Hacer el indio
Por fin ha finalizado el viaje penitencial de Francisco I a Canadá. Por lo que leo en diferentes fuentes ha pasado con más pena que gloria.
Viaje penitencial, porque, esencialmente, el Papa ha ido a pedir perdón por la asimilación cultural forzada de los pueblos indígenas. Vamos a ver qué es esto y de donde viene.
El año pasado, 2021, en Mayo, saltó la noticia de que en una de las escuelas residenciales indígenas en Canadá, concretamente en la de Kamloops (Columbia Británica) habían aparecido las tumbas de unos 215 niños en un campo junto a la escuela (El País 29 Mayo). Posteriormente, en la escuela indígena de Marieval aparecieron otros 750 cadáveres. Se llegó a determinar que dichas tumbas albergaban a niños desde 5 a 14 años.
Lógicamente cundió la indignación y se llegaron a quemar hasta sesenta Iglesias Católicas en todo Canadá. El Primer Ministro Canadiense, el liberal (izquierda) Justin Troudeau exigió del Papa que pidiera perdón por ello.
Lo cual hubiera estado bien, posiblemente, si hubiera algo por lo que hacerse perdonar. Aquí el problema es que la existencia de esos cuerpos enterrados clandestinamente es sencillamente mentira. Es una construcción de la líder indigenista Roseanne Casimir a partir de la exploración con georradar de la doctora Sarah Beaulieu quien detectó una anormalidad en un campo de manzanos en Kamloops, anormalidad “compatible” con la existencia de tumbas. Pero no se ha encontrado nada. Ni siquiera huesos de manzana. Todo esto es, sencilla y llanamente, mentira.
Aún más. La existencia de estos internados data de finales del S XIX (Kamloops es de 1890) y su creación no es iniciativa de la Iglesia Católica, sino del Gobierno canadiense, aunque encargó la gestión de ellas a diversas confesiones cristianas, entre ellas, la católica. No hace falta que nos preguntemos por qué esos cadáveres sólo han aparecido en centros católicos. Milagrosamente los centros protestantes están exentos de cadáveres inventados.
Así que tenemos a Francisco I, desplazándose a Canadá a pedir perdón por un crimen que no se ha cometido. Lo cual me deja absolutamente desconcertado.
Entre la primera petición de perdón de Francisco (abril de este año) y el viaje, alguien ha debido contarle al Papa la verdad y, en consecuencia, la petición de perdón se ha modificado para hacerlo por los procesos de “asimilación cultural forzosa” que hayan perpetrado “los cristianos”. Así que, queridos protestantes, ya sabéis que el Papa está muy arrepentido en vuestro nombre.
Mal asunto este de pedir perdón por algo tan etéreo. Bien pensado, la contraposición indígena-colonizador es una “constructio” muy, muy, muy reciente y en todo proceso evangelizador siempre hay una cierta imposición del criterio del evangelizador sobre el del evangelizado. No me voy a meter mucho en esto.
Pero lo que sí que quiero decir es que la evangelización, para el cristiano, es una obligación: “Id y predicad el Evangelio”... (Mt 20.19; Mc 16. 15-18). Y sinceramente, no entiendo la enorme diferencia que hace Francisco entre “evangelización” y “proselitismo”, siendo esto último algo denostado o denostable para el Papa.
Volvamos la mirada a atrás. En el Monasterio dominico de Luchente (en el Reino de Valencia) funcionó una Universidad en la que se preparaba a los frailes antes de ir a evangelizar al Nuevo Mundo. Entre otras cosas se les formaba en los idiomas autóctonos. Porque -adelantándose a lo que reclama actualmente Francisco- en España se entendía que se llegaría a una mejor evangelización si ésta se hacía en los idiomas locales. Eso no se entendió en la Europa anglosajona protestante. Por eso, en el Nuevo Mundo hispano los descendientes de los Indios están gobernando sus países, y en Canadá y Estados Unidos sencillamente no.
