Atisbo en el horizonte cercano que la muleta de Juan Vivas (PSOE), molesto con el doble discurso (no de ahora, sino de siempre, pero en la actualidad apremiado por las elecciones en mayo de 2023), acaba de desenfundar pensamientos ocultos que mantenía en "stand by" por mor de un siniestro pacto que le puede pasar factura. Esa sensación basada en los hechos de que PP=PSOE deja a ambos K.O. de cara a la credibilidad ideológica que deberían mostrar, debido a la simbiosis mostrada en sus contubernios políticos de intereses mutuos.

Todo lo que ha ido pidiendo Juan Gutiérrez (como contraprestación a su apoyo político), lo ha ido concediendo Juan Vivas, renunciando a cualquier labor en barriadas y dejando el campo libre el secretario general de los socialistas ceutíes para que se explaye en el medio que mejor conoce y más cómodo se siente, como empleado de la empresa concesionaria de la basura, TRACE, de la que es presidente del Comité de Empresa.

Ahora habla el PSOE de Ceuta de engaños a los ceutíes, de su política de doble discurso, de sus campañas de marketing y brindis al sol. O sea, las políticas de siempre, de 22 años que contemplan a un Juan Vivas inmovilista, trasnochado, continuista en la repetición de propuestas que nunca culminó y, en definitiva, a expensas del subsidio de papá Estado para repartir el dinero de Madrid a su antojo. ¿Saben por qué en 2019 papá Estado no transfirió los 7,2 millones para la compensación del agua de la desaladora? Porque comprobaron que Vivas no dio el destino finalista que requería esa cantidad e interrumpió su envio, aunque tras la insistencia del mayor embaucador político local, sí concedieron con efecto retroactivo de partida de este capítulo de 2020. ¿Se han dado cuenta que Vivas y su gobierno corrieron un tupido velo sobre ese impago del que nunca más se supo?

El filibusterismo político no siempre sale bien. Y a las pruebas me remito. Jugar al mentiroso en política suele ser arriesgado y, más después de 22 años, cuando las artimañas son muy conocidas.

Ahora el PSOE dolido por las palabras de Elías Bendodo trata de descubrir lo que todos conocemos: que Juan Vivas es un gran farsante. Sus brindis al sol y sus manidas propuestas, por reiteradas y vacías, ya no engañan a nadie. Juan Vivas nada más que quiere dinero del Estado para tratar de engañarnos en que la inversión pública es un logro personal. En la postpandemia ha encontrado un filón con la llegada de fondos europeos y la crisis migratoria de los MENAS: le gusta nadar en la abundancia para seguir con las mismas políticas de hace 22 años. Agotado en imaginación y recursos políticos, amparado en un discurso trasnochado y banal, se parapeta en la capacidad de aguante como si la paciencia de Job fuera transmutable al ámbito político y él pudiera eternizarse en el desvarío permanente y el engaño crónico como esa patología irreversible que necesita un doctor que ataje ese mal endémico de "más de lo mismo".

"Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio", decía la canción y es aplicable en este caso a Juan Vivas y a Juan Gutiérrez. El socialista se ha convertido en el 'sosio' del "pepero" y ambos han venido formando un dúo de complicidad y decrepitud política insoportable, por mucho que ahora quieran los del puño y la rosa (otra buena troupe de mentirosos con las políticas de vaivenes vergonzosas a nivel nacional), cuando son un remedo del PP y éste del PSOE.

Bendodo ha venido a poner el dedo en la llaga socialista, pese a que su presidente autonómico, Juanma Moreno, no tuvo arrestos en campaña electoral de aludir a la corrupción de 40 años socialista en Andalucía saqueando todo lo saqueable. Demostración inequívoca que, con tal de lograr el poder, se mira para otro lado para no molestar.

No se puede tildar al PP de valiente. Nunca lo fue. Miran mucho el "qué dirán" y saben guardar la ropa para no mojarse en exceso. Esperan que caiga por sí solo Pedro Sánchez y en su política de despiste, son cobardes para hablar de Vox abiertamente, pese a que son necesarios si Feijóo quiere llegar a la Moncloa. La autosuficiencia del gallego no se corresponde con la inexcusable necesidad de recurrir al partido de Abascal para poder gobernar.

El PP siempre se ha sentido intimidado por Sánchez cuando le habla de la extrema derecha, como si Podemos no fuera la extrema izquierda, el comunismo puro y duro con quien gobierna pese al sofoco continúo cuando atacan al Rey o a las instituciones. Sánchez, el que se apoya en independentistas y filoetarras de Bildu, trata de acomplejar al PP de que pacten con Vox. Y lo peor del caso es que el PP se deja intimidar con tan precario acusador. El peor presidente de la Democracia española que ha vulnerado líneas que no debió sobrepasar y que busca continuamente el enfrentamiento entre españoles desenterrando lo que haga falta y como haga falta.

La gran farsa ahora del PSOE de Ceuta mostrándose alarmado con el PP y su forma de hacer política no es de recibo cuando han compartido despropósitos y se han centrado en "cainizar" a Vox. Los adalides de la tan pregonada convivencia en Ceuta son el puro carnaval político al uso y abuso. PP= PSOE han de irse juntos de la mano y renunciar a continuar con sus prácticas inaceptables.

Si algo bueno ha hecho Bendodo con su visita a Ceuta, con independencia del blanqueamiento que ha hecho de Vivas, ha sido destapar las políticas socialistas y éstos, incomodados, han replicado con algo que no descubre nada: PP y PSOE son mentirosos, carecen de credibilidad, son tal para cual. Las urnas deben desterrarlos a la más residual representación política.

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