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Redacción
Miércoles, 08 de Junio de 2022
Juzgados

Los psicólogos no logran determinar si la menor del 'Ramón y Cajal' sufrió los hechos denunciados o es fruto de su entorno social

Este miércoles se ha celebrado la segunda jornada del juicio contra el maestro de Educación Física acusado de supuestos abusos sexuales a una menor

La Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha acogido este miércoles, día 8 de junio, la segunda jornada del juicio contra un maestro de Educación Física acusado de supuestos abusos sexuales a una menor, en el CEIP Ramón y Cajal de Ceuta. La acusación inicial del Ministerio Fiscal pide 15 años de prisión, además de medidas de libertad vigilada y alejamiento.

 

La forense ha declarado que había ausencia de lesiones en los geniales de la niña de 4 años. Las declaraciones de la menor recogían en la denuncia que el maestro le “introdujo por el ano un palito parecido a los de las orejas”, haciendo referencia a los bastoncillos de limpiar los oídos. La forense ha relatado lo que le dijo la madre y la abuela y ha explicado que la madre estaba en un centro de acogida de la península, mientras que se ha omitido al padre, el cual se encuentra en prisión. Es por lo tanto una familia desestructurada, un hecho que los convierte en “más vulnerable”, resultando a la vez “más difícil seguir sus conductas”, según ha explicado la forense.

 

Ha sorprendido por otro lado la “tranquilidad” en la actitud de madre, según ha referido el agente en su declaración inicial al leérsela el abogado defensor. De hecho, a preguntas de la Defensa, no se apreció en la madre “sensación de rabia”. “Estaba muy tranquila, nada nerviosa.Y no quiso entrar en si era o no normal esta actitud”.

 

Por otro lado, se perciben contradicciones en un agente interviniente en el atestado, puesto que ante juzgado instrucción dijo que la actitud de la niña era de avergonzada, como si hubiera hecho algo malo, pero ahora no lo recuerda y dice que no habló con la niña de este tema ni quiso que le contara lo que había pasado.

 

Para no contaminar, la declaración de la madre se realizó en una habitación contigua en el hospital, por lo que la menor pudo escuchar la declaración de la madre desde donde jugaba. Sin embargo, la madre aseveró que la niña “relató de forma expontánea”. El agente no la recuerda pero se ratifica en esa inicial declaración suya.

 

En base a todos estos hechos se considera que las consecuencias colaterales de los hechos acuciados por la dinámica familiar han podido influir en la menor. Aunque los psicólogos no pueden relacionar causa-efecto en estos episodios, en los cuales detectan “confusión en interacciones y frecuencias”.

 

Los psicólogos alertan además de que la problemática social de la niña ( vivía en un entorno de violencia de género) con la madre en Valdepeñas y el padre en la cárcel, además de viviendo con otra pareja, repercuten en que no pueden determinar si los hechos juzgados han pasado o no realmente. “No pueden distinguir entre factores psicosomáticos o de tipo orgánico, influyendo la realidad social de la niña, como que no tenían agua caliente en casa de la abuela y presentaban dificultades económicas”, han concluido.

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