Pero hay un detalle mucho más triste. En la rueda de prensa en el avión de regreso de Francisco a Italia, la periodista Jessica Ka’nhehsíio Deer le preguntó al Papa sobre la “doctrina del descubrimiento” afirmando la existencia de unas bulas papales que permitían despojar a los indígenas de tierras y de poder. El Papa le respondió que efectivamente es un problema de todo colonialismo, incluso actualmente. Y además afirma que a los indígenas “se les consideraba no sólo inferiores: algún teólogo un poco loco se preguntaba si tenían alma” y continúa diciendo que “hubo voces que se pronunciaron, como Bartolomé de las Casas” (…) “pero fueron la minoría”. (Copio el entrecomillado literal del artículo de Infovaticana “El Papa no descarta cambios en materia de anticoncepción”, por si hay algún interesado en comprobar que lo que digo es cierto).
Francisco da una respuesta bastante incierta, si no fuera peligrosamente manipulada o simplemente mentira. Sencillamente no hay ninguna bula papal que permita lo que dice esta señora claramente “qeer”. Y el Papa no se lo dice. Pero afirmar que las voces son minoritarias es faltar lisa y llanamente a la verdad. El Testamento de Isabel La Católica así lo dejaba claro. Y, además, porque en la España de Carlos I, y por orden de éste, se dio la conocida como la ”Controversia de Valladolid” (1550-51) en la que se discutió precisamente el tema de la superioridad de los conquistadores sobre los nativos fallándose en favor de las tesis de Bartolomé de las Casas, que fue uno de los presentes, junto con Melchor Cano, Pedro de Lagasca o Bartolomé de Carranza, entre otros. Los resultados de la mencionada “Controversia” están considerados actualmente como las bases de los Derechos Humanos. Igualmente cabría citar aquí que la “Escuela de Salamanca” -considerada también como el origen del Derecho Internacional- reconocía el derecho de los indígenas a poseer la tierra. Por ello, insisto, que las afirmaciones de la periodista indigenista son sencillamente mentira. Pero, ¡claro!, las resoluciones de España no son aplicables a otros países, especialmente a los protestantes.
Pienso que este viaje penitencial de Francisco ha sembrado mucha confusión. Parece que los ritos indios deban ser conservados porque sí. Y no se hace distinción entre unos y otros colonizadores, ni entre unos y otros colonizados, valga la expresión, la de “colonia”, muy ajena al sentir hispano. De alguna forma, este Papa se empieza a alinear con el “Foro de Sao Paulo”, que es una manifestación típicamente post-comunista en la que se adscriben las narcodictaduras y los regímenes liberticidas hispanoamericanos, donde se piensa que el descubrimiento de américa fue un error monumental. Y que lo mejor hubiera sido que los descubrieran los anglosajones.
Y además pienso que se ha metido mucho ruido con el tema de la evangelización. Pienso que muchos misioneros católicos actuales deben estar desconcertados y deben estar planteándose si lo que están haciendo es bueno o no. O a lo peor se piensan que la Iglesia no es sino una gran ONG dedicada a la acción contra el hambre, la conservación del planeta, o la vuelta a los ritos ancestrales indigenistas. Algo así como la Iglesia 2030. Una Iglesia sin rastro de Dios. Una Iglesia para el hombre.
Trudeau, viendo a Francisco de rodillas, ha aprovechado para pedir que el Vaticano devuelva todos los objetos expoliados a los indígenas durante la colonización. Casualmente no se lo ha pedido al British Museum. Tampoco ha pedido perdón en nombre el pueblo canadiense por haber provocado el incendio de sesenta templos católicos basándose en una mentira.
En resumen. Creo que Francisco debería dejarse de hacer el indio, y preguntarse por qué el catolicismo (mejor, el cristianismo en general) está en franca recesión. Y tomar medidas.
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