificó la delegada del Gobierno y Mabel Deu, la actuación contó con la autorización del Ministerio del Interior, en un caso al que corresponde el visto bueno al Gobierno de la nación en materia de política exterior.
La persona que tras su fracaso electoral en 2007 se sintió "suspendida por los ciudadanos" al no superar los dos escaños en la Asamblea de la Ciudad Autónoma, quien no descartaba entonces su vuelta a la política, en 2010 "volvía su alargada sombra" con los rumores de cambios al frente de la Delegación del Gobierno, "sonando" su nombre para el cargo en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero, de infausto recuerdo político para España a la que llevó a la más profunda crisis de su historia, solo superada por el actual presidente del Gobierno, con quien tan buenas migas hace, Pedro Sánchez. Un supuesto que se basaba en las buenas relaciones de Toñi Palomo con Manuel Chaves (uno de los condenados por los ERES) y su mano derecha, Gaspar Zarrias.
Otra de las "sombras" en su gestión política sitúa a Toñi Palomo en la polémica que suscitaron los candidatos del PSOE de Ceuta con sus críticas por el incumplimiento de la Federal en el nombramiento de la Comisión Gestora en junio de 2007: dos colaboradores estrechos de la exsecretaria general del PSOE ceutí, Antonia Palomo, que ocuparon los puestos 10 y 15 de la candidatura socialista a las elecciones del 27 de mayo, Alfonso Borrego y Manuel Calleja, criticando que la Ejecutiva saliente hayan "impedido" que el Comité Regional, máximo órgano entre congresos, debata la situación y convoque un Congreso extraordinario como preceptúa el artículo 29 "in fine" de los Estatutos del PSOE de Ceuta. La Federal socialista designó a cinco militantes de la confianza de Antonia Palomo, quien dimitió de su cargo y renunció a su acta de diputada en la misma noche de su fracaso electoral, antes del escrutinio de votos al no conseguir elevar ni en un centenar de sufragios los resultados de 2003.
No acaban ahí sus historias "negras" porque Antonia Palomo, siendo candidata del PSOE a la presidencia de la Ciudad pidió el voto hasta en tres ocasiones al presentar su lista electoral, según dijo porque "se emocionó", lo que le valió por tanta emoción la apertura de un expediente sancionador (en un acto al que asistió la entonces ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona. Las relaciones de Antonia Palomo con el delegado del Gobierno socialista Jerónimo Nieto (el primero de los tres en la segunda etapa del Gobierno del PSOE en la Plaza de los Reyes), nunca fue buenas, duró dos años en el cargo, el tiempo en el que pudieron buscarle sustituto; precisamente Nieto criticó en "petit comité" la componenda que se realizó en el Reglamento de la Asamblea, donde en el punto quinto de su artículo 13 recogía las "compensaciones económicas" de los diputados, que preveía para los electos que fueran empleados públicos de la Ciudad Autónoma de Ceuta y pasasen a la situación administrativa de servicios especiales para el desempeño de su cargo representativo de responsabilidad de "optar entre percibir la cuantía de las indemnizaciones por asistencia a Pleno y Comisiones informativas de las que formen parte o la cuantía que vinieran percibiendo por el desempeño de su puesto de trabajo", lo que permitía acogerse a la de mayor cuantía con una decisión ventajosa que propició ¡cómo no, Juan Vivas! al que también le afectaba la cuestión. "Que nuestra secretaria general se acoja a esta cuestión, no tiene palabras", llegó a decir Jerónimo Nieto. Una cláusula introducida durante la etapa de Toñi Palomo, jefa del Área de Menores, como portavoz socialista del Grupo Parlamentario en la Asamblea y a la que se acogió sin ningún pudor ético.
Esta "anomalía democrática" la quitó el PP en noviembre de 2016 con su mayoría absoluta, demostración inequívoca de los valores que ha defendido Juan Vivas favoreciendo al PSOE con descaro como la concesión del Premio María de Eza a Toñi Palomo, que dejó estupefactos a propios y extraños que no daban crédito en febrero de 2009, época en la que se pudo leer: "La decisión del jurado siembra el desconcierto en la oposición". Y se escribió: "Lo que parecía un chiste malintencionado terminó siendo realidad". Una decisión en la que participó Mabel Deu, a la sazón consejera de Cultura y quien destacó en Palomo sus méritos "por su relevancia en la vida social y política". Ahora, paradojas de la vida, Antonia Palomo puede sentar en el banquillo de los acusados a quien blasonó sus excelencias para concederle un premio que el jurado despachó por unanimidad en quince minutos, según crónicas de la época.
Antonia Palomo ha obviado en el caso que nos ocupa de los menores repatriados a Marruecos a su propio partido, a quien ha situado en el disparadero para que Pedro Sánchez demuestre, en este caso fehacientemente, aquello que dijo hace poco tiempo, sobre que él era quien mandaba en la Fiscalía. A ver si es verdad y lo demuestra porque la cuestión se pone fea: una de las acusaciones particulares del caso de los menores repatriados desde Ceuta pone al ministro del Interior, Grande Marlaska en el punto de mira del juez. "El Gobierno de España conocía e impulsaba" las devoluciones de adolescentes, versión de Mabel Deu y Salvadora Mateos en su declaración judicial. Queda claro que las repatriaciones las acordó el Gobierno de España con el de Marruecos. ¿Y ahora qué, Antonia Palomo? Ha puesto en el disparadero a su propio partido, al que en algún momento pensó designarle delegada del Gobierno, también a la presidenta del jurado que le otorgó el Premio María de Eza a la Mujer Ceutí del Año, al propio Juan Vivas (del que su cuñado -de ud- es uno de sus asesores) que se prestó a modificar el Reglamento de la Asamblea para favorecerle económicamente en sus percepciones como miembro de la misma siendo funcionaria de la Ciudad Autónoma.
Dice el viejo refrán que "aquellos polvos traen estos lodos". Antonia Palomo tiene una trayectoria donde la guinda la puso recientemente el candidato de Ceuta Avanza, Javier Guerrero, cuando ha hecho saber que "Toñi Palomo me tiene mucha inquina". Demasiados enemigos de variopinto perfil van dejando por el camino y el tiempo -juez inapelable-, que todo lo cura y restablece a cada uno en su sitio, nunca se sabe qué nos pede deparar en un futuro a corto o medio plazo.
Algunos comportamientos de Antonia Palomo no han sido ejemplarizantes. Quien no la conozca que la compre.
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