Hemos oído a la ministra Calviño, Nadia en el Siglo, asegurar que el cambio de postura de Argelia tiene que ver con las maniobras desestabilizadoras de Putin, como un aspecto más de la guerra de Ucrania que el sátrapa ruso ha lanzado contra su hermano eslavo, y de paso contra Occidente.

Estas declaraciones me han retrotraído a mi época de escolar. A aquellas excursiones infantiles en el autobús. A los inocentes cánticos de antaño: ”ahora que vamos despacio, vamos a contar mentiras, tralará”. Qué tiempos aquéllos en los que todos los babiboomers habíamos sido intercambiados en las clínicas en las que nacimos por unas monjas abominables. Fuimos miles, millones diría yo. Y como muestra de aquello, los multitudinarios juicios que se han desarrollado en España. ¿O no? Porque un oscuro velo de silencio se ha vertido sobre el asunto del que la izquierda hizo bandera hace nada de tiempo (otra vez el estribillo, tralará).

A lo mejor el cambio de postura de Argelia respecto a España tiene algo más que ver con el inexplicado (y desde mi punto de vista inexplicable) giro en la política exterior española respecto del Sahara. Si este territorio era un casus belli para Marruecos, hasta el punto de lanzarnos oleadas de inmigrantes en plan ”marcha verde encubierta” cuando España hacía el más mínimo movimiento en contra de los intereses de su melancólica majestad, resulta que también los es para Argelia.

Y claro, ahora se descubre que también era un casus belli para ellos. A pesar de que el ministro de Exteriores (que sin duda es el mejor para hacer el ridículo que está haciendo. A cualquier otra persona se le caería la cara de vergüenza de representar semejante papelón), tratara de convencer a la Opinión pública española de que todo esto estaba hablado con Argelia, y que Argelia entendía perfectamente el cambio de postura español -perdón, de Sánchez-. Otra vez al estribillo, tralará.

Pero Argelia tiene la sartén energética por el mango, cosa que no tiene Marruecos. Y lo primero que hizo fue emplear a su Servicio de Inteligencia para difundir los motivos espurios de Sánchez para ese cambio de postura: que si la mujer de éste tiene intereses económicos muy importantes, que si la información que le extrajeron los marroquíes del teléfono móvil del Presidente del Consejo de Ministros no sólo eran selfies, si no que había información comprometida... Y lo siguiente fue esperar a que concluyera la intervención en sede parlamentaria del bello Pietro Antonio, para desencadenar el resto de medidas. De libro.

Así que tenemos al caballero de la triste figura Albares, yendo a la carrera a buscar un primo de zumosol que le defienda de la débâcle. Y menos mal que encontró uno en la Comisión Europea.

No, Antonio, no. No soy de los que se ponen del lado de quienes intentan humillarnos. Y no me alegro de que lo intenten. Pero me produce una inmensa tristeza el papel internacional que España está jugando bajo tu mandato. Ya sólo me queda esperar que coincidáis Biden y tú en el meódromo durante la Cumbre de la OTAN en Madrid para que éste te dedique unos segundos de su tiempo y sirva de algo tanta sumisión a los intereses americanos en el Magreb.

Porque las consecuencias para mi Patria son terribles: la factura energética que estamos pagando los ciudadanos es imposible de afrontar. Llenar el depósito del coche está siendo una quimera. Y en consecuencia, el precio de la bolsa de la compra está empezando a ser inasumible.

Menos mal que has mandado al inefable Félix Bolaños a hablar con el Papa para que éste ayude a la investigación de los abusos a menores por parte del Clero español, lo que representa un 0,2% del total de casos de abusos a menores en España. Pero igual el 98,8% restante no es importante para los españoles. Al menos no lo es para el Defensor del Pueblo.

Claro, que Francisco I mostrara una especial sintonía con el Gobierno de España (tralará), como con cualquier otro que le hable en Español, sí que me parece extraño. Y que estuviera muy por la labor de despejar lo oculto tras ese 0,2 %, pues igual sí, dado que el Papa ha pedido perdón por los abusos cometidos por la Iglesia Católica en Canadá por esos casi mil casos de niños hasta de tres años muertos en escuelas canadienses. Niños muertos que nunca han existido (tralará) y que si no es por el problema de salud de Bergoglio, habríamos visto pedir perdón delante de las cámaras de televisión durante la visita a Canadá, que espero que no se produzca, no porque Francisco se encuentre enfermo, si no porque Dios me ahorre el bochorno.

Igual Félix Bolaños tuvo que explicarle a Su Santidad que el principal problema de España, lo que constituye un problema verdaderamente grave, de consecuencias cósmicas, es que un Capitán haya querido que le bendijeran el banderín de su Compañía en el Valle de los Caídos (fuera del templo). Eso sí que es un grave problema y no que muchas familias españolas no puedan pagar el recibo de la luz, o hayan tenido que reducir a la mitad el consumo en alimentación debido al alza desmedida de los precios.

Porque en el fondo, la culpa de la estanflación la tiene el Kremlin. El mismo que mató a Manolete.