El primer fin de semana de este mes de julio fue un caos en la zona de embolsamiento de Loma Colmenar, donde se produce el "stand by" de los vehículos que se dirigían a Marruecos. El colapso, producto de las 24 rotaciones de las navieras, dispuestas a hacer su agosto en pleno mes de julio y a la catastrófica gestión de esa Comisión OPE que debería dimitir "ipso facto" en bloque por su inutilidad manifiesta y demostrada en la gestión de este operativo, llevó a unas dantescas imágenes, más propias de un país tercermundista -como Marruecos, por ejemplo-, que de una Ceuta que debería ser -y digo bien, "debería ser" una ciudad occidental y que PP y PSOE cada vez están marroquinizando más y más-, donde se recurrió indebidamente hasta al Banco de Alimentos (que está para atender a los vulnerables "sin nómina" de Ceuta y no a los que presumen de vehículos de alta gama a las puertas cuando van a recoger las bolsas de comida al almacén de Cañonero Dato, y posiblemente con muchísimo más dinero en su vivienda que el más común de todos nosotros), con una llamada que me imagino de quien procedía para llevar un camión de agua mineral, leche, cola-cao y zumos, a los marroquíes que van de vacaciones y cargados de dinero a su país de orígen, procedentes de países europeos donde se ganan muy bien el sustento. Luego están los que de aquí se ofrecen a cambio de una invitación a la Fiesa del Trono de Mohamed VI... ¿Alguien se ha ido de vacaciones y le ha pillado un atasco de horas siendo atendido por una entidad de ayuda a los más necesitados? ¿No deberían haber instalado los poco previsores miembros del Comité de la OPE 2022 un pequeño chiringuito para suministrar la venta de agua, bebidas isotónicas y demás productos para hidratarse en vez de hacer un mal uso de las donaciones solidarias para los más desfavorecidos?

La psicosis promarroquí de PP y PSOE es enfermiza, nos atrapa, buscan extenderla a la sociedad local tratando de normalizarla y los lleva, como a Marlaska, a elogiar la conducta de opresión y asfixia de Marruecos contra Ceuta (encareciendo el precio del billete desde Tarifa-Tánger para colapsarnos aquí la ciudad en una operación de presión híbrida notable y clamorosa), al igual que Pedro Sánchez vió con muy buenos ojos el apaleamiento mortal reciente a los inmigrantes en la valla de Nador. Y para colmo de males, en la madrugada del sábado fue cuando se permitió a los residentes de Ceuta pasar la frontera marroquí en el Tarajal, una vez que lo hizo el último de sus nacionales procedente de países europeos. Una forma más de vilipendiar y ningunear a todos los "caballas" deseosos de cruzar la frontera y para quienes Marruecos trata con desdén, desprecio y de forma injusta, cuando no humillante. Como dicen que "sarna con gusto no pica", seguirán soportando este ninguneo con tal de visitar a familiares y amigos, todos aquéllos que viven en Ceuta, se sirven de sus ventajas como población occidental (mientras nos dejen) y reiterarán una y otra vez su tolerancia a Marruecos, acostumbrados al trato que allí se dispensa y donde no protestan absolutamente nada porque se estila el palo a quien tenga la osadía de reclamar algo justo o sus simples derechos humanos.

Mientras nos movemos en estos dos mundos, de progreso en un lado y de sometimiento dictatorial en el otro, nuestras autoridades ceutíes, cada vez más condescendientes y genuflexas con el país sátrapa, tratan de marroquinizarnos cada vez más con sus comportamientos y cesiones con tal de mantenerse en el poder. A nivel nacional y local se necesita que se les haga un Boris Johnson, para bloquear hasta la expulsión a todos esos miserables aferrados al poder como garrapatas, haciendo y deshaciendo a su antojo, mintiendo siempre, quienes tienen bien merecida la expulsión como han hecho esta semana con el primer ministro británico.

Aquí en Ceuta, Vivas y sus compinches, están jugando a la ruleta rusa con sus comportamientos promarroquíes y necesitan con urgencia un gran correctivo en las urnas. Ceuta no puede sorpotar por más tiempo su indiferencia para afrontar los verdaderos problemas de la ciudadanía. A cada momento que se presenta la oportunidad de afrontar una cuestión problemática muestran a las claras sus flaquezas y falta de capacidad para darles solución. La última esta OPE 2022, nos ha mostrado un episodio de frustración que les ha dejado con las vergüenzas a la intemperie. Un desastre más que acumular a toda esa retahíla de despropósitos que les sitúan en la incapacidad manifiesta de la teoría de Peter: Alcanzar su máximo grado de incompetencia desde la cúspide de sus cargos porque son un desastre y se manejan a la deriva. Merecen que les echemos: ni valen para los cargos que ocupan ni tampoco son recuperables porque las cargas que aquéllos les generan, les dejan desarbolados. Protagonizan el caos y son un lastre político-social.